Capítulo 23

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Narra Asena:

- L...lo siento- ¿es lo único que puede decir? Mi ira va en aumento, sentí mi sangre hervir en mis venas.

- Un lo siento no me sirve de nada- Lion miraba a Khaled, lo miraba como si quisiera... matarlo, antes de que pudiera decir algo mas sentí un sudor frío, junto a una opresión en el pecho.

- Asena mírame- me giro en sus brazos.

- Su corazón- antes de que pudiera decir otra cosa caí en la obscuridad, pero a diferencia de cuando duermo esta era una obscuridad mas intensa, sentí algo cálido envolverme pero su calidez poco a poco se fue hasta que sentí como quemaba mi piel, trate de gritar pero mi voz no salió.

Sentí como pasaban los minutos y las quemaduras en mi piel iban en aumento, hasta que de repente todo se detuvo, caí en algo duro, ahí frente a mi había un señor.

Sus ojos me miraban con alivio, su cabello blanco lo traía atado en una coleta, una corona de fuego estaba sobre su cabeza, me tendió la mano, pero no la tome, me levante un poco mareada.

- Hija- me aleje unos pasos, en cierto modo si me parezco a él, ¿él será mi padre biológico?

- ¿Quién eres tu?- mi voz por fin salió.

- Soy tu padre biológico como tu dices, soy Lucifer segundo rey del inframundo- me mantuve tranquila.

- ¿Dónde estoy?- miro al rededor pero solo hay obscuridad.

- En el limbo, tengo que llevarte al inframundo- me tomo de la mano y yo cerré los ojos porque su piel quemaba la mía, cuando me soltó vi que estábamos en un lugar con mares de lava, fuego o lo que sea, había un solo castillo y un camino de piedra volcánica.

- ¿Dónde están los demonios y las almas que son torturadas por toda la eternidad?- mi padre se rio.

- Los demonios y las almas están en otro sector del inframundo aquí solo tenemos acceso los miembros de la realeza y nuestros guardias- camino y yo lo seguí, se detuvo a pocos metros de llegar a las puertas del castillo y yo lo mire extrañada.

- No puedes entrar así- lo mire sin entender entonces ¿cómo quiere que entre? me empujo y yo caí al mar de lava sintiendo como me quemaba, unos minutos después ya no sentía nada, era como estar en el mar, se sentía cálido y ya no me quemaba, me acerqué a la orilla del camino y salí del mar de lava, mire mis manos mis uñas estaban mas largas de lo normal, eran puntiagudas como garras, mi piel parecía escamosa sentí un ligero calor en mis ojos.

- Eres idéntica a mi- gruñí ¿cómo se atrevió a empujarme al mar de lava? Puede haber muerto.

Ah no ya estoy muerta o algo parecido, no lo sé estos es muy confuso.

- ¿De qué hablas?- mi padre sonrió e hizo aparecer un espejo, mis ojos son negros solo el iris es rojo, rojo sangre, mi cara es como mis manos solo que ahí las escamas se tornan de color blanco.

- Esa es tu forma de demonio- abrí la boca y mis dientes eran puntiagudos, puse mi dedo ligeramente encima de uno y sangre comenzó a salir, la sangre era de color negro, después de unos segundos el flujo de sangre se detuvo y se cerró la herida, mis dientes son muy filosos.

- ¿Puedo volver a morir?- le pregunte a mi padre viéndolo directamente a los ojos.

- No, los demonios no morimos al menos no los demonios mayores por eso somos tan odiados por los otros seres sobrenaturales e incluso por los ángeles- asentí, seguimos nuestro camino al castillo, había unos guardias en la entrada, nos abrieron las puertas y después hicieron una reverencia ante nosotros.

- Bienvenida a casa princesa- dijo un demonio que no se en qué momento apareció a nuestro lado, se parecía a Lion pero no podía ser él.

- Tengo que volver con mi mate- mi padre me miro con una ceja levantada.

- ¿Tu mate? ¿hablas del lobo Delta?- asentí -Primero te enseñaré a dominar tus poderes-

- Quiero volver con él ahora-

- ¿Temes que te olvide y se busque a alguien mas? tranquila aquí podrían pasar meses o años pero haya solo serán unos segundos-

- Esta bien- dije resignada, caminamos hasta la que parece ser la sala del trono -¿Tengo mamá?- lo se era una pregunta estúpida.

- Tu madre era la mejor mujer demonio que los dioses del mal hayan creado, ella era mi compañera de obscuridad, nos pertenecíamos y cuando supimos que estaba embarazada de ti nos alegramos mucho, hubo una fiesta por todo lo alto- guarda silencio y su rostro se ensombrece -Fuero los 3 meses mas alegres de nuestras vidas, el momento de tu nacimiento llego pero estábamos siendo invadidos por los ángeles, alguien los dejo entrar, yo pelee con ellos mientras tu madre te traía al mundo, un ángel logro entrar en el castillo y tu ya habías nacido, cuando yo llegue a donde ustedes debían estar vi a mis mejores demonios muertos, tu madre murió tratando de salvarte de los ángeles ella no era una demonio mayor como nosotros y yo hasta hoy sigo arrepintiéndome de no haberla convertido en una, los ángeles sellaron la salida del inframundo para que no pudiera ir a buscarte-

Mi verdadera madre me amaba tanto que dio su vida por tratar de protegerme, me hubiera gustado mucho conocerla.

- Ya veo- mi padre me abrazo, yo pensaba que los demonios no amaban, pero veo que si lo hacen.

- Comencemos con tu entrenamiento- asentí y me prepare -Por cierto, responderé todas tus dudas mientras entrenamos se que tienes muchas preguntas- asentí.

- ¿Como reconozco a mi compañero de obscuridad?- tal vez tenga un tercer compañero aun que en ese caso lo rechazaré para quedarme con Khaled, mi padre me lanza golpes y yo los esquivo ágilmente.

- Tu ya lo conoces es ese lobo Delta, aunque no me agrada mucho para ti- golpeo su rostro pero no con mucha fuerza.

❤️La mate del lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora