Su Último Deseo (#7 Hijos de la Mafia)

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Kathya:

—Mikhail…

Su nombre sale como un gemido que he aguantado desde que se deslizó dentro de mi, con el fin de explotar de deseo y que el lo sepa.

Las caderas de Mikhail se empujan contra las mías y hay un duro rebote, aprieto los ojos y sus manos se hunden sobre el colchón, me pegó contra el recibiendo su calor y me atrevo a dar un paso más, acariciar el cuerpo de este hombre en todo su esplendor, mis dedos bajan y se ubican en su trasero, lo empujó provocando que se hunda y ambos gemimos excitados.

Me besa duro y saca su miembro, cuando pienso que va a embestirme como un animal, el se detiene.

—Quiero intentar algo más.

¿Algo más?

Abro los ojos confundida.

Su orden calienta mi cuerpo. —Date la vuelta.

Mi corazón se acelera y me muestra una sonrisa lasciva.

—Tranquila, prometo ser dulce.

Otra vez esas palabras que me convencen enseguida porque así fue la primera vez, Mikhail me lo prometió y lo cumplió, regaladome una primera vez que  recordaré, dolorosa por un momento, pero que me dejo con una experiencia y una sensación de seguir deseando esto.

Seguir teniendo sexo.

Y ahora querer experimentar más.

Me volteó acatando ese mandato.

—De cuatro patas, Kathya.

Escucho su voz profunda y agitada, sigo cada orden y el ubica ambas manos a mis caderas, bajandolas hasta que se encuentran en mis glúteos otra vez.

—Mikhail. —Pronuncio su nombre , a su vez el separa mis nalgas y su dedo me estimula por detrás.

Cierro los ojos, jamás creí tener esta forma de sexo y aunque a algunos podría resultarse desagradable, a mi me encanta descubrir esto más  y también estoy emocionada por como se llegara a sentir.

Me siento  sensible, caliente y húmeda por delante, una humedad que comparte por detrás el y ahora estoy muy mojada.

Mikhail me acacia en el trasero y una  nalgadas me hace levantar la cabeza.

—Kathya…

Estoy preparada y lista para recibirlo, pero cuando llega el momento se que jamás hubiera estado completamente preparada para sentir esta fuerza absoluta en esta posición.

Las caderas de Mikhail se presionan por detrás, siento su longitud dura entre mis nalgas, abriéndose paso adentro, tomándome con fuerza y dejándome sin aliento.

Se hunde lento, si, pero aún así es nuevo, una sensación deferente a sentirlo por delante, incluso su polla se siente más hinchada por detrás , me posee por completo.

Me toma, me folla, me coge con su erección, metiendose , empujando con gran friccion que hasta sus bolas golpean contra mis nalgas.

—¡Mikhail!. —Grito apretando los dedos y arrugando las sábanas.

Soy una muñeca en sus manos y cada vez que su cadera se estrella, todo mi cuerpo reacciona moviéndose hacia adelante.

Entonces se presiona y lleva los dedos abriéndose paso entre mis piernas.

Mi interior palpita al sentir el primer roce y mis brazos tiemblan.

Su dedo pulgar toma el control y acaricia mi clitoris, de por si mi vagina ya estaba agonizando por su toque y ahora lo esta más debido a la presión que ejerce, mi sexo no deja de humedecerse y mi trasero comienza a doler con cada embestida que me da, pero me gusta.

Mikhail hunde  ahora dos dedos y acaricia de arriba abajo, mi cuerpo se llena de calor por ambas formas de tomarme y el sudor no tarda en escaparse de mi poros.

Bajo la cabeza y mi cabello cae hacia adelante, entonces me brinda dos estocadas seguida y se corre, se corre por detrás dejándome bañada con su esencia.

Mikhail se retira y me besa en la mejilla, ambos caemos sobre el colchón y me atrae hacia el para besarme.

Entonces...

—Te quiero.

Abro mucho los ojos.

—Te quiero, Kat—Pronuncia de nuevo, justamente lo que mi corazón estaba esperando.

—Mikhail…

—Tienes mi corazón. —Consigue decir con voz débil, no lo entiendo hasta que sigue. —Así que por favor tu no…

Mi corazón no deja de palpitar fuertemente.

—Tu no mueras, Kathya. —Me pide. Suplica y sus ojos dolidos se mantienen de esa forma.

Trago saliva.

—No mueras, Kathya.. por favor.

—No moriré. —Pronuncio con una leve sonrisa. —Lo prometo, Mikhail.

No me iré a ningún lado cuando mi felicidad aquí es infinita.