Capítulo 35

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Lunes por la tarde, dentro de quince minutos tenía que estar en el instituto, ya que tenía el castigo durante toda la semana, espero que sea lo más breve y entretenido posible, aunque lo dudo.

Hoy en clase, solo había hablado con Archie, el cual estaba bastante molesto con Justin, sin embargo, no había hablado con Justin, no era que lo estuviera evitando, simplemente no ha surgido el momento.

El director me recordó esta mañana que tenía que ir esta tarde a la biblioteca a las cinco, así que me dirijo allí, por lo que he oído el entrenador del equipo de fútbol americano se encarga de los castigos esta semana.

Al entrar a la biblioteca, subo a la segunda planta, tal y como me explico el director, lo primero que me encuentro son estanterías con miles de libros viejos y desordenados, algunos incluso están amontonados en el suelo, entre estas estanterías hay cinco pupitres separados unos de otros.

- Hola entrenador –saludo mientras que me siento en uno de los pupitres, por ahora solo hay una chica más sentada en el pupitre más alejado, está concentrada en un dibujo y para ser sincera no me acuerdo de su nombre, el año pasado estuvo en mi clase y era bastante borde y solitaria.

- Solo falta un alumno por llegar, mientras tanto id dejando los móviles en la caja –dice el entrenador, ambas nos levantamos y hacemos lo que dice.

- Justin llegas tarde, ya sabes como va –dice el entrenador a mis espaldas, no tenía ni idea de que Justin estaba castigado, este se sienta en uno de los pupitres y deja su móvil, obviamente no es la primera vez que ha estado aquí.

- El castigo de hoy consiste en ordenar todas las estanterías de esta planta.

- Venga ya entrenador hay demasiados libros y estanterías –se queja Justin, al principio me sorprende el tono que emplea con el entrenador hasta que caigo en la cuenta, de que Justin es el capitán del equipo de fútbol americano del instituto.

- Deja de quejarte Williams, podéis empezar, vendré en una hora para ver como vais –responde el entrenador, guardando los móviles en un cajón con llave de su mesa, una vez que se ha ido Justin se gira hacia mí.

- ¿Qué haces aquí? –pregunta.

- Me castigó el director por dormirme en clase y reírme de su peluquín –ambos reímos ante esa imagen – ¿y tú?

- Me castigaron cuando le tiré los exámenes y respondí a la profesora –responde, en ese momento recuerdo que fue el día que hacía años desde la muerte de su madre.

- Yo me piro –suelta la chica del fondo, mientras se levanta y se va, lo que significa que estamos Justin y yo solos. Me levanto y miro a Justin para que se levante también y podamos empezar a ordenar.

- ¿De verdad vamos a ordenar todos esos libros? –dice incrédulo y perezoso.

- Claro que sí, vamos –insisto tirando de él para hacer que se levante, sin embargo no soy consciente de lo que hago hasta que acabamos cogidos de la mano, ya que era para obligarlo a levantarse, no puedo evitar que mi corazón se acelere un poco.

Me suelto y me doy la vuelta en dirección a las estanterías, aunque la tensión se podría cortar con un cuchillo, me siento frente a una pila de libro y empiezo a ordenar, Justin está de pie apoyado en una de las estanterías mirándome, y eso solo hace que me sienta más incómoda.

- ¿puedes dejar de mirarme y ayudar?

- ¿por qué? ¿estás nerviosa? –responde acercándose hasta mí. Joder claro que estoy nerviosa, mi mente sigue hecha un lío en cuanto a Justin y Archie, y no quiero que pase nada hasta que lo tenga todo claro.

- No –digo titubeando lo que hace que Justin sonría.

- Emma sé cuando mientes y ahora mismo estás mintiendo.

- Justin por favor, déjalo ya, no lo hagas difícil.

- No es difícil es más fácil de lo que crees.

- No lo es, porque estás tú y luego Archie, y yo estoy confusa y esto solo hace que lo este aún más –confieso.

NARRA JUSTIN

Me molestaba que Archie significará algo para Emma, porque yo la quiero, pero por el tono de su voz sabía que ella realmente estaba confusa, y aunque yo deseará que me eligiera a mí, no me gustaba verla así.

- Está bien pues seamos amigos –propongo – por ahora –añado para que queden claras mis intenciones, por ahora podíamos ser amigos hasta que Emma estuviera segura, y mientras tanto podríamos pasar tiempo juntos para que Emma volviera a confiar en mí, y lo mejor de todo, pasar tiempo con ella, porque odiaba verla todos los días en clase, y no poder hablar con ella.

- Vale –responde Emma.

Durante el resto de la tarde, ordenamos libros, hacemos bromas y hablamos de cualquier cosa, el entrenador ha venido varias veces a ver como íbamos, aunque la mayoría del tiempo no estaba. El tiempo se había pasado bastante rápido, tanto Emma como yo teníamos que volver a casa, yo no quería, pero tampoco quería agobiarla, además de que mañana por la tarde nos veríamos de nuevo.

Al llegar a la puerta de mi casa, veo a Andrew sentado en los escalones con una botella en la mano.

- ¿Qué haces en la puerta de mi casa? –pregunto.

- Venía a buscarte para ir al bar de siempre, pero como no estabas he ido yo solo –por el tono de voz de Andrew y sus ojos inyectados en sangre, sabía que estaba borracho, y probablemente hace tan solo dos semanas yo estaría igual o peor.

- Ya te he dicho que he dejado esas mierdas –respondo borde, debido a que esta conversación ya la había tenido varias veces con Andrew, él era mi mejor amigo, pero yo había cambiado, le había dicho mil veces que también dejará de meterse en problemas, pero él no tenía ningún motivo para cambiar, yo antes pensaba lo mismo, hasta que Emma me abrió los ojos, es cierto que he mejorado por ella, pero también por mí mismo.

- Te has vuelto un blando y todo por esa mojigata –suelta enfadado.

- No la llames así –respondo. Es cierto que antes de decidir cambiar, una de las cosas por las que no lo hacía y por la que dejé marchar a Emma fue por esto, no quería que pensarán que era un blando o cosas por el estilo, porque durante mucho tiempo he sido así para que me tuvieran miedo y así protegerme a mí mismo de la gente, del dolor, pero no merecía la pena vivir así.

- Andrew vete, o si quieres puedo llamar a Josh para que venga a por ti –propongo, ya que está demasiado borracho para conducir.

- Siempre hemos conducido borrachos, además de que no necesito tu ayuda ni la de mi hermano –responde levantándose de los escalones. Josh y yo ahora éramos más amigos, y a menudo me sorprendía lo diferentes que eran ambos hermanos, Josh siempre se había juntado con nosotros, aunque estaba claro que lo hacía por su hermano, pero él no es así, hace tiempo que me di cuenta.

Llamé a Josh, el cual recogió a Andrew y lo llevo a casa, nos coto que Andrew subiera al coche, pero entre ambos lo conseguimos, después entre en casa, me duché, cené y me dormí, mi padre llegaría tarde hoy, pero lo prefería, ya que intentaba hablar con él lo menos posible.

Only youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora