Capítulo 58

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Los recuerdos invaden mi mente sin poder evitarlo, el chico de ojos verdes llena mis pensamientos, a pesar de que trato de enfocarme en mi mejor amiga quien habla para mí, no se exactamente que es lo que dice, ya que no soy capaz de prestarle atención en lo absoluto, observo la alfombra de su habitación antes de cerrar mis ojos con fuerza, mientras cierro entre mis puños la tela del vestido que llevo puesto, sacudo la cabeza tratando de alejar la imagen de Harry de mi mente, y tratar de enfocarme en Tamy, ella se merece toda mi atención ahora, sobre todo este día, sobre todo después de estos meses que tuvo que retrasar la fiesta de su boda debido a lo ocurrido con Harry.

—¿Liza?— su voz (casi en un grito) llena mi audición, así que mi atención se fija en ella— ¿Escuchaste algo de lo que te dije?

—Lo siento— la sonrisa de disculpa que esbozo la hace resoplar antes de avanzar hasta su cama (dónde me encuentro sentada) y sentarse a mi lado— en verdad lo siento ¿Que decías?

—Sé que te hace falta, sé que quisieras que Harry estuviera aquí— sus manos aprisionan las mías antes de darles un apretón en gesto conciliador— Jason también lo ha echado de menos sobre todo hoy— mis ojos se mojan con lágrimas no derramadas, pero me trago el impulso de dejarlas salir, me trago el nudo en mi garganta, por mi amiga, porque ella no merece nada de esto— tal vez debamos posponer más tiempo la boda, solo hasta que...

—No— la corto de tajo— ya lo hiciste por meses y te lo agradezco, pero tampoco puedo hacerte esto— niego con la cabeza— es solo que creí que siendo sus padrinos íbamos a compartir este momento.

—Lo sé— mi amiga asiente— recuerdo cuando Jason se lo pidió a Harry— sonríe cuando su mente vaga por la fosa de sus memorias.

—¿Estás lista?— suelto desviando la conversación— déjame verte.

Mi amiga se pone de pie con su enorme sonrisa y gira un par de veces haciendo que el vestido de novia —nada sencillo— que lleva puesto gire con ella, las lágrimas se me escapan pero esta vez es por mi mejor amiga, por verla así de feliz, me pongo de pie y la envuelvo entre mis brazos, en un abrazo fuerte, a ella le toma unos instantes regresar el gesto pero lo hace.

Estás hermosa— digo, después de dejarla ir— vamos que se hace tarde.

Ella asiente y sonríe radiante, antes de darme un golpe en mi mano cuando se da cuenta que estoy limpiando mis lágrimas sin ningún cuidado, ruedo los ojos antes de echar aire hacia mis lágrimas para que éstas se sequen y no arruinar mi maquillaje. Avanzamos por la enorme casa de Tamy, hasta llegar a la puerta trasera que da al patio, asomo mi cabeza para tener una visión de la multitud de gente sentada en las sillas frente al juez, mi ceño se frunce cuando no soy capaz de ver a Jason.

¿Qué? ¿Que sucede?— suelta mi amiga horrorizada al ver mi expresión, estoy a punto de responder pero su voz no me permite articular palabra —Genial— el sarcasmo tiñe su voz cuando habla y dirijo mi atención hacia el punto dónde su mirada está clavada— sé que te dije que si podías invitarlo pero realmente creí que no vendría— el gesto de desagrado aparece en sus facciones cuando Dan Taylor avanza hacia nosotras— no entiendo cómo puedes soportarlo ¡Casi te mata! Con razón Matt lo odia— esta vez suena molesta.

Solo quiero dejar todo eso atrás Tamy, ya perdí a muchas personas— niego con la cabeza— no vale la pena vivir con resentimientos. No estaría disfrutando de mi vida. La terapia me ayudó bastante así que Matt también fué por petición mía y parece funcionar bastante bien.

Dan nos saluda y nos agradece la invitación, la falsa cordialidad que mi amiga le ofrece al chico se siente hasta en el aire y pronto la situación se vuelve incómoda, así que Dan se sincera cuando nos dice que invitó a alguien, se disculpa por su atrevimiento con mi amiga, pero ella parece haber enmudecido, así que en su lugar le digo al chico que está bien, que no hay problema alguno, sin más que decir avanza al patio.

Desafiando al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora