C o m p l e t a
Él era el gran Alpha de Alemania.
Ella una humana esclavizada.
Él fue libre toda su existencia.
Ella estuvo cautiva cinco años, su padre la había vendido al peor hombre que la pequeña Eider pudo conocer.
Estaba en medio de las vías...
Esta es la canción de Alpha Ikender. Me encantaría si pudiesen leer el final con ella. |In My Veins de Andrew Belle| Busquen la Play List en Spotify.
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Alpha Ikender
•Destino•
En algún punto de nuestra existencia llegamos a sentir el rechazo, el no encajar. Pasamos por distintas etapas la mayoría del tiempo, en donde la desilusión de nuestras familias, los falsos amigos, o un corazón roto nos marcan de por vida. Dejando así la confianza a manos de la vida misma.
Al nacer, nuestra alma, mente y corazón son puros, inocentes y buenos. Un ladrón no nace siendo ladrón, un asesino no nace siendo un asesino. Las circunstancias, el tiempo, sobre todo las enseñanzas se encargan de crear grietas en nosotros mismos, son como pequeñas fibras emocionales, sin dueño, sin sentimiento alguno. Fragmentando nuestros sueños. Al final de cuentas, los deseos de pequeños se convierten en deudas, en problemas. Nos miramos al espejo día tras día, tratando de aceptarnos ha nosotros mismos, nos ahogamos ante la duda, las preocupaciones existentes y el temor a un futuro fracaso. Pero de eso no se trata la vida. No se trata de dormir pensando en las mil cosas que pude haber hecho bien y sin embargo por cuestiones no logré hacer, no se trata de ser el mejor, el más inteligente, la más perfecta o perfecto.
Tú no te defines por un número al final de un examen, tampoco porque tan hermoso seas. Si eres delgado, rellenito, alto, chaparro, con mil o un solo defecto, incluso tu preferencia sexual, si tienes grandes ingresos o pocos, si vives en una enorme mansión o en un departamento pequeño, aunque tengas que trabajar en un campo para solventar tus gatos, o detrás de un computador más de ocho horas diarias.
¿Te digo de qué se trata la vida? Porque realmente es más sencillo de lo que parece, la vida se trata de encontrarse a uno mismo, de aceptarse, de disfrutar y reír, sin importar la inmensa diversidad que existe en el planeta, porque al final de cuentas todos somos almas que merecen una y dos y tres, y cuatro y cuántas oportunidades puedas tomar.
Los sueños se persiguen, las metas se logran, los malos amores se superan, la confianza se regenera, la bondad se expande, y ves a los demás con los mismos ojos con los que el “amor” podría verte a ti.
Porque quizá este sentimiento no sea una persona física, pero es una fuerza interior. Llora, desahógate, y nunca querido lector, sientas que vales menos que alguien más. El valor de un ser humano no está en lo que tiene, en cómo se ve, en cómo habla. El valor de una persona está en su humildad, en su sonrisa, en ser solidario, empático. Recordéis que la empatía es ponerse en los zapatos de los demás, más no, abrocharse las cintas. Lo aprendí de alguien un día.
Fallarás mil veces, caerás otras mil, pero te aseguro que el día de mañana estarás viviendo lo que otros sueñan. La felicidad sí existe. Hay millones de vidas con millones de historias, historias de dolor, de sufrimiento y odio. Incluso algunas fantasiosas. No busques una sentimiento de felicidad eterno, realmente es más complejo de lo que parece. Vive por ti, no por tus hijos, no por tus padres, no por tus hermanos, no por tu familia o amigos. Si no, por ti.
