Los aposentos

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- ¿Cuántos años tienes Caille? - la mujer y yo llevábamos unos 15 minutos hablando de cosas banales, lo típico. ¿Cómo estaba?, ¿De dónde era?, ¿Si tenía hermanos?...

- Tengo 16, dentro de unos meses cumplo 17.

- Pues has tenido suerte, por así decirlo - la mujer me miró con una sonrisa y cogió de la mesa que estaba al lado mía un pequeño termómetro.

- ¿Por qué he tenido suerte? - estaba bastante curiosa.

- Las personas de 16 años van a un rango inferior, a partir de los 17 tienes que hacer mucho más esfuerzo y tienes más asignaturas que dar.

- ¿Me puedes decir porque mi padre me ha metido aquí? - Tenía poca esperanza que me lo dijera, pero puede que sepa algo.

- Siento no poder ayudarte, no me meto en esos temas, mi trabajo aquí es cuidar por el bienestar de los alumnos y los profesores.

La enfermera María me puso el termómetro y vimos que no tenía ni fiebre ni destemplanza.

- Estás fresca como una lechuga.

- ¿A dónde voy ahora? - esto era tan nuevo que no sabía ni en que planta estaba la enfermería, ni nada, era totalmente virgen en este sentido.

- Creo que lo mejor será que te quedes aquí, Mike o Rose vendrán a buscarte, así que solo esperemos. Si no vienen yo hablaré con ellos.

- Va a ser lo mejor, porque yo no tengo ni idea de que hay aquí.

- Te lo puedo contar un poco por encima.

- Si por favor, así me voy acostumbrando. - estaba bastante emocionada, quería saber que había en éste instituto.

- Como pudiste observar el instituto es inmenso. Cuenta con tres grandes torres. En la derecha, justo donde estamos ahora hay 2 plantas, es la torre más pequeña. En está torre esta en la planta baja la enfermería y la jefatura. Arriba está el "bar" así le llaman los estudiantes. Creo que te explicarán los horarios de comida, si no lo hacen solo hace falta que me consultes.

Miraba a la mujer tranquilamente, me transmitía mucha paz.
Su voz era suave, al igual que su gran cabello marrón, el cuál estaba levantado por una coleta. Tenía el pelo muy largo y liso.
Sus ojos eran marrones y pequeños. Su piel es morena, la mujer me contó que sus abuelos vinieron por trabajo hasta América, sus padres se criaron aquí igual que ella. Sus familiares eran de la capital de Brasil, Brasilia.

- La torre del medio es la más alta y más ancha. En esa torre se encuentran todas las clases, desde matemáticas hasta arte. En la parte superior se encuentra la sala de la directora y la sala de reuniones. Por último, pero no menos importante en la última torre hay...

La puerta se abrió de golpe. María miró rápidamente hacía la puerta con cara de terror.
Al ver su cara me asusté, no sabía lo que pasaba.

La puerta se abría poco a poco, hasta que dejó ver a la persona que había detrás de esa puerta blanca, la cuál era un poco más oscura que la pared de la enfermería.

- Dios Mike, ¿Eres estúpido? - la respuesta era si. - Por poco me matas de un infarto.

- Perdóneme señora mayor - miró hacía la enfermera y sonrió, estos dos parecen muy unidos. - Como está la princesa Bárbara de Braganza.

¿Quién mierda era esa mujer?
Mi cara de confusión seguramente la podría ver mi padre en a saber donde está.

Miré a María que estaba aguantando la risa, seguramente ella sepa quién es esa mujer.

- ¿Quién es esa mujer? - Mi confusión estaba en aumento al escuchar una pequeña carcajada de María.

- Por lo que veo no eres buena en historia, a levantar el culo, no tengo todo el día.

(Lesbian) Una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora