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Kathya:

“Que Kathya no se entere”

Me quedo helada, tan helada, que no me percato que Alexei se ha dado cuenta de mi presencia al verme.

Sonrie. —Hola, Kathya.

Mikhail se vuelve hacia mí, sus hombros se tensan.

Parpadeo tratando de verme discreta. —Hola.

Mikhail rápidamente viene hacia mi luego de decirle a Alexei que puede retirarse con un tono  severo.

Toma de mi brazo y me lleva a la oficina, cierra la puerta detrás de él.

Su Mirada baja por mi cuerpo y entiendo la razón de su enojo, solo llevo mi pijama y aunque tengo la bata encima, igual es corta por arriba de los muslos.

Quizas no le enoje que sus hombres me vean porque por orden de Mikhail saben que no deben mirarme, Alexei ya es otro tema, además de ser mi “Ex” podría decirse, aunque solo hayamos salido un par de veces.

Sin embargo sus celos me tienen sin preocupación.

—¿De qué hablabas con Alexei?

—Le decía que dejara de acosarte.

Frunzo el ceño. —¿A venido a verme a mí?

—Sí, me ha dicho que ahora son amigos.

—Pues sí, le doy una oportunidad a una persona que comete errores si de verdad esta arrepentido, así soy yo. —Confieso.

—No deberías confiar en el.

Alzo una ceja.

—¿Ha venido aquí solo por mí?

—¿Por qué razón más debería venir?

“Que Kathya no se entere”

Mentiroso…

¿Por qué miente?

Por alguna razón no quiero decirle que lo sé.

Trago saliva y él se me acerca a mí, Mikhail me coge de las mejillas y me acaricia con sus pulgares.

—¿Qué sucede?

—Nada. —Miento.

El me besa y al principio mantengo los labios sellados, pero Mikhail aumenta sus besos y ya no me resisto, dejo que mis parpados se cierren y el me hace retroceder hasta chocar con su escritorio.

Me abre la bata tirando del nudo que hice antes de salir de la habitación, me sube la parte de la falda por arriba de los muslos y los sigue subiendo hasta mi cintura, entonces me coge y me sienta sobre el escritorio, sus manos separan mis piernas y su dedo acaricia mi sexo por encima de las bragas.

Jadeo y las hace a un lado, metiendo la punta de su dedo, me acaricia el clítoris y traza una línea para luego hacer movimientos circulares solo en unos toques débiles para luego frotar rápidamente, Mikhail baja y sube sus movimientos hasta hundirse en mi vagina, mis paredes succionan su dedo como si se tratara de su polla y yo gimo.

Me masajea hasta dejarme empapada y mojar sus dedos con mis fluidos, los retira y los lleva a sus labios probando de mi interior.

Lo miro deseosa y mi vagina palpita, tendré muchas preguntar que hacerle después, pero ahora lo quiero duro en mi interior.

Mikhail se acomoda entre mis piernas ,  lleva las manos a su pantalón y se los baja con rapidez, su enorme polla queda ante mi vista y me atrae hacia el, no me da espacio ni tiempo, empuja con fuerza y mi sexo duele.

—Mikhail. —Gimo, sus manos se aferran a mi cintura.

Mis muslos lo rodean sin oportunidad de escapatoria, apretamos nuestros labios mientras el empieza a penetrarme sin control, tengo que sujetarse por miedo a caer y lo recibo todas las veces que puedo, mis piernas llegan al punto de resbalarse por el nivel de embestidas que coalicionan.

—Esto es lo que provocas en mi, Kathya. —Pronuncia sobre mi boca. —Siéntelo todo, Kat.

Abro los ojos y recibo un nuevo golpe.

—Siente mi dura polla, mi amor.

Mi amor...

Tan bello, tan hermoso y su toque sucio lo hace sonar perfecto.

Así es Mikhail Vorontsova, el hombre que me deja sin aliento, el que me vuelve loca y a quien amo sobre todo.

—Maldición, Kat.. joder.

—¡Ah.. ¡. —Jadeo largamente y no termino ni de reaccionar al primero, cuando vuelve a embestirme sin piedad.

Siempre que creo que ya me estoy acostumbrando a recibirlo, a lo duro que le gusta practicar el sexo a Mikhail, termino quedándome atrás porque  cada vez que doy un paso, el da diez más.

Es maravilloso de cierta forma, aunque a mi también me gustaría atreverme a hacer otras cosas.

—¡Mikhail!. —Grito su nombre en un nuevo golpe y mi cuerpo tiembla.

Observo sus músculos tensarse y las venas marcadas en su cuerpo, gruñe y creo que no voy a llegar.

—Creo… dios, no.. Mikhail.. oh joder..

Ya hasta a logrado que diga fisuras, el sonríe orgulloso por haberme transformado y me besa duro.

—Te quiero, Kat. No imaginas cuanto.

—Y yo a ti. —Le prometo. —Te quiero.. te quiero.

Su frente se junta a la mía, sus caderas regresan y me golpea ejerciendo un movimiento que causa que mi trasero se levante de la madera, por poco caigo al suelo, por su culpa y ha logrado que el escritorio se mueva unos centímetros hacia atrás.

Estallo con una risa y me pegó a él, ambos carcajeamos en nuestro mundo.

Nuestro hermoso mundo.

—Te quiero, Kathya, jamás lo olvides.—Me promete otra vez, aunque ahora añade esas tres palabras.

Sonrio como una adolescente enamorada, porque eso soy ahora.

Amo profundamente a este hombre y nada hará que deje de amarlo.

—Y yo a ti. Yo a ti Mikhail.



Su Último Deseo (#7 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora