┌──❀*̥˚──◌─────❀*̥˚ The world was on fire and no one could save me But you It's strange what desire will make foolish people do I never dreamed that I'd meet somebody like you And I never dreamed that I'd lose somebody like you └◌───❀*̥˚ ──◌───❀*̥˚
↬wicked game - daisy gray (cover)
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━ ✾ ENGALD, APRIL 1987 ✾ ━
Abril y algunas hojas de sus floreados árboles caían sobre Inglaterra. Chiara presumía su preciosa sonrisa de labios abiertos. Entre tantas cosas que Teo había dejado en ella, se hayaba esa admiración a la naturaleza y sus encantos. Teo solía denominar cada estación con un estado de ánimo y olores, el invierno le inspiraba nostalgia y olía a humedad, mientras la primavera lo hacía sentir enamorado y olía suave como el fresco olor al limón.
La primavera era su estación favorita, y ella sólo esperaba que el romanticismo de Teo siga vivo en el aire del viento.
En cuanto a Roger, lo menos que le importaba en este momento era el olor a limón o cualquier sentimiento que consideraba estúpido. Ahora sólo pensaba en Debbie. Sólo le importaba Debbie.
Un sentimiento culposo se había alojado en su estómago y podía oír a sus entrañas vibrar de condena. Y lo peor es que ni siquiera debía sentirlo. Era más conciente que nadie de que Debbie lo había apartado por alguien más hace ya bastante tiempo, pero él. Él no la había apartado por nadie hasta ahora, y no estaba seguro de si era lo correcto.
Chiara no le había dirigido la palabra desde Paris. Él la había despreciado, quizás, de las peores formas posibles, y no quería hablarlo bajo ninguna circunstancia. Se había envuelto una vergüenza terrible alrededor de ella, y no podía arrancarla ni con la fuerza de mil tirones.
—Lamento lo del ascensor —dijo él de repente, tras tres o cuatro horas de nula comunicación—. No quise apartarte así, yo sólo teng...
—Señor no me interesa lo que usted tenga, le suceda, ni mucho menos sus disculpas —fue agria.
Mentía. No había nada que le importara más qué lo que a él le sucedía. Quería saber qué sentía por ella, qué le pasaba. Pero era inútil si quiera desear saberlo.
—Siempre está allí disculpándose por cosas que luego volverá hacer, es casi lo mismo que no se disculpe.
Roger tensó su mandíbula en un tic. Estaba avergonzado también. Ella sólo lo había tomado con toda la delicadeza de sus manos para besarlo, y él, simplemente la había apartado de un empujón, cómo un salvaje, en un impulso que ahora lo hacía sentir estúpido.
