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Kathya:

—Gracias. —Pronuncio cuando Alexei me retira la silla para poder sentarme.

Me sonríe y ocupa el asiento frente a mí, él es quien ordena por los dos mientras yo no puedo de ver sus expresiones mientras lo hace.

El mesero se retira y finalmente regresa su atención a mí.

—Gracias. —Repito esa palabra.

—Ya dijiste eso, Kathya.

—Por ayudarme. —Le aclaro. —Al desmayarme.

—Esa vez. —Sonríe despacio. —Te ayude porque lo necesitabas no por ganar esta cita, aunque me agrada que hayas aceptado.

Mi sonrisa se borra, bajo la mirada.

—¿Encontraste algo conmigo cuando me desmaye?

Alexei frunce el ceño extrañado. —¿A qué te refieres?

—Si encontraste algo a mi lado que llamara tu atención.

Un animal muerto dentro de una caja llama mucho la atención.

—No, nada.. ¿Acaso se te perdió algo?

—No, no es eso.

Estoy segura que había una caja, pero he empezado a dudar si era solo una pesadilla y me desmaye como dice el médico, por falta de alimentación correcta.







(*)











Alexei me trae de regreso a casa y apenas son las diez, pero a mi parecer no quiere quedar mal con Mikhail, aunque dudo que esté presente, sin embargo, aunque esta vez no insistí en quedarnos más tiempo, la próxima vez lo hare.

—Gracias por traerme.

—¿No recibiré algo a cambio, Kathya?

—Creí que ya habíamos dejado atrás el aprovecharse de la situación para obtener algo. —Le recuerdo.

Alexei sonríe, baja la mirada por un instante y yo me acerco a él, mis labios se presionan por sus mejillas.

—Me asegurare de girar la cabeza la próxima vez

—Seguro que sí. —Sonrio.

El retrocede y sube a su coche, me despido y me quedo quieta hasta que abandona la casa, luego doy media vuelta e ingreso.












(*)












Paso por la sala para ir directo a mi habitación, algunas luces están apagadas, lo que me dice que Mikhail aún no llega.

—Llegas algo tarde.

Todo mi cuerpo se congela, giro mi cuerpo hacia la sala, esta noche por alguna razón, Mikhail ha decidido beber en la casa, exactamente en la sala.

Veo su aspecto, algo desalineado, sus ojos cansados y en su mano veo un vaso con ese contenido que siempre bebe desde que Irina se marchó.

—Buenas noche, Mikhail. —Pronuncio saludando e ingreso a la sala.

Sus ojos cansados me observan y se acerca a mi luego de terminarse lo que hay en su vaso.

—¿Te divertiste?

Mis ojos se abren.

—En tu cita.

Separo los labios y el alza las cejas esperando obligatoriamente oír mi respuesta.

Su Último Deseo (#7 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora