Doce Meses II

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–Odio dejarte–, dijo Camila. –Especialmente cuando no te volveré a ver hasta el próximo verano–. Ella dejó caer su maleta al suelo.

–¿No me volverás a ver? – Jauregui miró la foto enmarcada de ella al lado de la cama, otra pegada a la ventana, y la que estaba clavada en el panel de corcho. –Tienes todo un rollo de fotos allí–, dijo, golpeando la maleta con el pie. –Hablamos por teléfono todas las semanas y tú sabes que siempre puedes llamar en cualquier momento si lo necesitas.

Ella abrió los brazos.

–Ven acá. – Camila se movió rápidamente. –Me preocupo por ti, Camila. Realmente lo hago.

***

Camila corrió escaleras arriba y cerró la puerta de su habitación, luego bajó las persianas para que nadie viera su juguete secreto.

Envoltorio marrón claro, justo como dijeron. Rasgando el papel, apareció la caja de colores brillantes, prometiendo lo último en placer masturbatorio.

Bueno, la tarea definitivamente puede esperar. Abriendo la solapa superior, sacó el inserto de plástico blanco, revelando el intrincado vibrador. Al tocarlo, descubrió lo que querían decir en el anuncio cuando dijeron que estaba hecho de gelatina blanda.

Apuesto a que se siente mucho mejor que esas cosas de plástico baratas que tienen en el centro comercial. Camila se había debatido durante más de un mes después de ver el anuncio en línea mientras tomaba un descanso de estudio en la biblioteca. Finalmente, su curiosidad y deseo por algo diferente ganaron y ordenó el Vibro Kitty.

–Bueno, pequeña Jauregui–, le dijo al juguete morado. –Veamos qué tan buena eres.

***

–No tenías que hacer esto–, dijo Camila cuando Shawn dio un paso atrás y le indicó que entrara. –No es realmente algo para celebrar.

–¿Estás bromeando? – dijo mientras se dirigían a la cocina donde Niall estaba ocupado trabajando como esclavo sobre la estufa. – Niall, la señorita aquí presente no cree que salir de la libertad condicional valga la pena como para hacer una fiesta.

Niall se limpió las manos en el delantal y tomó su bebida.

–Cualquier excusa servirá–, dijo. –Me sorprende que no hayas hecho una para el Día de Reconocimiento de las Mariposas.

–¿Cuándo es eso? – Shawn preguntó, fingiendo emoción. –Podríamos traer mariposas y hacer un concurso de adivinar las especies.

–Aun no sé por qué te soporto–, dijo Niall.

–Porque soy muy bueno en la cama–, dijo Shawn, dándole una palmadita en el trasero a su amante, mientras se dirigía al refrigerador. –¿Cerveza, Camila?

–Soy menor de veintiún años–, le recordó.

–Yo también–, respondió Shawn, sacando dos botellas de cerveza. –¿Conducirás?

–Sabes que no tengo una licencia o un auto–, dijo, tomando la botella ofrecida. –Simplemente no quiero hacer nada para meter a Niall en problemas.

–Es mi casa–, dijo Niall. –Lo que permito hacer aquí es asunto mío. Hablando de eso, no más período de prueba significa no más pruebas de drogas, ¿verdad?

–Correcto–, dijo, tomando un sorbo de cerveza. Solo uno ... tal vez dos. No me emborracharé. –No orinar más en una muestra mientras alguien te mira– Ella se estremeció. –Dios, odiaba eso.

Camila Cabello (ADAPTACIÓN CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora