┌──❀*̥˚──◌─────❀*̥˚ And life's so fragile, it's like I could cry If that's the last time I'd see you again └◌───❀*̥˚ ──◌───❀*̥˚
↬camouflage - selena gomez
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━ ✾ ENGLAND, APRIL 1987 ✾ ━
—No.
¿Ella lo había dicho o él sólo deliraba con lo que deseaba escuchar? No lo sabía. Su propia voz rogando desde lo más profundo de su sentir que ella lo volviera a elegir como alguna vez lo hizo lo dejaban atontado.
El eco de su voz se hacía cada vez más fuerte y la duda de si la respuesta era real o imaginativa le provocaba un fuerte ruido que casi le rompió los tímpanos.
—No.
El eco se quebró.
—No lo he amado a él. Te he amado a ti.
Aquel acento francés en su Inglés era tan auténtico que las voces enmudecieron sólo para oírla a ella. Y él dejó a sus labios tirar en una de sus tan características sonrisas chuecas. Se sentía triunfante, y su premio no era la chica. Su premio era que ella tomara su amor una vez más.
Chiara terminó de acomodarse la ropa, mientras Teo, ya vestido, le acomodaba con sus dedos el cabello despeinado.
—¿Qué te traes tú con la fascinación por el cabello? —preguntó la francesa con una sonrisa al verlo tan concentrado en el último mechón que debía peinar.
—Es increíble que con todos estos años no te hayas dado cuenta de mi pelazo —respondió, riéndose una sola vez. Ella no comprendió—. No estaría así de perfecto si no me lo cuidara, chiquita.
Chiara le dio un suave golpe en el brazo, entendiendo finalmente su vanidoso chiste. Él la abrazó, al compás de ambas puertas de la oficina abriéndose de repente, dejando entrar en la habitación a un Roger recién duchado, vistiendo únicamente una camisa blanca y elegantes pantalones de vestir grises.
—Chiara ve a cambiarte —dijo, mirándola a penas.
La chica depósito un corto beso en los labios de Teo y salió de la oficina. No exactamente por obedecer las órdenes de Roger, sino porque su ropa estaba húmeda de llovizna y su cuerpo se sentía aún con sudor. Necesitaba una larga ducha y ropa nueva con urgencia.
—Y tú, rizitos de oro, ya puedes hacerme el favor de largarte de aquí.
Teo estuvo lejos de tomarse aquel apodo como un insulto, pero tampoco le pareció gracioso.
