Criando un amor | Stony

Capítulo 8

REEMPLAZO

—Pero, señor, no sabemos cómo podrá afectar esto a Tony.

Mientras que Sharon exploraba un poco el piso donde estaban viviendo Steve y Tony –Y ahora, ella también–, el capitán llevaba unos minutos discutiendo con Fury si el que ella viviera ahí sea una buena idea.

—Si lo toma por ese punto, Capitán, me daría la razón a mi, recuerde que esta decisión la tomé pensando, sobretodo, en beneficio de Stark —argumentó Fury—. El que sean dos personas cuidándolo en lugar de una le ayudará totalmente.

—Entonces cree que no puedo hacerlo solo —Steve frunció el ceño—. ¿Es eso? ¿Cree que no puedo cuidar bien a Tony? Creí que Natasha y Clint le habían dejado claro que yo tenia todo bajo control.

—“Por ahora...”

Steve se quedó callado.

—Capitán, no voy a repetir lo mismo una y otra vez, esto se decidió por la comodidad y beneficio de todos. La decisión ya está tomada. Ahora, si me lo permite, me retiro, le deseo buena suerte y no se preocupe, la agente Carter me tendrá informado sobre la situación. Si tiene alguna inquietud, pregúntele a ella. Adiós, Capitán.

Y sin más, Fury salió por el elevador, dejando atrás a un Steve algo confundido y sobretodo, sorprendido.

—Steve —llamó Sharon momentos después de que Fury se fuera—, ¿Qué pasó?

—Nada, Sharon. Fury me explicó ciertas cosas, pero nada más.

—Está bien —Decía miéntras se acercaba al rubio— ¿No tienes alguna duda?

—La verdad si —dijo Steve—. ¿Cómo es que te enteraste de todo esto de Tony?

—B-Bueno —tartadumeó— Leí sin querer el informe de esta misión.

—¿Cómo es posible leer algo tan confidencial como ese informe “sin querer”?

—Steve eso es lo de menos. Solo pasó, tuve una magnífica idea para ayudar, se la comenté a Fury, el aceptó y aquí estoy.

El rubio abrió su boca un poco para decir algo, pero fue interrumpido.

—Y si, antes de que lo preguntes, lo sé todo, sé cuál fue la excusa que le diste a Stark. Tranquilo, no meteré la pata.

—Bien —soltó Steve, resignado.

No es que no le agradara Sharon, al contrario, le caía muy bien, solo que ya estaba empezando a acostumbrarse a vivir solo con un pequeño Tony, y la idea de que la presencia de otra persona limitara la relación que estaban empezando a tener, no le agradaba mucho.

Steve estaba sumido en sus pensamientos hasta que unas manos al rededor de su cuello lo hicieron volver a la realidad.

—Me alegra que podamos compartir misión —dijo Sharon cerca de Steve, demasiado a su parecer.

—Ee-ehh Sh-Sharon —empezó el capitán, algo nervioso por la cercanía de la agente—. Cr-creo que tengo que hablar con Tony sobre esto —terminó apartándose de ella.

—Te acompaño.

Steve no respondió, solo caminó hacia la habitación del niño suponiendo que Sharon lo seguiría, y así fue, ya que pudo escuchar los pasos detrás de él, además de una sensación de ser observado.

Al estar frente a la puerta del cuarto Steve la tocó con sus nudillos.

—Tony ábreme, soy yo —dijo.

Tony le abrió la puerta con una carita de felicidad.

—¡Steve! no creerás lo que encontré —empezó, pero no siguió al ver a la chica detrás de él—. ¿Quién es ella?