Dos Años VI

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–Está durmiendo–, dijo Clara mientras se unía a Camila y su padre en la sala de espera. –Parece que ella va a estar fuera por un tiempo.

–No tiene sentido sentarse por aquí mirándola dormir–, dijo Alejandro, mientras se ponía de pie. –Ya pasó la hora del almuerzo, Clara, ¿te gustaría unirte a nosotros para comer algo?

–Me encantaría, si estás seguro de que no hay problema.

–¿Problemas? Pshaw–. Agitó su mano despectivamente. –Tengo la suerte de tener a dos hermosas mujeres a mi lado. No hay problema ni de lejos.

–Tu acento, ¿eres de Maine?

Alejandro sonrió tímidamente.

–Síp

–Maine es un estado tan bonito.

–Más cálido que Alaska–, dijo. –Ahí es donde vivo ahora.

–¿De Verdad? – La madre de Lauren sonrió. –Me encantaría saber todo al respecto.

–Papá, ¿te importaría ir sin mí? No tengo mucha hambre y me gustaría estar aquí si Lauren se despierta.

–Por supuesto que no, Calabacita. No nos iremos mucho tiempo.

***

El sueño había hecho su magia, y una Lauren más alerta se sentó mirando con desánimo un cuenco de gelatina verde. Estaba cansada y dolorida, su mente todavía estaba nublada por las drogas que le habían dado.

–No tengo ganas de comer–, dijo, –dejando que su cabeza cayera hacia atrás contra su almohada. Mantener su cabeza en posición vertical era una tarea para la que simplemente no tenía energía en este momento.

Clara se acercó y cogió la cuchara. Tomó un cuadrado de la sustancia verde y se la ofreció a su hija.

–Solo prueba un bocado, bebé. No necesitas comerlo todo.

Lauren a regañadientes abrió la boca y aceptó el bocado. Su madre ofreció un segundo bocado y Lauren frunció el ceño.

–¿Pensé que solo tenía que comer uno?

–Solo uno más. ¿Por favor?

Lauren suspiró.

–Está bien, pero este es el último–. Tomó el bocado, luego cerró los ojos y dejó que se derritiera en su boca, sin tener la energía para masticar.

–Esa es mi chica–, dijo Clara.

Camila, que había estado parada al otro lado de la cama, extendió la mano y le apretó la mano.

–Ves, eso no fue tan difícil–. Miró a Clara y articuló en silencio, Gracias. Había estado tratando de convencer a Lauren para que comiera sin suerte en absoluto.

Clara solo le guiñó un ojo y sonrió.

–Sé que te dejo en buenas manos, así que voy a ir al hotel ahora y descansar un poco. Realmente no dormí en absoluto anoche y estoy vencida–. Se inclinó y besó a Lauren en la frente. –Te veré mañana, bebé. Alejandro y yo nos vamos a encontrar para el desayuno y luego iremos juntos a tu casa.

–Gracias mamá.

Clara se acercó a Camila y la sorprendió al abrazarla.

–Cuida bien de mi pequeña, ahora.

–No te preocupes. Lo haré.

Camila observó a la mujer mayor salir de la habitación.

–Ella realmente me gusta. – Se volvió hacia Lauren. –Tienes tanta suerte de tener una madre así.

Camila Cabello (ADAPTACIÓN CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora