FOGATA
—Si. Ajá. Yo le dije a Fury. No directamente, pero él lo sabía. Sí. Bueno, de todas formas nos iremos mañana en la tarde. Está bien, nos vemos. Adiós.
—¿Quien era? —preguntó el niño.
—Bruce. Dice que fue a la torre y no nos encontró.
—¿Y para que fue a la torre?
—Pues a visitarnos, supongo.
—Me gustaría verlo, cuando no estabas intenté modificar el motor que me dio, pero tengo ciertas dudas.
—Yo te puedo ayudar.
Tony miró a Steve.
—¿Sabes conectar el motor a un propulsor estilo H24 para que vaya al doble de velocidad y gaste un 38% menos de energía que la que normalmente gasta?
Steve parpadeó varias veces.
—Ehh, yo decía ayudarte con esto. —Tomó el plato vació que estaba delante de Tony—. Ya lo lavo.
El niño rio.
—¿Y como es eso que nos vamos?
—Bueno, las vacaciones no son para toda la vida.
—¿Mañana?
—Así es, mañana a las cinco tenemos que estar de regreso a casa.
—Las vacaciones más cortas de la vida.
Steve en realidad tenía planeado quedarse unos días más, pero con el incidente que sufrió Tony hace dos días, se pudo dar cuenta que, a pesar de que el niño intentara esconderlo, ahora tiene algo con el agua. Intenta guardar la distancia lo más posible de la piscina y ni siquiera ha salido de la casa. El rubio no puede evitar sentirse culpable, por lo tanto decidió adelantar su regreso a la torre.
—Tal vez, pero te tengo una sorpresa esta noche —informó Steve.
—¿Me traerás un camión lleno de donas?
—Mejor que eso.
Tony volteó rápidamente hacia Steve.
—¿Dos camiones?
—Solo espera y verás —respondió soltando una carcajada.
✤
Steve y Tony se la pasaron el resto de la tarde jugando en la casa, más que todo a las escondidas. A Steve le tocó hacer varios “castigos” por perder casi siempre. Entre ellos estaban: comer mucho picante, hacer bromas telefónicas, y darle toda su parte de dulces y golosinas a Tony mientras estaban ahí.
Quien diría que alguna vez el Capitán América se pondría a hacer bromas telefónicas.
—¿Por qué yo no gano ninguna? —preguntó Steve, más para si mismo que para el pequeño.
—Tú eres más grande, tienes menos sitios donde esconderte.
—Pero no es justo. —Steve hizo un puchero, inflando las mejillas, tratando de imitar los que hacía Tony.
—Pareces un niño. —Con su dedito presionó en las mejillas de Steve para “desinflarlas”.
—Perdone usted, señor mayor.
—Para ti soy “Majestad”.
En eso, se pudo escuchar como llamaron al timbre. Steve se levantó del sillón en el que estaban y abrió la puerta.
—Entrega para Steven Rogers.
—Soy yo.
El repartidor le entregó una hoja que Steve firmó, para posteriormente tomar la pesada caja que le entregaron.
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Criando un amor | Stony
Fanfiction¿Qué pasaría si Tony Stark se vuelve un niño de siete años sin recuerdo alguno de su vida actual? ¿Qué pasaría si Steve Rogers decide cuidarlo mientras se encuentra una cura? Steve descubrirá el verdadero corazón de Tony, el lado que el genio siem...