58- Enfrentamiento

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Xue Meng se encontraba cerca de aquella gran brecha en el horizonte cuando vió salir una figura familiar desde allí, un rostro hermoso, de ojos fríos y aunque era apenas visible, se podía distinguir algunas marcas del tiempo en su piel debido al tiempo que se mantuvo en aquella época tratando de poner en marcha sus planes.

- ¿Dónde esta Taxian Jun?- preguntó Hua Binan como si fuera el dueño y señor del lugar, sin siquiera detenerse a saludar al verdadero líder de la secta.

-Debe estar por ahí, puedes buscarlo tú mismo- contestó Xue Meng con indiferencia, los jóvenes que se escondían en las cercanías del lugar se sorprendieron gratamente al ver tal desplante de valentía ante esa persona, a quien ellos consideraban como la propia muerte.

Hua Binan hizo una mueca de enfado, no estaba de humor para sus insolencias, había tenido que recorrer un largo camino hasta el portal y ser recibido de esa forma no era para nada agradable, aunque recordaba que sus últimos encuentros con Xue Meng no habían sido del todo amables.

Se alisó las mangas de su túnica y miró al horizonte, al notar que el lugar carecía de prisioneros enseguida tuvo un mal presentimiento, se acercó al sector en donde había dejado aquella colina de cadáveres, pero allí no había nada, su corazón se detuvo unos instantes, apretó los dientes con fuerza y una vena se marco en su frente y cuello.

- ¿Buscas los cuerpos que dejaste antes de irte? Me encargué de cremarlos a todos, el Pico Sisheng no es un lugar que puedas usar como deposito ni cementerio- las palabras del joven maestro fueron directas, Hua Binan no pudo contener su ira y caminó en su dirección, enseguida dos claras figuras se interpusieron en su camino.

-Hicimos un trato- hablo ignorando a los gemelos -Decidiste romperlo por tu propia cuenta así que ahora tienes que asumir las consecuencias, el monte Kunlun pagará por esto, iniciando por tu par de niñeras- Hua Binan liberó su poder espiritual y llamó a Taxian Jun en un fuerte grito, todos se pusieron en guardia, sabían que él no sería el mismo cuando estaba bajo su control.

Fue cuestión de segundos para que el ex emperador se aproximara con la mirada perdida, se puso delante de quien lo controlaba esperando ordenes, ni siquiera la satisfacción de manejarlo hizo que Hua Binan cambiara su furiosa expresión.

En otro tiempo Xue Meng habría tenido miedo, las personas que amaba se encontraban en peligro, pero habían pasado mucho tiempo practicando juntos, confiaba en sus habilidades y en el buen equipo que habían logrado forjar. Los tres se posicionaron alrededor de Taxian Jun, hicieron sellos de manos de alto nivel preparándose para la batalla.

-Mo Ran, quiero que los conviertas en piezas de ajedrez, cuando lo hagas asegúrate de que se maten mutuamente y que el joven maestro lo vea de cerca.

Taxian Jun obedeció automáticamente, juntando energía en la palma de sus manos para crear aquellas piezas, el trío no perdió tiempo y activó la formación que tenían preparada desde hace tiempo para enfrentarlo, atacaron con agilidad, pero las heridas parecían no afectarle, aunque al menos no le permitían acercarse.

Sin que el resto pudiera advertirlo, Chu Wanning llegó apresuradamente y con la respiración agitada, debido al efecto de aquella droga aún no se sentía en completo control de su cuerpo, pero no estaba dispuesto a dejar que Taxian Jun se marchara, así como así. Cuando observó la situación tuvo el impulso de detener a Xue Meng, pero sabía que hacía lo correcto, por lo que se esforzó en ignorar aquella punzada en su corazón, desplazo su mirada en Hua Binan, quien observaba el encuentro con el ceño fruncido, esperando con impaciencia que se cumplieran sus ordenes.

Aquel ya no se veía como su discípulo, el Shi Mei de su época rara vez se molestaba y cuando lo hacía tendía a mostrar un ligero puchero y protestaba frustrado, en cambio esa persona parecía poder controlar todo su odio y enmascararlo incluso en el peor de los escenarios.

-Quisiera saber quién te dio el derecho a controlar su corazón- Tianwen apareció en sus manos con un brillo divino.

- ¿Shizun? - Hua Binan parecía sorprendido –No deberías estar aquí, cómo es que tú sabes que...

Había muchas cosas que Chu Wanning sabía a esas alturas, que en ese plano temporal fue él quien planto la flor del odio en su corazón, que fingió su propia muerte para desembocar el caos en el alma Mo Ran, que lo sumió en el odio durante toda su vida sin la posibilidad de vivir al menos un poco de felicidad o conservar buenos recuerdos. Sabía además, que teniendo la posibilidad de detenerlo prefirió observarlo masacrar a cientos de personas, que esperó cobardemente su muerte para controlarlo, que le quito incluso su opción de descanso eterno para poder abrir las puertas del infierno. Todo eso sin mencionar las atrocidades que había hecho en otro plano temporal.

Sin responder palabra alguna Chu Wanning alzo su arma y azotó con fuerza en su dirección, Hua Binan esquivó temeroso, alejándose del lugar.

-Shizun, detente, sé que controlarlo no es correcto, pero debes entenderme, lo necesito... Necesito volver a casa y solo su fuerza es capaz de ayudarme- su voz se notaba angustiada, ya fuera por el miedo a enfrentarse a Chu Wanning o a verse expuesto ante él, sus sentimientos se volvían complicados cuando se trataba de él, pero sea cual fuera la razón, no deseaba tenerlo de enemigo.

-Él también necesitaba volver a su hogar- dio otro golpe –Xue Meng tampoco volverá a la casa que conocía- el azote que dio en ese momento llegó a una de sus piernas, haciéndolo sangrar –Las personas que murieron por tus motivos no tuvieron ayuda – el golpe llegó a sus brazos –Me quitaste la posibilidad de tener un hogar una vez, no lo conseguirás dos veces.

Sus palabras dejaron en claro que había poco que ocultar a esas alturas, sin embargo, se aferró con desesperación a sus propias convicciones.

- ¿Acaso tus intereses son más importantes que los míos? - se defendió con su energía espiritual mientras respondía –Cómo sabes que no harías lo mismo en mi lugar, además no puedes culparme de todo, yo no impuse ideas en él, su odio era genuino, las personas se encargaron de incrementarlo, tú mismo lo trataste como un monstruo, lo repudiaste. Mis manos están limpias Shizun...

Chu Wannin se sintió agradecido de haberse alejado de donde se encontraba Taxian Jun, no quería que escuchara algo así cuando apenas habían podido aclarar las cosas.

-Tus acciones son incorrectas, tus formas totalmente despreciables, si crees que tus manos no están manchadas es simplemente porque estas a ciegas ante la realidad. Te daré la última oportunidad para que liberes su corazón por tu cuenta- aunque dudaba que algo así llegara a ocurrir, debía darle la alternativa.

Antes de que Hua Binan pudiera dar una respuesta se escuchó una gran explosión desde el otro extremo del lugar, Taxian Jun había logrado romper sus defensas, haciendo que su energía espiritual chocara con fuerza. Xue Meng y los gemelos retrocedieron varios pasos y alzaron sus armas, dispuestos a cambiar el modo de ataque a una ofensiva cuerpo a cuerpo.

Los sonidos metálicos invadieron el lugar, mientras la pelea con espadas avanzaba, el portal dejó pasar a más personas, eran jóvenes cultivadores con ropas de invierno, pudieron distinguir a los tres discípulos de Chu Wannin, a los gemelos del Monte Kunlun y a una joven pareja de la secta Ru Feng encabezar la multitud de guerreros dispuestos a hacerle frente a Taxian Jun y Hua Binan, quienes había desatado el caos en ese mundo espiritual.

Tengo algo que decir~

Adivinen cual es la pareja de la secta Ru Feng que llegó al rescate. ☆⌒(ゝ。∂)

Feliz navidad mis amores!

El secreto del pavo realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora