3

24K 1.7K 142
                                    

Kathya:

—Me alegra que decidieras quedarte.—Me dice Ágata.

Le doy una mirada.—¿Fuiste tú, verdad?

Ella me da una mirada triste.—No te enojes conmigo, mi niña.

—No estoy enojada.

—¿Decepcionada?

No respondo y ella mantiene su mirada triste.—Lo lamento, pero de no haberle dicho... No quiero imaginar donde estarías.

Tomo un respiro.

—Ya no importa, voy a quedarme... ¿Podrías dejarme sola, por favor?

Ágata asiente con la cabeza.—Te avisare cuando la cena este servida.

—Gracias, Ágata.









(*)







Cenar sola en el gran salón, como lo he estado haciendo todos estos días desde que Irina nos dejó, nuevamente Mikhail no está y creo que espere mucho de mi parte al creer que yo al aceptar seguir viviendo bajo su techo, el me daría la "Bienvenida" al cenar conmigo.

Incluso de las pequeñas cosas no debería esperarlas, pero sigo haciéndolo.

Sin importar que y a pesar que todo esto sea por Irina, no dejo de ilusionarme, no dejo de pensar que lo hace por mí.

Y en cuanto a Mikhail.

Mikhail es amable conmigo, pero eso no quita que se haya vuelto reservado y serio todo el tiempo, que prefiera estar en la soledad de un bar hasta pasada la media noche, quizás porque es cuando hay menos gente y así puede desahogarse solo o tal vez como él dijo, no quiere que un conocido lo vea así, no por mí, sino por él.

Así es Mikhail Vorontsova.

Termino de cenar y me limpio los labios, me levanto de la mesa luego de que las chicas de servicio retiraran mis platos vacíos.

—Lo siento.—Pronuncia Ágata al cruzar con ella antes de retirarme a mi habitación.

Lo único que hago es darle una sonrisa asegurándole que estoy bien cuando no lo estoy.








(*)








Una noche más en la que lo veo llegar borracho, pero esta vez tiene mucho más alcohol que antes, Mikhail tropieza y cae al suelo, corro rápidamente hasta llegar a él y me agacho para estar a su altura.

Parpadea cuando y se lleva la mano al rostro, mis ojos se llenan de lágrimas.

Ya es suficiente.

Ya no más, por favor.

Trago el nudo y le tomo de los brazos, sin embargo me coge con fuerza atrayéndome a él, sorprendiéndome, dejándome sin habla.

Nuestras miradas se encuentran y mis ojos se abren.

Esta sujetando mi muñeca y...

Y está sintiendo mi pulso.

Su mirada baja y observa su agarre mientras yo deseo apartarme de él.

—Mikhail...

Vuelve a mirarme y lo observo tragar, cerrar los ojos para luego soltarme, apoya su espalda en la pared y cierra los ojos.

Llevo mi mano izquierda a la derecha, donde justamente me ha tocado y acaricio con mis dedos sobre mi muñeca, la llevo a mi pecho y el corazón lo siento subiendo por mi garganta.

Me armo de valor mientras lo miro y luego de pasar ese nudo por segunda vez, intento ayudarlo a levantarse, en esta ocasión Mikhail acepta mi ayuda y ambos llegamos a la habitación, lo dejo caer sobre la cama, aunque él se siente y teniendo su mirada sobre mi como nunca antes, comienzo a abrir su camisa.

—Voy a terminar rápido.—Le aviso sintiendo todo el peso de esa mirada.

Me apresuro y cuando estoy por desabotonar los últimos broches de su camisa, lo dice dejándome helada.

—Te amo.—Pronuncia y mis dedos también se congelan.

Con el corazón palpitante y nuevamente sobre mi pecho, miro sus ojos con total valentía, aunque realmente no sea así.

Los ojos de Mikhail me observan con amor.

Amor no para mí, sino para Irina.

Y el mismo me confirma mis palabras.—Te amo, Irina.

Los ojos me arden, pero me niego a llorar, Mikhail me coge el rostro y mis manos suben a las suyas.

—Irina...

No soy Irina, Mikhail.

Jamás podre ser ella, pero te amo.

Realmente te amo.

—¿Irina..?

—Yo también.—Suelto las palabras que él desea escuchar en su lucidez.

Sus ojos se abren emocionados y yo sigo confesando mis sentimientos, aunque él no sepa que soy Kathya y no Irina.

—Siempre voy a amarte, Mikhail.—Pronuncio.—Siempre, mi amor.

Su mirada cambia y me sonríe despacio, su pecho se infla y su sonrisa crece.

—Y yo a ti, mi amor, siempre voy a amarte.—Junta su frente a la mía y las lágrimas caen por mis mejillas.

Las frías manos de Mikhail hacen presión sobre mi mejilla.

—Y yo a ti, mi Irina.

Sus labios tocan lo míos.

Mikhail Vorontsova me besa y aguanto la respiración cuando lo hace, sus labios se presionan muy fuerte y mis lágrimas caen sin poder aguantarlo.

Entonces así como sentí esos labios sobre los míos, así de rápidos se separan de los míos.

Me quedo helada y el cae sobre el colchón, me tardo, pero reacciono, le cubro con las sabanas y la colcha.

Prácticamente huyo de ahí y llevo mi palma cubriendo mi boca.

Comienzo a llorar.

Perdóname, Irina.—Solloso.—Perdóname, hermana.

He besado a Mikhail.

Perdóname, por favor.

No debió pasar, sé que no debió pasar, pero una parte de mi desea tener y conservar esto.

Lo desea, Irina y lo siento, siento ser una pésima hermana




Mikhail besó a Kathya.

¿Qué pasara ahora?

¿Tendrá recuerdos de ese besó? :o :o

>>Yiemir.

Su Último Deseo (#7 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora