44- Cartas

562 101 50
                                    

Dos días pasaron rápidamente en un abrir y cerrar de ojos, además de entrenar y descansar apropiadamente, el pavo real trató de imponer su voluntad y tomar un rol más activo en su relación, sin embargo, tomar la iniciativa le resultaba tremendamente difícil cuando estaban en guardia, no sabía que podían llegar a ser aún más demandantes y siendo sincero tampoco le molestaba que le brindaran todas esas atenciones.

Por lo tanto, el plan de tomar un rol activo fue pospuesto hasta próximo aviso, ya que recibir se sentía demasiado bien como para desperdiciar esa oportunidad dorada.

Un tedioso y agotador viaje de regreso al Pico Sisheng les tomó algunos días y cuando llegaron al lugar pudieron notar que una cantidad importante de cadáveres ya se estaba acumulando en el fondo del risco en donde supuestamente se abrirían las puertas del infierno. Su llegada no parecía ser una sorpresa, un escolta familiar se aseguró de recibirlos adecuadamente.

-Insistes en venir aquí, parece que realmente te gusta jugar a la familia feliz después de todo, incluso aunque Shi Mei ya no sea el mismo de antes...- comentó Mo Ran quien les hizo frente apenas llegaron.

-Ninguno es el mismo de antes, tú ni siquiera estás vivo para empezar- contestó Xue Meng en tono calmado.

-Solo voy a advertirte, si tocas a Shi Mei...

-Hua Binan también fue mi familia, no soy tan enfermo como tú como para intentar hacerle daño a quien fue cercano, no haría con él lo que le hiciste a Shizun, afortunadamente no nos parecemos en nada, así que mantén tu distancia, yo haré lo mismo.

Taxian Jun mostró un rostro sumamente molesto, apretó los dientes apenas nombró a Shizun y su intensión asesina se hizo notar de inmediato, justo cuando parecía que iba a atacar a Xue Meng y los gemelos habían hecho una formación protectora, una voz calmada y familiar intervino.

-Mo Ran detente, tienes prohibido atacar a Xue Meng y los hermanos Mei, no puedes matarlos- cuando Hua Binan habló, los ojos del perro se pusieron opacos y volvió a su postura inicial, asintiendo como una marioneta -En cuanto a ti joven maestro... No pensé que volverías, estoy muy satisfecho con los sacrificios que han llegado en tu nombre.

-Me quedaré, ha pasado mucho tiempo, mis padres merecen recibir una ceremonia adecuada al igual que la gente que sacrificas, de lo contrario el Pico Sisheng no será más que un lugar maldito por sus almas, además la barrera con el mundo demoníaco tendrá fisuras dentro de poco, no podrías repararlas solo a menos eso demostraste cuando te diste por muerto... Si no quieres que los demonios se coman tus sacrificios vas a necesitarme aquí.

Los hermosos ojos de Hua Binan mostraron rastros de sorpresa, estaba confundido, a simple vista parecía que realmente Xue Meng podría llegar a estar de su lado en honor a los viejos tiempos, sin embargo, no sería tan ingenuo.

-Dudo que esa sea tu única razón- contestó con una sonrisa.

-Cierto, además quiero asegurarme que los sacrificios no sean mujeres y niños, al menos por un tiempo- la mirada del joven maestro mostraba determinación, esa excusa era fácil de creer ya que era cierta, sin embargo, no era su principal motivo para estar allí.

Aunque fue complicado finalmente Hua Binan terminó aceptando su presencia, realmente tenía curiosidad de observarlo de cerca así que le dio libertad de permanecer allí, después de todo era su hogar.

Xue Meng sentía el corazón apretado de observar nuevamente este paisaje, y su expresión lo dejaba en evidencia, afortunadamente voces dulces lo distraían evocando otro tipo de recuerdos.

-Mira, allí es donde te caíste tratando de volar cuando vinimos de visita, te pusiste a llorar- dijo Mei HanXue en tono relajado.

-Se me escaparon algunas lágrimas de dolor, pero no me quejé en absoluto- se defendió rápidamente.

-Recuerdo que por este camino presumías tu espada como si fuera parte de tus plumas- comentó Mei Hanxue sonriente.

-¿Qué plumas? No soy un ave- contestó con el ceño fruncido.

-Claro que lo eres, un pavo real de plumas relucientes, muy elegante y sofisticado- las palabras de Hanxue le generaron contradicción, el joven maestro lo consideraba casi un halago.

Caminaron y conversaron hasta que llegaron al pabellón del loto rojo, el lugar que solía pertenecer a su Shizun, aunque la angustia lo atacaba de tan solo mirar, quiso entrar de todos modos, les pidió que lo acompañaran ya que no sentía que su corazón estuviera preparado.

El moreno recorrió el lugar, imaginando a su Shizun en vida, ahora apenas había restos del desastre que fue su lugar de trabajo y descanso, sin duda él ya no estaba allí. Caminó hacia los libreros y tocó los archivos con nostalgia, deteniéndose en uno que le gustaba mucho leer de pequeño, el arte de la espada. Su Shizun siempre le permitía sentarse junto a él para mirar las ilustraciones, de vez en cuando le acariciaba la cabeza y lo regañaba si se quedaba dormido, pero en su dulce niñez al final de cuentas no había mucho que hacer, su Shizun lo tomaba en brazos y lo llevaba durmiendo hasta su habitación.

Xue Meng tomó el libro el cual se abrió de inmediato en páginas que contenían algo guardado en su interior, hojas sueltas con una caligrafía que recordaba perfectamente, su corazón latió fuerte y cuando se sentó en el suelo los hermanos Mei se acercaron preocupados por su expresión.

No hubo tiempo para explicar, sacó las hojas y comenzó a leerlas, eran todas cartas dirigidas a él, algunas con apenas algunas frases, otras con muchas más palabras...

"¿Xue Meng, has estado bien? Espero que sigas practicando con diligencia y que cuides de tu salud, aquí el clima ha estado tan bien como siempre, aunque la temporada de cerezos pasó demasiado rápido, me gustaría poder observarlas por más tiempo."

Así como la primera nota que leyó, había muchas más de ese tipo, hablando del clima, de antiguos recuerdos y en general solo de cosas positivas que a su Shizun le gustaban, sin embargo, la última carta fue un poco más larga.

"Querido discípulo no pude verte cuando viniste hace unos días, no supe de tus esfuerzos por rescatarme hasta que fue demasiado tarde, lo cierto es que estoy aquí por mi propia voluntad, aunque pudiera irme no deseo hacerlo, Mo Ran es mi responsabilidad, sus errores son mis propios errores como Shizun, el que te hayas puesto en peligro también es mi culpa.

No pude proteger a Mo Ran del hechizo que ha segado sus sentidos, ha borrado sus recuerdos y nutre el único sentimiento que parece que es capaz de experimentar, el odio. Apenas me quedan fuerzas, sin embargo, las utilizaré para cambiar el destino, aunque desconozco el motivo de la persona que hizo le hizo tanto daño, sé que sus intenciones son oscuras. A veces noto que Mo Ran vuelve en sí y es el jovencito que tú y yo conocimos, pero es solo un instante que desaparece ante mis ojos.

Xue Meng no espero que me perdones, si las puertas del tiempo y el espacio, de la vida y la muerte se abrieron para permitirme tener éxito, entonces incluso tu destino podría mejorar en otro plano terrenal, sin embargo, en este plano espero que puedas vivir con plenitud, que lijas tu propio camino y que el odio no nuble tus ojos.

Sé que te he enseñado bien ya que compartimos mucho más tiempo, aunque me habría gustado verte crecer y convertido en todo un adulto me basta con la certeza que me brindan tus acciones.

Por favor cuídate mucho.

Chu Wanning."


El secreto del pavo realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora