El día comenzaba, ya eran las 8, Chloe y Elena todavía no llegaban, así que decidí volver a acostarme, pero no podía hacerlo, estaba muy activa por culpa de la conversación de hace rato.
Cogí un poco de agua y me la bebí, luego me fui hacia mi armario y empecé a ver que ropa me pondría hoy.
Elegí una comisa de mangas cortas color blanco un poco ajustada, unos pantalones negros estilo chándal, y por último unos zapatos blancos.Cuando terminé de vestirme mi barriga me dio una señal de que le pasaba algo, me estaba muriendo de hambre.
Me peiné, me eché agua en la cara para intentar quitar mi cara de sueño, cosa la cual no sucedió.
Abrí la puerta, cogí las llaves y me fui hacia el comedor, en donde las cocineras dejaban la comida bastante apetecible.
En mi antiguo colegio no pasaba nada de esto, y aquí los viernes ponían pizza de todo tipo, eso sí, se gastaba super rápido.Estaba cerca de la entrada del instituto, subí las escaleras y sin quererlo me encontré a Mike y a Rose hablando.
Me quedé estática, no tenía ganas de una inspección a fondo, preguntas infinitas y miradas interrogantes...como ya llevaba pasando los días que llevábamos aquí.
Escucharon que la puerta se cerró y me miraron.— Hola Caille, ¿Hora del desayuno? — la cara de Rose era un poco serena, lo suficiente, ya que tenía que cuidar a unas mil mujeres en un centro
Mierda, me vieron.
— Si, me he despertado temprano y me ha apetecido desayunar.
— Y las leonas salvajes te han dejado el cargo a ti ¿No?, seguro que se están mordiendo entre ellas como animales para ver quién es la dueña de la casa —soltó Mike, Rose lo miró y sonrió.
— Me sorprende que les digas así, no las he visto pelearse todavía... digo de una forma salvaje, solo verbalmente.
— Eso es cierto Mike, si no esas dos locas habrían estado unas treinta veces en mi sala.
— Se estarán forzando a no hacer nada, saben que tienen una compañera medio tonta, pero la otra parte del medio no lo es, así que las pueden delatar. — Mike, tu humor nunca cambia.
Rose lo miró y Mike le sonrió, ella hizo lo mismo
— Ah, por poco se me olvida, yo y mi cabeza loca — Rose se tocó la cabeza y sonrió, luego me miró — Tus padres no pueden hacer llamada hoy.
— ¿Ha pasado algo? — dije con exaltación ¿Habrá pasado algo malo?
— No tranquila, creo que no tenían...cobertura para hacer la llamada, pero si te han dejado una carta — Rose me tendió la carta y yo la recogí — No la pierdas.
— Vale... muchas gracias — dije mientras me iba, pero Mike me tocó el hombro.
— ¿Quieres que te ayude?, la comida de tres personas es difícil se llevar, te ayudaré.
— No, es solo para mi.
— Las otras leonas no comen ¿Se han comido entre ellas? — Mike miró a Rose y aguantó una pequeña carcajada.
— La verdad, no lo se. No han aparecido en toda la mañana. No se donde podrán estar.
Mike empezó a reír y Rose rodó los ojos, creo que estos dos saben lo que pasa.
— Tranquila hija, esas dos están bien, seguramente ya estén en casa. Llévales algo, seguro que tendrán hambre. — me dijo Rose.
— No, esas ya han comido suficiente, creo que necesitaran otra cosa, no comida — Mike empezó a reír.
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(Lesbian) Una y otra vez
Teen FictionPRIMER LIBRO. Caille se enfrenta a uno de los misterios más grandes a los que se ha enfrentado. Un lugar rodeado de malezas y de árboles es ahora su nuevo hogar. Tendrá que trabajar duro en su nueva escuela, de la cuál no podrá salir hasta que todo...