Final | Parte dos.

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Momento para apreciar todos los separadores, banners de esta historia. (Que me quedaron divinos) Ahora si. Pueden continuar. XD.

“No duele el pasado, duele el recuerdo de no haber logrado hacer algo para cambiarlo”

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“No duele el pasado, duele el recuerdo de no haber logrado hacer algo para cambiarlo”

—Limberem.

       
                 •Ataque final•

Sollocé llorando, no sabía qué hacer, giré en busca de alguien que pudiese ayudarme pero las personas seguían en la feria, la mayoría ya de había ido, y algunas otras estaban tan borrachas o simplemente no querían involucrarse para ayudarnos.
Presioné su herida con la palma de mi mano. Así como muchas veces él se encargó de mantenerme con vida.

—Perdóname linda, perdóname por favor—yo negaba con la cabeza. Escuché como Ikender gritaba mi nombre y todos corrían rápidamente a dónde estaba.

—¡¿Qué pasó?!— gritó Dalia.

—Él me salvó, un ladrón quería, quería lastimarme y él se interpuso—Ikender mantenía la mirada fría y sería. Sabía quién era.

—Ayúdalo por favor— le pedí a Rosel, gruñó resistiéndose, al final se apiadó de mi rostro y se llevó la muñeca a la boca con intensiones de morderla y ayudar a Joseph.

—No, déjalo— él negó mirándome a los ojos.

—Lo lamento, pero ahora he pagado, y lo seguiré haciendo en el más allá— sollocé negando. No quería dejarlo morir. No cuando había dado su vida para salvarme.

—Perdóname Eiderin— Murmuró escupiendo sangre.

—¡Ella nunca te perdonará malnacido!— Ikender estaba a punto de perder el control. Lo miraba en sus ojos. Negué. Él me dañó, pero me mantuvo con vida. Y ahora había dado la suya para saldar su deuda.

—Te perdono, te perdono— Susurré, él sonrió y sus ojos se cerraron.

~*~

Al llegar a la mansión Ikender me llevó a nuestra habitación, Rosel se encargó de Joseph, la policía debía hacerse cargo está vez. Dalia y el pelirrojo dieron su testimonio, a parte que las cámaras de seguridad relataban lo que había sucedido.
Me sentía culpable, triste, viví tanto dolor en esa casa, los tres me hicieron tanto daño. Pero no podía cambiar el tiempo, simplemente no podía volver a empezar…o quizás sí.

Dos días después del altercado en la feria tenía que hablar seriamente con Ikender. Rosel ya lo sabía y no se lo había tomado bien, estaba furioso conmigo, incluso se llevó a Dalia de la mansión, según él quería asentarse con ella en su propia casa. Aunque en el fondo la razón era otra.

ALPHA IKENDER +21©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora