(Lesbian) Una y otra vez

P.D: Irse a la mierda

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Antes de seguir la historia quería daros las gracias a tod@s los que estáis apoyando la historia. Sois unas personas maravillosas, espero que os siga gustando la historia los mismo que estoy disfrutando yo al hacerla.

Segundo de todo quería darle las gracias a juerneslife por aguantarme todo este rato, dentro de unas horas nos vemos geme ❤.
—SIENTO RAYARTE TANTO CON LOS EMOJIS—

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Los minutos se convirtieron en eternidades. No podía ver a Chloe llorar, y sobretodo con la sensación de no poder hacer nada. Era frustrante.

No sabía que esa acción estuviera en su vocabulario personal, le había pasado de todo.
Huesos rotos, disputas entre familias, entre amistades, gente conocida en el hospital... y aún así siempre intentaba creer a todos que iba bien... pero claramente para ella era imposible.
No se lo que estaría pensando su mente, pero debe ser lo más doloroso del mundo.

Después de unos minutos abrazadas, para que supiera que tenía un apoyando delante, escuché una pequeña risa... provenía de Chloe.
Y yo creía que la bipolar era Danna.

— ¡Soy tan estúpida! — dijo separándose de mi, mientras veía al cielo y sonreía.

— ¿Que pasa ahora?

— Vas a crees que soy una mentirosa, pero... esta es la primera vez que lloro en 7 años. — dijo con una pequeña risa que daba a entender de todo, menos felicidad.— Cuando tenía unos 11 años mi perrita falleció. Se llamaba Catherine, como mi bisabuela. — miró al cielo — espero que tengan una buena vida.

No sabía que contestar, por mi buena suerte, hasta ahora, ningún familiar que hubiera conocido estaba muerto, así que no podía hacerla sentir bien, no sabía como.

— Cuando mi perrita murió me puse muy triste, era mi única amiga en la tierra. Nos íbamos a pasear todas las tardes, pero no sabía que el día de reyes seria el último día que podría pasearla. El 6 de enero la llevé a pasear normal, llegué a mi casa y mi perra se empezó a quejar mucho. Le dolía mucho la barriga, así que del tirón la llevamos al veterinario. Dijeron que debería quedarse allí unos días para saber que pasó y poder hacer lo que tuvieran que hacer. Al día siguiente la veterinaria llamó a mi casa diciendo que Catherine había muerto por culpa de veneno para perros echados en la calle.

Mi mente daba vueltas, me sentía mal por ella, no me podía ni imaginar si algo de eso le pasaba a mi perro. Sería tan infeliz.

— Yo seguía muy afectada las siguientes semanas, no tenía a nadie con quién jugar, mis padres se iban muy temprano a trabajar, mis abuelos ya eran bastante mayores en esa época. Mi única felicidad era Catherine. Me daba igual todos mis juguetes caros que me compraba mis padres, eso no era nada comparado con el amor que te da un perro. — hizo una pausa y se puso bastante seria. — En mi antiguo colegio, bastante lejos de aquí, me hacían bulling, en esa época no pensaba que se estaban metiendo conmigo, creía que yo era la que estaba mal. Tenía mal los dientes, llevaba unas gafas que medían más que mi cuerpo entero — las dos sonreímos — era el metal perfecto para esos putos imanes. Mis compañeros se metían conmigo porqué lloraba en el recreo, al no poder hablar con nadie, ni poder jugar con nadie. Desde ese momento me dio vergüenza mostrar mis emociones.

Ya podía comprender los comportamientos de Chloe, no lloraba, no se sentía triste, no reía hasta las lágrimas... parecía de mármol. Ya sabía el porqué, se tragaba todos sus sentimientos para no ser juzgada.