Dos Años IV

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–Camila, ¿por qué estás tomando esto? – Preguntó Lauren, sosteniendo una caja de pastillas verdes y blancas.

–Bueno, no por lo que estás pensando–, dijo Camila, tomando las píldoras anticonceptivas de la mano de la mujer mayor. –Lo son para que no tenga malestar con mi período y así no tengo período con calambres. El médico me los dio después de mi apendicectomía–. Los dejó en el mostrador con el resto de las cosas designadas para el baño. –¿Quieres que termine de desempacar yo sola?

–No, dije que ayudaría–. Lauren tomó otra caja. –Cosas. ¿En qué habitación entran las 'cosas'?

–Depende de lo que sea–, dijo Camila, abriendo otra caja. –¿Ves? Esta caja de cosas es de cocina.

–¿Camila?

–¿Qué?

–¿Son estos lo que creo que son?

Camila se volvió y se sonrojó.

–Um ... me parecen películas.

–Puedo ver eso–, dijo Lauren. –Títulos interesantes.

–Películas interesantes–, dijo Camila, moviendo las cejas. –¿Quieres verlas?

–No lo creo–, dijo Lauren, volviendo a colocar las cintas de video en la caja. –No puedo creer que tengas películas porno.

–Películas porno lésbicas–, dijo Camila sin mirarla. –Tenía que tener algo que me mantuviera ocupada y fuera de problemas en esas frías noches de invierno.

–¿Camila?

–¿Qué?

–¿Por qué tienes clips de cucarachas?

Camila echó un rápido vistazo, luego volvió a la caja en la que estaba trabajando.

–No son clips para cucarachas. Son pinzas para pezones.

–¿Pinzas para pezones? ¿Qué estás haciendo con las pinzas para pezones?

–No es lo que piensas–, dijo Camila. –Fueron un regalo de broma de Shawn.

–¿Y qué le conseguiste?

–¿Segura que quieres saber?

Lauren sacudió la cabeza y arrojó las abrazaderas a la caja.

–No.

–Probablemente no–, dijo Camila.

–¿Um, Camila?

–¿Hmm?

–Sé que odiaré preguntar, pero ¿qué es esto?

–¿Qué? – Al darse la vuelta, Camila vio lo que Lauren sostenía y sonrió. –Um ... ese es el pequeño Jauregui. Un pobre sustituto de lo real.

–Sabes que tu papá me dijo que compraste algo e insinuó que esa era la razón por la que necesitabas baterías recargables–, dijo Lauren, mirando el juguete morado. –¿Para qué es esta pieza?

Camila se unió a ella.

–Vibra–, dijo, besando la barbilla de Lauren. –Velocidad variable justo en el...

–Entiendo la idea–, dijo Lauren, formando visiones en su cabeza. –Y tú...– Ella señaló el extremo más largo. –¿De verdad usaste esto?

–Bueno–, dijo Camila, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Lauren y besando la comisura de su boca. –No estabas allí para hacerlo por mí–. Ella gimió suavemente, luego lamió el lóbulo de la oreja de la mujer mayor. –Aunque solía imaginar que eras tú.

Camila Cabello (ADAPTACIÓN CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora