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Kathya:

—Volveré después por ti, me ha salido algo de último minuto. —Me dice mientras termino de colocarme los aretes largos.

Me ha visto en mi vestido dorado y se ha quedado sin palabras, su boca cayó y luego de admirarme con los ojos, se aseguró de decírmelo con los labios.

—¿Algo es..?

—Probablemente ya no necesite de Alexei. —Dice más tranquilo.

¿Un nuevo negocios? Eso es excelente.

Me acerco a el y presiono los labios contra los suyos, sus labios me besa y mis manos acarician por encima de su traje negro y atractivo.

Verlo vestido así, me ha calentado como a el.

Acaricio su duro abdomen que traspasa por la tela y llego a sus pantalones, justo en su erección, descubro lo dura que está.

—Tengo que irme ahora, Kathya.

—No serán más que 10 minutos. —Le aseguro.

Me deja y le abro los pantalones, saco su erección y me agacho, mis dedos se cierran alrededor de su longitud y acaricio la punta, para luego remplazar mis dedos en esa área con mi boca.

Pruebo de ella, chupo y hago caber todo lo que mi boca puede recibir y lo miro, Mikhail separa los labios y su mano me coge el cabello despeinándome.

Podre arreglarme luego, después de todo se irá por quizá un par de horas antes de volver a la reunión

—Que rico, Kathya. —Jadea empujando mi cabeza. —Muy rico..

Saco su erección y la observo, su cabeza húmeda con mi saliva y las venas marcándose a los lados de su longitud.

Mikhail empuja mi cabeza. —No pares, mi amor.

No iba a parar.

La meto de nuevo y comienza a mover mi cabeza, azotandola, su erección entra y sale, la recibo con gusto.

—Eso.. Kathya.. joder... ¡Mierda!

Me hace parar sin contenerse y me lleva hasta la pared, sus piernas me aprisiona y las tengo levantadas al igual que el vestido, no hace mucho esfuerzo, es fácil de subirla y lo deja arriba de mi cintura, entonces descubro que no quería correrse de ese modo cuando comienzo a recibir sus embestidas y en un movimiento más de caderas, el se corren manchando mi sexo en una combinación entre su semen y mis fluidos.

Me besa la mejilla y jadeante dice. —Volveré en cuanto pueda.

—No iré a ninguna parte.

Nos damos un último beso.






(*)






—¿Qué es eso?. —Pregunto sintiendo un olorcito al entrar a la cocina.

—Es queso, mi niña.

Ágata corta el queso y me lo entrega, lo cojo y el olor es tan fuerte que dilata mis fosas nasales.

—¿Y por qué huele mal?

Ágata me observa confundida, ella lo lleva a su nariz y olfatea, luego lo come.

—Olía lo suficientemente delicioso.

Se lo ofrece a las chicas que están trabajando con ella en la cocina y también les parece delicioso.

No soy amante de los quesos, pero ese olía rancio.

Estoy segura.








(*)







—Señorita, Kathya.

Aparto la mirada de mi móvil, le he dejado un par de mensajes a Mikhail y cuando no respondió, me puse a hablarle a Misha, terminamos con una jugada virtual en nuestros teléfonos y aunque gano las primeras, estaba segura de ganar esta tercera.

—Tiene visita.

¿Visita?

Mis ojos se apartan de ella, al hombre a su lado, alguien que no he visto jamás.

Alzo mis cejas. —Gracias.

Ella se retira y me quedo a solas con el, me acerco y distingo lo alto que es.

—¿Usted es..?

—Vengo por mi pago, Kathya.

Abro los ojos.

—¿Qué pago? No te conozco.

Se ríe. —Claro, ya deja de hacerte la que no me conoce, dijiste que me pagarías.

Abro los ojos.

—¿Pagarte que? No sé de lo que hablas.

—¿Así quieres jugar, Kathya?

No entiendo.

—Hablo de mi pago.

Separo los labios.

—Mi pago por Irina.

¿Por Irina?

¿Qué acaba...?

—¿Cómo dices?

Me observa extrañado.

—¿Sigues con eso?

Sangre.. Hay mucha sangre..

Mi hermana está muerta...

Los ojos se me llenan de lágrimas y niego.

Sangre... hay mucha sangre.

Le tengo miedo a la sangre.

—Estoy diciendo que quiero mi pago, Kathya.—Me ordena y mi cuerpo tiembla.—El pago que tu me juraste a cambio de matar a Irina.

Su Último Deseo (#7 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora