El gran espacio se llenó en segundos, las chicas que faltaban se estrellaron en sus asientos y no se movieron de allí, no estaban de buen humor las chicas de primero.
Zoe y yo intercambiamos algunas frases, pero no muchas, no queríamos interrumpir el silencio que se había instalado en el teatro.
Era grande comparado con las clases, pero muy pequeño comparado con los teatros en los que había estado con mis padres, viendo como recitaban operas interminables o espectáculos de bailes de la antigua Grecia.
Era aburrido, pero por lo menos estaba junto a ellos, mis padres.El silencio era cada vez más pesado y menos liviano. Me empecé a sentir incómoda, y noté que Zoe también.
Por parte de Danna, parecía que había viajado a un universo paralelo, no daba signos de vida. Estaba muerta en vida, enterrada en sus pensamientos.— Sshh, Cai, atrás.
Alguien tocó mi espalda, Chloe estaba detrás mía mientras me sonreía.
— Hola Chloe, ¿Pasa al...? — me cortó antes de que pudiera hablar.
— No hables ahora, solo vengo a decirte que tenemos que hablar después.
Se alejó de mi y volvió a su asiento mientras miraba a Danna fijamente y después a mi. Esto era tan extraño.
No pasó ni medio segundo cuando una chica abrió la puerta y nos saludó con un agradable hola.
Soltó un pequeño maletín arriba del escenario y nos miró con una sonrisa.— Me llamó Joana, podéis llamarme Joa. A partir de hoy seré vuestra maestra de Teatro.
Zoe y yo nos miramos sorprendidas. ¿Cuántos años tenía esa maestra? ¿20? ¿21? Era demasiado joven para ser maestra.
Todos mis maestros siempre han tenido más de treinta.Nuestras caras de sorpresa se debieron notar demasiado, ya que Joana se empezó a reír.
— He estado desde mis tres años en clase de teatro, juro que tengo bastante experiencia —río, ya que sabía de que provenía nuestras caras de sorpresa.
Una valiente chica levantó la mano, quién si no levantaría la mano... Chloe.
La maestra le dio permiso para hablar.— Pero maestra...¿Cuántos años tienes?
La maestra comenzó a reír y nos dijo su edad, 22 años, parecía hasta de menos. También nos contó que se llamaba Joana y que venía de un pueblo cercano, llamado Rozz.
Zoe hizo una media sonrisa y me dijo.
— Es una maestra... peculiar.
— Es muy guapa... muy. — dije mirándola.
Una piel blanquecina, unas pocas pecas adornaban sus mejillas sonrosadas. Sus ojos marrones hacían contraste con su pelo largo y rubio.
Sus expresiones me sonaban de algo, pero no podía recordar a que o a quién.Primero nos presentamos uno por uno, nuestros nombres, para que ella los tuviera apuntando en su libreta.
Cuando llegó el turno de Danna la maestra sonrió y ella solo pronunció su nombre y se sentó veloz.
Joana solo suspiró y siguió con Zoe, después conmigo.Cuando la maestra me miró y me sonrió vi a alguien en su cara... Danna.
Se parecían mucho, pero podría ser solo coincidencia.— Hola, me llama Caille.
— Muchas gracias Caille, un placer— me sonrió por ultima vez y pasó a la siguiente.
Las miradas de las chicas de primero hacia mi no cesaban, eran como pullas que nunca paraban.
Poco me importaba, pero a la vez me ponían de los nervios, eso es lo que intentaban hacer.
ESTÁS LEYENDO
(Lesbian) Una y otra vez
Teen FictionPRIMER LIBRO. Caille se enfrenta a uno de los misterios más grandes a los que se ha enfrentado. Un lugar rodeado de malezas y de árboles es ahora su nuevo hogar. Tendrá que trabajar duro en su nueva escuela, de la cuál no podrá salir hasta que todo...