(Lesbian) Una y otra vez

La comida

La vi, mis ojos se clavaron en ella.
Su piel blanca pegaba con su blusa de color rojo.
No podía ver el resto de su cuerpo, pero seguro que estaba hermosa.

Me iba a fijar de nuevo en sus ojos, pero algo llamó mi atención.
Tenía unas gafas de metal, totalmente cilíndricas de color plateado.
Le quedaban perfectamente bien. Eran bastantes grandes, pero aún así se moldeaban bien en su cara.

Me di cuenta de que la estaba mirando fijamente cuando sentí un pequeño golpe en mi antebrazo.
Chloe...

Giré mi cabeza hacía los lados intentando no fijar de nuevo mi mirada en ella, pero era prácticamente imposible, ya que ella también me estaba mirando de arriba hasta abajo.

Una parte de mi le encantaba, se sentía observada, pero por otra parte me daba angustia e inseguridad.
¿Si no le gusta como voy vestida ya que es muy simple? ¿Si no le gusta como me queda en cabello suelto? ¿Si no le gusta mi cuerpo?

¿Que te pasa Caille? ¿Estás delirando? Ni que fuera una cita...

Chloe me cogió de la mano y me estiró para llegar hasta Danna, mientras yo casi no podía mantenerme de pie.
Llegamos a la mesa, Chloe lo único que hacía era sonreír, mientras que Danna y yo solo nos mirábamos.
Nos sentamos y Danna nos saludó.

Después de un rato hablando sobre como estábamos o temas banales Chloe decidió que debíamos comer.
Más bien lo decidió mi estómago, ya que gruñó de una forma sobrehumana.

— ¿Que queréis? Hoy sábado hay hamburguesas o ensaladas. Hoy seré vuestra camarera... solo para esto, no os aprovechéis de mis buenas intenciones. — dijo en tono burlón Chloe.

— Viniendo de ti, no creo que tengas en tu cabeza buenas intenciones. — dije para picarle.

Danna río y yo hice lo mismo.

— Que bien me conoces... — me miró con los ojos entrecerrados — Bueno, decidme que queréis.

— Yo quiero una hamburguesa con ketchup y agua. — Danna eligió.

— Yo igual.

Chloe se fue, Danna y yo nos quedamos a solas, sin saber que decir.

— No creía que Chloe vendría, pensé que se quedaría con Elena. — dijo de repente.

— Pasan mucho tiempo juntas, pero nos llevamos muy bien entre las tres, también paso tiempo a solas con ellas.

— Es cierto, pero me he acostumbrado. Después de 4 años veo a Elena y Chloe comiendo en diferentes lugares.

— ¿Tanto tiempo? — me era imposible creerlo, ¿Todas las comidas juntas?. Puede que por eso Elena estaba triste.

— Si, incluso cuando se enfadaban o incluso cuando se golpeaban. Lo hacían hasta en medio de la clase.

Mi sorpresa se reflejaba en mi rostro.
Sabía que antes no se llevaban del todo bien, ahora se han relajado, pero no sabía que se llegaban a pegar.
Mike tenía razón.

— ¿De que habláis con tanta intensidad? — Chloe volvió con nuestros platos y vasos de agua.

Yo me quedé callada, no creo que le sintiera bien que le digamos de que estamos hablando verdaderamente.
No se me ocurría nada, pero Danna nos salvó.

— Estábamos hablando sobre el voley.

— No puedes dejar de hablar de eso ¿No?

Danna miró a Chloe y le sonrió, la cuál parecía una sonrisa un poco falsa.
Cogió un trozo de hamburguesa y se la comió. Chloe y yo le copiamos.