C o m p l e t a
Él era el gran Alpha de Alemania.
Ella una humana esclavizada.
Él fue libre toda su existencia.
Ella estuvo cautiva cinco años, su padre la había vendido al peor hombre que la pequeña Eider pudo conocer.
Estaba en medio de las vías...
Este capítulo es importante. Leé. Contiene leves menciones sexuales.
Alpha Ikender. • Fuego y Hielo•
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Respiró profundo. El canto de los pájaros y olor a flores silvestres la relajaba. Solía tomar siestas pequeñas durante el día, ya que de noche, le era imposible dormir. A diferencia de su hermano, tenía la bendición o capacidad, de soñar. Aunque la mayoría de las veces siempre eran pesadillas, las que entraban sin invitación a su mente.
Rosel no compartía sangre con ella, sin embargo su parecido, y claro, cariño mutuo los habían convertido en hermanos. Incluso llevaba su apellido. Aunque el real igual que su nombre, habían quedado calcinados siglos atrás. Poseía casi la edad que el Alpha supremo, aparentando dos décadas.
Estaba tan inmersa en su pequeño descanso, que no logró darse cuenta de que alguien le miraba con curiosidad y, anhelo. Aquel que un día fue venerado como un dios, titulado rey, y ahora simplemente se colocaba como Lort, detallaba el fino rostro de la vampiro. Nunca había visto dormir a uno de su raza, no desde hace mucho. Después de que aceptará ser su dama de compañía, su obsesión por saber más sobre quién pasaría por su castillo, lo embriagó. Dean uno de sus más leales sirvientes tuvo la tarea de investigar por lenguas oscuras, la identidad real de su hermosa dama.
Convertida en el año 1500, por dos vampiros transeúntes, la vida de Victoria Melart no estaba nada lejos de ser horrible. Al menos el ser transformada la liberó del dolor por la hambruna que se extendía en Suiza. Lugar donde nació.
Tayhana De Velaise. Su primer nombre en este mundo. Mató a toda su familia incluyendo a su hermano menor, un bebé indefenso. En ese entonces el pueblo de Coira, pertenecía a las asentaciónes más antiguas de todo el territorio. No existían tantas especies mágicas allí. Por lo que, Victoria tuvo que hacerle frente sola al monstruo de su interior.
Fue cazada, torturada, la intentaron desmembrar viva y sobre todo quemar como una bruja. Pero su amor por su gente no le permitió seguir dañado a otros. Prefirió dejarse matar por ellos mismos. No obstante una de las plagas más poderosas del bosque oscuro emergió en esa sección del oriente. Amenazando no solo a toda la ciudad, si no, el mundo entero.
Victoria logró escapar, presa de la ira por ver cómo esos seres masacraban a los humanos sin consciencia alguna. Se arrodilló en la entrada del bosque. Implorando a quien sea que pudiese oírla, la fuerza necesaria para salvar a toda suiza.
Kalheí le escuchó. Luz de diosa, corazón de guerrera y alma de madre. Vió en los ojos de Victoria más que valentía, gratitud. Kalheí pertenecía a la tierra, a los lagos de hielo en las montañas principalmente. Así que envío a su hija, una semi humana que había procreado con un hombre, cuya suerte terminó en los hielos fríos. Para que ayudará al pueblo mediante esa vampiro recién transformada.
