Capítulo 13

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Narra Lion:

Mi nombre es Lion Blood, soy un vampiro y tengo 119 años, ahora soy líder del clan Golden Blood, desde que tengo 17 años he buscando a mi compañera eterna en todo el mundo, pero nada es como si no hubiera nacido todavía en ese tiempo, pero hace tres años en mi cumpleaños 116 mis amigos me llevaron a Paris, estuvimos ahí en la semana de la moda y la familia mas famosa en esa industria estuvo ahí.

Los Middleton son esa familia y además también son reconocidos por que la madre de la señora Middleton es esposa del rey de los vampiros, bueno me estoy desviando un poco del tema, una noche nos preparamos para su pasarela y ahí reconocí por primera vez a mi compañera eterna.

Asena Middleton modelo e hija, ella resaltaba sobre las demás modelos, tenía elegancia y sensualidad en su caminar, su cara seria, pero con una sonrisa traviesa, todo en ella me incitaba a reclamarla, incluso su dulce aroma, mis amigos también babeaban por ella pero cuando les dije que ella era mía dejaron de prestarle atención.

Nos quedamos al final de la pasarela, la vi responder preguntas a los reporteros, dominaba muy bien el francés, yo no le quitaba la mirada de encima, desde ahí la he seguido a todas partes la conozco mejor que a mi mismo y en muchas ocasiones estuve a punto de matar a su novio.

Pero cuando por fin me decidí a hacerlo fue cuando ella se mudo con su abuela, ósea el mismo pueblo de Canadá donde esta mi residencia permanente, lo hice sufrir por ocupar mi lugar, lo hice sufrir por que la hizo llorar, lo hice sufrir solo por que se me antojó.

En el pueblo me enteré de la muerte de mi tío el antiguo líder de mi clan, me distraje y ahora un maldito Delta la reclamó en mi lugar, pero estoy dispuesto a todo por ella, daré mi vida si de eso depende alejarla del Delta y se que ya se su nombre pero aun así hace rato se lo pregunte para no confundirla aun que tarde o temprano le diría que yo ya la conocía.

Presente...

Ella se aleja de nosotros muy enojada, tanto que olvido que su hermano está aquí con nosotros.

- Lo único que haces es causar problemas deja a Asena en paz-

- Ya te dije que no me hables Beta de pacotilla-

- Ya dejen de pelear ella ha sufrido mucho por lo que sabemos- miro a Betsabé.

- Ustedes no saben ni la mitad, yo estuve ahí cuando mas sufrió, yo siempre estuve siguiendo.

- ¿Entonces tu eras esa sombra que la seguía?- asentí

- Y tu no tienes derecho a ver su pasado y contárselo a todos- estuve a punto de tomar su cuello y apretarlo, pero recordé él tratando de paz que tengo con sus padres y mejor me alejé siguiendo el olor de Asena, tarde un poco en encontrarla, pero por suerte lo hice, ya que encontró una planta de marihuana, me lance a pisar la planta, ella me miro de arriba a abajo.

- ¿Por qué lo hiciste?-

- Porque te estoy cuidando, ya no permitiré que te intoxiques con esas sustancias-

- Que pesado eres- sonreí, le extendí mi mano para que la tomara.

- Ven te enseñare algo que seguramente te va a encantar- ella miro mi mano con desconfianza, pero al final tomo mi mano, con gran agilidad logre subirla a mi espalda, ella se sorprendió y después se sonrojó, lo trato de ocultar, siempre haciéndose la insensible.

- ¿Y dices que el pesado soy yo?, tu pesas más que una vaca-

- Pues en eso si no te creo soy una modelo profesional y mantengo mis dietas de manera muy estricta, además de hacer mucho ejercicio, así que si peso seguramente es por mis músculos- presumió.

Comencé a correr tomándola por sorpresa, ella grito pero no era un grito de terror si no uno de emoción, yo sonreí, había logrado acercarme a ella y no pienso dejársela fácil al perro sarnoso, después de un rato o al menos para mi velocidad de estar corriendo, llegamos a donde la quería traer.

Un sitió de carreras clandestinas, que son legales para los seres sobrenaturales, aquí soy muy conocido por que antes yo tenía el título de rey de la terracería, estamos en una montaña un poco alejada del pueblo, la ayude a bajarse, estaba mareada, pero eso le encanta y se le nota.

- ¿Qué te parece?- un brillo apareció en sus ojos.

- Esto es lo máximo, aunque dudo que un carro le pueda ganar a tu velocidad- me reí porque tenía razón

- Un carro normal no, pero estos carros y motos se manejan con energía demoníaca o angelical, ambas son igual de rápidas incluso mas que yo-

- Quiero correr- podía oler la adrenalina que se estaba generando en su sangre.

- Bien podría prestarte mi carro que guardo aquí si quieres pero...-

- Ya sabía ¿cuál es tu condición?-

- Que dejes de meterte drogas- ella sonrió, se que planea negociar y estoy dispuesto a todo con tal de que deje ese mal habito.

- Bien pero me traerás aquí cada vez que yo quiera-

- Me parece justo- nos tomamos de la mano para sellar el trato -Una cosa mas yo iré como tu copiloto- ella se encogió de hombros.

- No le veo problema a eso- asentí y caminamos al garaje donde guardaba mi carro y mi moto.

Ella miro asombrada mi Charged, supe inmediatamente que se había enamorado de mi carro, tome las llaves del estante y se las lance, ella lo primero que hizo fue subirse y hacer ronronear al motor, juro que escuche un gemido salir de sus labios.

- Ronronea igual que un gatito- sonreí, ella es mi droga y espero yo convertirme en la suya.

- Hay que revisar el motor, el aceite y mas cosas, yo me encargo de revisar e l nivel de energía demoniaca pero eso lo haremos mañana- ella asintió.

❤️La mate del lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora