Camila Cabello (ADAPTACIÓN CAMREN)

Dos meses II

–Oye, ¿A dónde va ella? – Preguntó Kordei, golpeando a Dinah mientras Camila era sacada del edificio de Administración esposada, con la Instructora Jauregui justo detrás de ella. –¿Qué habrá pasado?

–No lo sé– dijo Dinah. –Ella no me dijo nada.

–¿Ella hizo algo?

–No que yo sepa–, dijo Dinah. –Instructora Mitchell, ¿Qué está pasando con Camila?

–No tienes suficiente con tus propios asuntos? – la instructora dijo.

–Prepárense. La instructora Jauregui estará con ustedes en unos minutos.

–Sí, señora–dijo Dinah.

*   *   *

Las pequeñas ventanas le proporcionaron a Camila solo una vista de árboles que pasaban y postes de electricidad. Si bien odiaba los grilletes, descubrió que las restricciones del asiento eran aún más detestables. Consigue algunos amortiguadores decentes para esta cosa, pensó mientras la furgoneta pasaba por encima de otro bache tan bruscamente que sacudía hasta sus huesos, rebotando en el banco de metal sobre el que estaba sujeta. Todas las preguntas en la prueba de práctica huyeron de su mente e incluso la ecuación más simple parecía una tarea insuperable.

Decidió que la parte verbal era una pérdida total, sin tener idea de lo que contenía o incluso qué esperar más allá de las respuestas de opción múltiple. Cuando los árboles dieron paso a los edificios y la furgoneta se ralentizó, Camila descubrió que sus manos comenzaban a sudar y se las frotó en los pantalones de camuflaje. Es solo una prueba, ¿verdad? Nada de lo que preocuparse. Solo una prueba que Vikinga espera que haga. ¿Qué pasa si hacen preguntas que yo no sé? Complemento, exterior, interior, no ... primero, exterior, interior, último. Eso es. Ahora, ¿Para qué es eso? La furgoneta frenó hasta detenerse, causando que sus nervios anticipados se agudizaran dentro de ella. ¿Qué estoy haciendo aquí? Todos los demás han estado en grupos de estudio, o al menos estudiaron para esto. Voy a arruinarlo, lo sé. La única puerta grande en la parte trasera de la camioneta se abrió, inundando la cabina con la luz del sol. La oficial Baker giró la llave para abrir la puerta de malla, luego entró.

–Tratas de escapar y te romperé las piernas, ¿Entendiste eso?

–Sí– dijo Camila mientras se retiraban las restricciones del asiento. –No voy a intentar nada.

–He oído eso antes– dijo la oficial de correcciones, saliendo de la furgoneta. –Está bien, sal despacio–Por mucho que Camila despreciara a la mujer, sin embargo, agradecía la mano tranquilizadora que la ayudó a bajar. –Cuando suelte tus esposas, mantén las manos quietas hasta que te diga lo contrario–Le quitó las esposas, luego las cadenas que se encontraban en su cintura. –Quédate quieta– Le pusieron otro par de esposas, la cadena era más corta que la que se requería para usar con los grilletes. Finalmente, le quitaron el primer conjunto de esposas y la Oficial Baker dio un paso atrás. –Como habrá un supervisor en la habitación, esperaré en el pasillo.

*   *   *

¡Chasquido!

Camila miró horrorizada la punta rota. Había un afilador montado en la pared cerca de la puerta, pero como nadie más había subido para afilar sus lápices, no estaba segura de sí estaba permitido. Para tener que arreglárselas, Camila usó sus dientes para romper algo de la madera alrededor del grafito, luego recogió el resto con la uña.

Usando su papel de borrador, redondeó el borde afilado del grafito, y luego volvió a mirar la pregunta. "Lobo es para la manada como el blanco es sin expresión; caballo a silla de montar, ganso a bandada, zorro a guarida, perro a trineo o león a cachorro." Camila golpeó rítmicamente su lápiz contra su barbilla. Odio estas preguntas. Los lobos corren en manadas. Los perros corren con trineos. ¿Es eso lo que quieren decir? No. Se supone que es una relación clara, eso es lo que dicen las instrucciones. Rebaño. Un ganso vuela en una bandada. Un sencillo para un grupo. Eso tiene que ser. Camila dejó que el lápiz se moviera sobre el círculo, leyendo la pregunta una vez más antes de completar su respuesta.