Dos Meses IV

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A pesar de que las luces se apagaron casi una hora antes, Camila todavía estaba despierta y sentada en el sofá cuando Jauregui entró.

– Hola.

–Deberías estar durmiendo–dijo Jauregui, arrodillándose para desatar sus botas. –Entonces, de nuevo, ¿Por qué esta noche debería ser diferente de cualquier otra noche que trabajo hasta tarde?

–¿Todo bien? – Camila preguntó. –Usualmente no llegas tan tarde.

–Tuve que ponerme al día con algunos papeles en la oficina– dijo Jauregui, colocando sus botas cuidadosamente junto a la puerta y dirigiéndose a su silla favorita. –Ustedes chicas tendrán un descanso mañana. Estoy demasiado cansada para escribir la prueba que estaba planeando para RS.

–Guay.

–No te emociones demasiado–dijo Jauregui. –Solo obtendrás un indulto de un día– Se frotó la cara y bostezó. –Tal vez dos.

–¿Por qué tienes que trabajar por la mañana EF y luego hacer el turno de la noche? – Camila preguntó.

–Las cuatro instructoras trabajamos EF por la mañana– dijo Jauregui. –Dos de nosotras todavía tuvimos que cubrir la cena y el turno de noche resultó ser mi turno.

–Y harás EF mañana, ¿Cierto?

–Ajá. Vamos a hacer una bonita y larga carrera. Disculpa–Jauregui se cubrió la boca cuando otro bostezo golpeó.

–Deberías ir a dormir.

–En eso estoy–dijo Jauregui. –En este momento. Acuéstate. Voy a apagar las luces.

–Está bien, gracias– dijo Camila, deslizándose entre las sábanas. –Buenas noches, señora.

–Buenas noches, Camila.

–Um ...

–¿Qué? – Jauregui dijo.

–Cuando dices una bonita y larga carrera, te refieres a tres millas, ¿Verdad?

Jauregui se rió y se abrió paso a través de la oscuridad hacia la puerta de su habitación.

–Buenas noches, Camila.

–¿Sabes que tienes una risa malvada, Instructora Jauregui?

–¿De verdad? Bueno. Guarda tu fuerza para mañana. Lo necesitarás.

* * *

–Muy bien chicas, suficiente charla–dijo la instructora Donaldson, haciendo que le prestaran atención. –Han tenido un mes de carreras de tres millas. ¡Esos días han TERMINADO! – Los ojos azules se movieron de una chica a otra. – Han crecido tanto en cuerpo como en espíritu; sé que pueden recorrer cinco millas–Varios gruñidos subieron del grupo. –Y después de que todos hagan veinte flexiones y se estire comenzaremos.

La instructora Jauregui dio un paso adelante, sus ojos escondidos detrás de las gafas espejadas.

–¡AHORA MISMO!

Oh seguro, pensó Camila al tocar la tierra. Como no es tan malo que tengamos que correr cinco millas, vamos a usar los brazos primero.

Como Camila corría mucho más rápido que Dinah y Normani, rápidamente se separaron a medida que la línea ascendía por la ligera inclinación.

Prestó poca atención a los que estaban detrás de ella, concentrándose en cambio en la alta figura de camuflaje que lideraba la manada. Oh, claro que es fácil para ti. No tienes que hacer flexiones primero. Pasó la marca de las tres millas, el lago azul cristalino se burlaba de ella mientras el sudor le bañaba la cara. Dos millas más por recorrer. Nunca lo lograré.

Camila Cabello (ADAPTACIÓN CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora