El secreto del pavo real

13- Si, nos gusta el pavo real

Lo que había pasado en esa tan extraña misión había cambiado un poco la manera de pesar de los hermanos y el joven maestro, por un lado Xue Meng se sentía terriblemente avergonzado de haber sido rescatado en lugar de haber sido el héroe del momento, además había sido tan lamentable, diciendo todo tipo de tonterías, actuando como un niño delante de los gemelos.

Por su parte los hermanos Mei comenzaban a sentirse un tanto incómodos respecto a su propia familia, ambos sabían que él se había convertido en su persona favorita para molestar pero era tan fácil pasar los límites  que ambos desconfiaban de su hermano, midiendo qué tan cerca estaban de él, cuanto tiempo pasaban cerca suyo y así, compitiendo discretamente por cada cosa que implicara al joven maestro.

Una mañana estaban preparándose para ayudar en otra misión, era el turno del mayor para tomar el puesto de Mei Hanxue delante de las personas que los conocían, el otro debería ocultar su apariencia bajo algún truco o ropas discretas pero esta vez algo distinto pasó.

-No quiero disfrazarme ¿Por qué tengo que fingir ser alguien más?- se quejó mirando las ropas preparadas para él con antelación.

-¿Qué ocurre? Siempre ha sido así, tú mismo eres el que más se aprovecha de la situación, he tenido que lidiar con tus asuntos durante tanto tiempo que me parece ridículo que pretendas que tengo que esconderme dos días seguidos- argumentó el mayor, realmente incómodo por sus palabras.

-Entonces tú tampoco deberías esconderte, simplemente dejemos de hacer esto, Xue Meng estará menos vulnerable si los demás saben que tiene dos compañeros en lugar de uno, deberíamos tener una identidad más fuerte para protegerlo, además... Si nos ve tan poco tiempo juntos nunca terminará de diferenciarnos...

Esa explicación le pareció realmente interesante, estaba tan acostumbrado a su rutina que no se lo había planteado de esa forma, ciertamente en la situación que estaban ahora mostrarse al mundo como hermanos podría traer sus beneficios, pero aún así al mayor le causó una gran sospecha.

-¿Es porque te gusta Xue Meng?- preguntó levantando una ceja.

-¡A ti también te gusta!- respondió a su hermano sin meditarlo demasiado, en ese instante el ligero tono rosa en las mejillas de ambos le dio un tono hermoso a su rostro nevado.

-Te das cuenta de que en la situación en la que él se encuentra, ni siquiera tiene tiempo para pensar en romances, además no tiene experiencia, dudo que sepa sobre sus propios sentimientos...- dijo Mei HanXue.

-No solo eso, es un tonto, impulsivo e impaciente y con una memoria tan corta como un pez, incluso aunque lo molestemos olvidará su furia en tan solo un momento... Dan ganas de....

-Molestarlo hasta hacerlo gritar de enojo, lo sé...- completó su frase y ambos suspiraron con una sonrisa maliciosa.

-¿Entonces cómo vamos a resolver este asunto?- preguntó el menor cruzándose de brazos -Siempre hemos compartido todo pero si él me elige creo que tendré que poner límites contigo, no quiero que te hagas pasar por mi para aprovecharte de él, la última vez casi te lo llevas a la cama- dijo con molestia en su mirada.

-Asumes que va a escogerte como si todas las chicas que te persiguen no lo ahuyentaran, lo escuchaste él quiere algo serio- dijo llevándose las manos a la cintura en una actitud desafiante -Y no iba a llevármelo a la cama, eso fue un mal entendido, pero tú... ¿Olvidas que dormiste con él cuando hiciste que se enfermara? Eres la única persona peligrosa aquí.

-No voy a traspasar los límites con él, no tendría oportunidad para hacerlo, al menos no me hago el inocente como tú- le dirigió una mirada asesina.

-No necesito hacerme el inocente, sabes, tampoco necesito hacerme pasar por ti, me gusta la idea, de ahora en adelante que todos sepan que somos dos personas completamente distintas, Ziming podrá diferenciarnos más rápido y este asunto quedará arreglado, así no tendrás que acercarte a él más de la cuenta.

Fue así que tras esa ácida discusión los hermanos fueron juntos hasta el comedor, la mirada de todos los rodeaba y los murmullos inundaban el lugar, cuando se sentaron en la misma mesa que Xue Meng el distraído joven maestro ni siquiera notó que había algo distinto en ellos.

-Que bueno que ya están aquí, estoy pensando que deberíamos irnos más temprano hoy para que aprovechemos el día- les dijo con una actitud de entusiasmo.

-Por supuesto, como tú quieras- dijo el menor.

-Asegurate de llevar todo lo necesario, apresurarse no significa ser descuidado- comentó el mayor, el contrario asintió de inmediato.

-Xue Meng, la última vez casi te secuestran, lo único que teníamos para encontrarte eran esos guantes que apenas tenían tu esencia, creo que esta vez deberíamos ser precavidos e intercambiar alguna prenda, te daré mi capa y tú me darás la tuya- el comentario de Mei Hanxue fue bastante astuto y el joven maestro no tuvo motivo para oponerse.

-Si nos separamos entonces tendrás que intercambiar algo conmigo también, te daré mi cinturón- agregó el mayor.

Para Xue Meng no fue ningún problema, más tarde se sintió realmente elegante con esas nuevas prendas que lo hacían lucir diferente pero sin duda muy elegante, fue solo mucho después que él recordó que regalar un cinturón era algo que solían hacer los hombres con sus enamoradas, pero como seguramente Mei HanXue no conocía esa costumbre no dijo nada, guardó su vergüenza tras una expresión orgullosa.

Se sentía un tanto extraño, el aroma de los hermanos envolvía su cuerpo, era agradable, se sentía como un abrazo, se preguntaba si ellos también lo percibían de esa manera.

-Oigan, esta vez ninguno lleva disfraz, lucen mejor así- dijo casualmente cuando habían iniciado el camino, ambos hermanos sonrieron amablemente, con ese tono rosa claro en sus mejillas, podía distinguir que esa sonrisa era sincera y esta vez ambos lucían idénticos, imposible de diferenciar,  Mei Hanxue pensó que ambos eran igual de hermosos y que deberían sonreír con sinceridad más seguido.