Tres Meses

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–Está bien, tranquilas–dijo Jauregui mientras las chicas entraban al aula. –Abran sus libros, saquen esos bolígrafos y conecten sus cerebros–Sentada en su escritorio, esperó el silencio. –He decidido hacerles la vida más fácil–Nueve caras adolescentes sonrieron. – Siguen teniendo el examen en la próxima clase, pero he elegido la mitad de las respuestas como opción múltiple–Nueve caras adolescentes se desanimaron. –Ahora que ya les he alegrado el día, hablemos del capítulo doce. ¿De qué sirve la historia del caso número seis, la estudiante universitaria y la fiesta?

Miró a su alrededor, decidiendo quién sería su primera víctima.

–¿Kordei?

–Se arriesgó y perdió, señora.

–Bueno, esa es una forma de decirlo–dijo Jauregui. –Cabello.

–Ella tuvo relaciones sexuales sin protección solo una vez, señora.

–Solo una vez y contrajo el VIH–, dijo Jauregui. –¿Cuál fue su razonamiento por el cual decidió tener sexo sin condón, vamos a ver ... Hansen?

–Él dijo que no tenía uno, señora.

–¿Crees que es una buena razón?

–No señora–, respondieron varias chicas.

–¿Por qué no? Campbell.

–Ella podría haber llevado uno, si estaba planeando echar un polvo, señora.

–Ella podría–Estuvo de acuerdo Jauregui. –¿Cuál fue su otra razón? Rosetti.

–Él no parecía alguien que tuviera alguna enfermedad, señora.

–Claro, porque si alguien tiene el VIH, es notorio, ¿No?

–No, señora.

–Así que, porque como ella estaba cachonda y él se veía bien, jugó a la Ruleta Rusa con su vida y perdió–dijo Jauregui. –Todo por el costo de un condón. Al menos con uno de esos, ella habría tenido una oportunidad de luchar. Campbell, ya que crees que está bien tener relaciones sexuales con extraños mientras lleves condones, ¿Usar un condón la hubiera hecho estar completamente segura?

–Mayormente, señora.

–Creer que un condón te protegerá es como creer que un paraguas te protegerá de la lluvia–dijo Jauregui. –Se rompe, se derrama, ciertos lubricantes pueden debilitar o incluso disolver el látex y, por supuesto, lo mejor es que el Príncipe Azul se lo quita antes de entrar porque no le gusta cómo se siente. Entonces, ¿Cuál es la respuesta? – Miró a su alrededor, notando que todas las chicas encontraban gran interés en el piso o la pared con la esperanza de que no les preguntara. –Kordei, ¿Por qué no nos animas con una de tus ingeniosas respuestas?

–Abastecerse con uno de baterías, ¿Señora?

Jauregui esperó a que la risa se apagara.

–Esa es en realidad una de tus mejores respuestas–dijo. –Ciertamente, en retrospectiva, Jane habría elegido la masturbación sobre el sexo anónimo.

–Un poco difícil con otras treinta y tres personas en la habitación–dijo Rosetti.

–No es que eso te detenga–dijo Kordei.

–Eewww– dijo Dinah. –Eso es asqueroso.

–Está bien–dijo Jauregui. –Corten la discusión. Hansen, es perfectamente natural masturbarse, siempre que sea en momentos y lugares apropiados.

Camila miró su libro de texto, sabiendo que era uno de los beneficios de no vivir en el cuartel. Tuvo suerte de que el sofá no tuviera resortes de metal que pudieran chirriar y delatarla en las raras ocasiones en que surgió la necesidad; ciertamente hizo las cosas más fáciles para ella a pesar del temor de ser descubierta.

Camila Cabello (ADAPTACIÓN CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora