Capítulo 15

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NARRA JUSTIN

Estaba jodido, eso lo tenía claro desde hace mucho tiempo, después del beso con Emma, no sabía que hacer, esto no me había pasado nunca.

El fin de semana pasó rápido, el domingo por la noche quedé con Andrew, el hermano de Josh, se podría decir que era mi mejor amigo, íbamos a ir a un bar al que solíamos ir, era nuestra vía de escape, llevaba haciendo esto casi tres años, desde que murió mi madre, me pasaba el día bebiendo, fumando, metiéndome en peleas, incluso traficaba, me daba igual todo, pero esta noche no bebía por eso, sino por lo que pasó el viernes, necesitaba distraerme.

Pedimos lo de siempre, y aunque no tengamos la edad legal la camarera no nos pide el carnet, la camarera creo que se llama Jenny, tendrá unos dos o tres años más que yo, cada vez que vengo no para de mirarme, y hoy no es diferente, pero no estoy de humor como de costumbre.

-       Eh, tío, ¿estás bien? –pregunta Andrew, aunque sé que me lo pregunta por Jenny, nunca antes la había rechazado así. No pienso responderle.
Después de unas cuantas bebidas más, quizás demasiadas, tres chicos entran al bar, uno de ellos tropieza con mi taburete y se tambalea haciendo que su bebida me caiga encima.

-       Ten más cuidado, gilipollas –grito con desprecio al culpable de que mi camiseta tenga una mancha enorme. A simple vista se nota que estos tres hombres son peligrosos, probablemente de alguna banda. Hace unos años pensé en unirme a una, solo por fastidiar a mi padre, pero eso de obedecer a un jefe, no me iba nada.

-       ¿O sino qué? –responde, acercándose a mí, amenazante, sus dos amigos le cubren las espaldas.

Antes de que pueda contestarle mi puño impacta contra su mandíbula, la adrenalina corre por mis venas, definitivamente esto era lo que necesitaba. Los tres hombres se me echan encima y Andrew acude en mi ayuda. Después de varios golpes más, uno de ellos consigue derribarme impactándome en el ojo, mientras observo el panorama desde el suelo, veo que los demás clientes están alarmados y llaman a la policía, esa es la señal que Andrew y yo necesitamos para salir pitando del local. Y eso es exactamente lo que hacemos, los tres hombres intentan seguirnos, pero nos montamos en mi coche, antes de que nos alcancen. La adrenalina del momento se va desvaneciendo.

Dejó a Andrew en su casa y me voy a la mía, no debería de estar conduciendo después de haber bebido tanto, pero a la mierda todo, me da igual. Cuando llego a casa, veo que el coche de mi padre está aparcado en la puerta, aunque no sé porque me extraña son las cuatro de la mañana.

Entro a la casa, cerrando de un portazo y subo a mi habitación. El hecho de que mi padre no me esperé despierto o me pregunte donde he estado es algo ya habitual desde hace mucho, ya que estas noches son algo rutinario en mi vida.
Mañana es lunes, definitivamente no iré, me quedaré durmiendo. Al tumbarme en la cama siento el dolor en el ojo y en el costado, seguramente mañana los tenga morados.

Al día siguiente me levanto al medio día, bajo para comer y para desgracia mía, mi padre está ahí.

-       Hola –digo sin ganas.

-       Me han llamado mis compañeros de la policía, ayer hubo una pelea en el bar y por tu ojo morado, me imagino que fuiste tú –comenta mientras empieza a comer. Me siento en frente suya y me sirvo la comida.

-       Pues sí, fui yo –respondo sin mirarle ni siquiera a la cara.

-       Justin, ¿cuándo dejaras de meterte en peleas? –pregunta mi padre.-ya han pasado casi tres años desde que murió tu madre y sigues así.

-       Ni se te ocurra hablar de ella, no tienes derecho a decirme nada –grito enfadado, como vuelva a decir algo sobre mi madre, no me haré responsable de mis actos. No entiendo como puede hablar así de ella, de verdad que no lo entiendo, odio a ese hombre, el que dice ser mi padre, me arruino la vida. Sin dejarle tiempo a responderme me levanto y me voy, salgo de casa y cojo mi coche, acelero hasta que el motor ya no puede más.

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