La tranquilidad era una sensación magnifica, aunque para alguien que había pasado por tantas circunstancias desastrosas podría parecer algo aburrido de vez en cuando. Xue Meng había dedicado tiempo a poner en orden su secta, ayudar a los aldeanos y por supuesto, a entregar amor a sus dos exigentes hombres, lo cual no era nada fácil.
Ya contaban con personal suficiente y las nuevas generaciones visitaban el Pico Sisheng buscando obtener conocimientos, el líder de la secta solía pasearse vigilando las clases prácticas y corregía a uno que otro discípulo, pero se mantenía distante de la mayoría. Todos esos jovencitos le tenían demasiado respeto, sabía sus logros y no querían meterse en problemas, así que ni siquiera se atrevían a mirarlo a los ojos, permitiendo que Xue Meng se mantuviera desocupado la mayor parte de sus días.
Sin embargo, esa primavera recibieron un pequeño grupo de niños, quienes habían tenido la fortuna de iniciarse en las artes de la cultivación gracias a su talento natural, ellos a diferencia del resto no sabían quién era, solo habían escuchado su nombre en algún lugar, pero lo habían olvidado rápidamente.
Un niño de ojos curiosos se acercó a él y agarró su túnica.
-Me gusta su ropa, es muy bonita- dijo el pequeño con una sonrisa infantil.
-Gracias, tú también te ves bien con la ropa de la secta, asegúrate de no ensuciarla cuando juegues- le respondió divertido de notar a alguien con tanto valor y buen gusto.
Al notar esa interacción otros cuatro pequeños se acercaron saludando, uno de ellos lo miró con ojos entrecerrados, bastante perspicaz.
-¿Usted es el líder de la secta?
el mayor asintió solemne, todos los niños entraron en pánico y torpemente hicieron una reverencia, incluyendo al pequeño que había hablado primero. Tras saludar todos corrieron de regreso a donde venían así que Xue Meng siguió su camino, eso hasta que notó que alguien lo seguía de cerca.
-Disculpe...- la voz infantil de antes se alzó de repente a sus espaldas –Si usted es el líder de la secta entonces debe ser Xue Ziming... A mi... Yo... Quiero agradecerle por todo lo que ha hecho- el pequeño todavía estaba muy cerca, así que cuando hizo nuevamente una reverencia su frente chocó con la rodilla del mayor, dándose un sonoro golpe, pero no se quejó y cuando levantó el rostro el chichón en su frente y las lagrimas en los costados de sus ojos no parecían importarle.
Xue Meng contuvo su risa, bajó a su altura y aplicó un poco de poder espiritual para sanar ese golpe.
-¿Y qué es lo que hice que debes agradecerme? Eres un poco joven para saber de mi.
-Usted salvó a la aldea en la que vivía, una anciana me lo contó porque yo era muy pequeño para recordar, pero... Ella dijo que los demonios habían atacado la aldea, mis padres murieron en sus manos, pero gracias a usted, los ancianos y yo pudimos sobrevivir, es por eso que vine hasta aquí, yo... Nosotros estaremos eternamente agradecidos por lo que hizo- el pequeño apretaba la tela de su ropa como si eso le ayudara a encontrar más valor para hablar, pero no fue necesario nada más, ya que una cálida mano lo tranquilizó dando una caricia en su cabeza.
-Entiendo, no tienes que darme las gracias, hice lo que cualquiera habría hecho... Además, no lo hice solo, los mayores Mei Hanxue me ayudaron ¿Quieres saludarlos también?
-¿Puedo? Definitivamente quiero agradecerles también- contestó el niño con entusiasmo.
-Bien, entonces acompáñame, por cierto ¿Cómo te llamas?
-No lo sé, pero los ancianos me dicen Pequeño, como dije mis padres murieron y los ancianos no sabían mi nombre, así que solo me llaman así- el niño parecía mucho más relajado, caminó junto al mayor y tal como lo hacía con todos los adultos, tomó la mano del líder de la secta.
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El secreto del pavo real
Romance(ESTE FANFIC CONTIENE SPOILERS) Xue Meng vive momentos difíciles luego de haber perdido a su familia tras el desastre en que Mo Ran se declaró emperador TaXian-Jun, sin su Shizun para apoyarlo se ve obligado a buscar aliados encontrando el apoyo de...