Seis Meses I

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–¿Te volveré a ver alguna vez?

–Camila, no puedo responder esa pregunta–, dijo Jauregui. –Ninguna de nosotras sabe lo que traerá el futuro.

–Odio esto–, dijo la adolescente, secándose los ojos. –No quiero dejarte.

–Sabías que esto pasaría–, dijo Jauregui, deseando saber las palabras mágicas para aliviar el dolor de Camila. –Es hora de hacer realidad esos objetivos.

–Te amo–, dijo Camila, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Jauregui y descansando su cabeza sobre la parte superior del pecho de la mujer mayor.

–Lo sé–, dijo Jauregui suavemente. –Y me preocupo mucho por ti. No puede suceder, Camila. Sé que entiendes el por qué.

–Lo hago. – Dijo Camila. –Pero todavía no me gusta.

Jauregui sonrió, le dio un rápido abrazo a Camila y luego retrocedió.

–Tengo algo para ti. Quédate aquí–. Fue al dormitorio y regresó un momento después con una caja brillantemente envuelta. –Feliz graduación. – Su sonrisa creció cuando vio como los ojos marrones de la adolescente se abrían con sorpresa. –Cuidado, tiene algo de peso.

–¿Qué es?

–Ponlo sobre la mesa–, dijo Jauregui. –En realidad son algunos regalos. Quita la tapa.

Camila lo hizo.

–Abre primero el sobre de manila. Cuidado, hay un montón de papeles allí. – Jauregui observó con entusiasmo cómo Camila sacaba varios formularios y solicitudes junto con un catálogo de Iroquois Community College. –Aún tendrás que obtener un préstamo estudiantil y un trabajo a tiempo parcial para llegar a fin de mes, pero esos son los formularios de solicitud para todos los programas de matrícula y subvenciones que pude encontrar para lo que calificas. Es suficiente para cubrir tu matrícula y probablemente tus libros también.

–Eso es genial, pero no puedo ir–, dijo Camila, dejando los papeles sobre la mesa. –Todavía tengo que servir otro mes en Crestwood y las clases comienzan en dos semanas.

–Uh huh– Jauregui se mordió la mejilla para no sonreír demasiado y relatar toda la sorpresa. –Abre ese segundo sobre–. Ella se mordió más fuerte cuando la adolescente sacó los documentos legales.

–Modificación ... libertad condicional ...– Camila la miró. –¿Soy libre?

Ahora Jauregui no podía controlar la sonrisa.

–Firmado por el propio juez Gold. Él fue quien te sentenció aquí, ¿no?

Camila asintió con la cabeza.

–Calvo, sin sentido del humor. Se enoja fácilmente.

–Uh huh, apuesto a que tener una adolescente de pelo de payaso hablando de él tuvo algo que ver con eso, ¿no crees?

Camila se ruborizó y asintió.

–Un poco, supongo. ¿Cómo conseguiste que hiciera esto?

–¿Qué te hace pensar que tuve algo que ver con eso? – Jauregui esperó un momento. –En realidad, todo lo que hice fue enviar algunas cartas al juez junto con una copia de tu registro de aquí y mencioné que obligarte a servir ese mes en Crestwood evitaría que pudieras asistir a la Universidad.

–¿Algunas cartas?

–Las instructoras Brooke y Donaldson también tenían algo que decir sobre ti–, dijo Jauregui. –Ahora eso solo significa que el Juez acordó dejarte en libertad condicional siempre y cuando permanezcas en el condado y asistas a la Universidad. Debes reunirse con un oficial de libertad condicional semanalmente y someterte a pruebas de orina al azar. Sin embargo, eso no será un problema, ¿Verdad?

Camila Cabello (ADAPTACIÓN CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora