Capitulo 35

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La sangre se agolpa en mis pies, no estoy segura de quién puede ser pero la imagen del chico arrogante no deja de dar vueltas en mi cabeza ¿Cómo carajos obtuvo mi número?

-¿Estás bien?- la voz de Matt se alza sobre la música- estás pálida, ¿Que sucede?- pregunta con gesto preocupado mientras me entrega la cerveza en la mano.

Niego con la cabeza.

-Estoy bien- sonrío.

-¿Estás segura?- asiento. Pero sé que no se lo ha tragado por la manera en que me mira, eso y su ceño fruncido. No quiero arruinar la fiesta, ya habrá tiempo para hablar de eso.

~*~

El sonido irritante y tedioso que se escucha a lo lejos no me permiten seguir durmiendo, abro mis párpados un par de veces para acostumbrarme a la luz que se cuela por la ventana, mi cabeza está a punto de estallar. Bebí de más esta vez. Con dificultad me incorporo y me doy cuenta de que estoy en mi habitación, en mi cama y es mi celular el que produce ese sonido que me trajo de vuelta de los brazos de Morfeo.

Estiro mi brazo hasta alcanzar el aparato que se encuentra en el buró junto a mi cama, un número que no conozco brilla en la pantalla con una llamada entrante, la idea de que tal vez sea Dan viene a mi mente, pero decido hacerle frente así que contesto el teléfono.

-¿Señorita Elizabeth Mills?- una voz desconocida responde desde el otro lado de la bocina.

-¿Si?- pregunto con voz pesaroza.

-Hablo del departamento de policía, para informarle que su solicitud a sido aceptada- en el momento en el que el hombre del otro lado suelta las palabras mis ojos se abren- me complace informarle que ah aprobado el concurso de ingreso, los cursos de formación, así como los procesos de evaluación de control de confianza. Bienvenida al departamento de policía.

Después de informarme sobre mis horarios y mis turnos cuelgo el teléfono y corro a las demás habitaciones, doy un par de golpes y la voz de Matt -adormilada y apenas inteligible- se escucha del otro lado de la puerta.

-Necesito hablarles- medio grito.

En este momento me importa una mierda el dolor inmenso de mi cabeza, estoy un paso más adelante de atrapar a ese hijo de puta. Corro hacia otra de las habitaciones, pero nadie responde, y continúo hasta que doy con la que me responde Tamy, estoy segura que Jason está con ella, bajo hasta la planta baja, y corro a la cocina donde sé que Eve estará, en el momento en el que se da cuenta de mi presencia me sonríe.

-Vaya fiesta la de anoche- su mirada se vuelve triste- tu padre estaría feliz al verte ebria.

Una risa rebervera en mi pecho, solo de imaginar a mi padre felicitándome por haberme embriagado, Eve ríe también.

-¿Cómo llegué a mi cama?- pregunto con el ceño ligeramente fruncido, sin recordar absolutamente nada después del mensaje que recibí y de las cervezas que le continuaron.

-El joven Matt la cargó y la llevó a su habitación- sonrío avergonzada- y el joven Jason hizo lo mismo con la señorita Tamara. Después regresaron y siguieron bebiendo ellos dos, después de un rato Joe despidió a los invitados y se aseguró de que la casa estuviera vacía y segura. Y ayudó a los chicos a llegar a sus habitaciones.

La casa sigue tirada, imagino que Eve no tiene mucho que despertó y eso me tranquiliza, así podré hablar para que manden a algunas chicas para que le ayuden a Eve a limpiar el desorden. Sé que no querrá quedarse sin hacer nada, que aunque le pida que deje a las empleadas hacer el trabajo no lo dejará así, de echo querrá hacerlo ella sola, pero de ninguna manera lo permitiré.

Desafiando al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora