1- Dejando de lado el orgullo

4.9K 345 147
                                    

El hijo único y heredero del Pico SiSheng ya no tenía un lugar al cual llamar hogar, el sitio en donde había crecido feliz junto a su familia había sido arrebatado por el tirano Taxian-jun, dando muerte a discípulos, maestros y a sus propios padres, el corazón de Xue Meng ardía fervientemente esperando venganza, y ya que no había sido la única  victima de sus crueles actos esperaba contar con el apoyo de otras sectas para poder recuperar su hogar, a pesar de las heridas y el cansancio, había recorrido todas y cada una de las grandes casas de cultivación para unir sus fuerzas, pero al parecer la reputación del emperador era demasiado abrumadora.

En cada lugar al que acudía se le cerraban las puertas, el emperador había sido claro sobre su opinión de Xue Meng, lo quería muerto, por lo que quien fuera que lo ayudara podría considerarse muerto si es que llegaba a cooperar con él. Grandes y pequeños señores que años atrás lo habían llenado de alabanzas y buenos deseos, hoy se negaban a responder a su llamado, los más generosos habían dado medicina y alimentos para que pudiera continuar su viaje en busca de aliados pero pronto no hubo más lugares a los cuales acudir, el monte Kunlun era el último lugar que deseaba visitar, Mei Hanxue e era una persona despreciable, pero incluso su temperamento era algo capaz de ignorar cuando se trataba de su anhelo de venganza, sin esperanza alguna Xue meng golpeo las puertas de la secta y en donde esperaba obtener excusas, disculpas o ser ignorado, halló una cálida invitación a descansar, recuperar energías y planear una buena estrategia en contra del emperador.

Estaba realmente agotado y se sintió agradecido de recibir las atenciones de ese lugar, pudo tomar un baño, ponerse túnicas limpias y descansar en una cama cómoda, aunque realmente no sabía la razón por la cual había sido recibido, necesitaba aclarar sus dudas y un golpe en su puerta dio indicios de que se aproximaban las respuestas.

-Permiso...- una figura alta, de cabellos rubios y ojos claros pasó a su habitación y tomó asiento en una silla con bastante confianza -Te traje algo de comer, luces terrible, deberías descansar por hoy.

-Cómo podría hacerlo cuando Mo Ran está ocupando el lugar que no le corresponde, controlando tanta gente, dando muerte a pueblos enteros de forma tan despiadada...- el borde de sus ojos se torno ligeramente rojo pero se contuvo lo mejor que pudo.

-Lo sé... Pero si quieres detenerlo tienes que hacerlo con cuidado, ya viste lo que es capaz de hacer, no podemos actuar de manera precipitada, solo un loco iría en contra de alguien tan poderoso- dijo mirándolo con cierta lastima.

-No tienen que ayudarme si no quieren ¡No estoy obligando a nadie!- alzó la voz molesto por esa actitud insolente.

-Creo que estas confundido, mi secta no está dispuesta del todo a ayudarte, te hemos recibido gracias a que lo pedí personalmente, soy yo quien desea ayudarte así que deberías ser más agradecido.

Escuchar esas palabras era como echar más leña al fuego, Xue Meng estaba enojado, la ira quemaba sus huesos y si tuviera más energías lo habría golpeado hasta desfigurar esa hermosa cara, pero aunque odiaba admitirlo, no podía estropear su única alianza, el joven maestro respiró hondo y trató de ablandar su mirada asesina antes de hablar -¿Por qué estas ayudándome?- pregunto directamente sin animo de dar rodeos.

-Tengo una deuda con tus padres Madam Wang y Xue Zengyong ayudaron a mi familia en tiempos de guerra, ellos permitieron despedirme de mi madre antes de que ella muriera, siempre les estaré agradecido por lo tanto, estoy dispuesto a ayudarte sin importar lo loco que estés, pero en serio necesito que descanses y comas algo, de lo contrario solo podré acompañarte a la muerte y en mi ausencia demasiadas doncellas llorarán mi partida, deberías ser considerado con esos corazones puros, si no es por mi hazlo por ellas.

Quería golpearlo, odiaba como lograba presumir incluso en esas circunstancias pero había hablado de temas delicados y había sido respetuoso con la memoria de sus padres, así que se comería sus palabras, simplemente asintió y comió lentamente -¿No tienes vino?- preguntó esperando poder borrar un poco los malos recuerdos esa noche.

-No por hoy, estas demasiado cansado y no quiero lidiar con un borracho.

-...-

El secreto del pavo realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora