Capítulo 17

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DESPEDIDA

—Maldic- no no, lenguaje, Rogers —pensó.

¿Y ahora? Steve no podía, no tenía el corazón para decirle a Tony que se iría por... no sabe cuánto tiempo. ¿Tenía que ser justo en esos días? ¿Justo cuando ya tenían su “vacaciones” planeadas para mañana? Con lo ilusionado que estaba el pequeño Tony en ir, de seguro lo odiaría por siempre.

—Maldición —gruñó.

—¿Por qué dices palabrotas, Steve?

—Doble maldición —pensó.

—Lo siento, Tony, no quería.

—Está bien, ¿A que vino el pirata? —preguntó el niño mientras se sentaba en las piernas del rubio.

—Triple —se dijo a si mismo mentalmente.

—Tengo que decirte algo, Tones —empezó, acomodando mejor al niño para poder verlo se frente—. Y creo que no te va a gustar.

—No te preocupes si se acabaron las donas Steve, ya le dije a J.A.R.V.I.S. que pidiera más.

—¿¡Más!? Pero aún tienes dos cajas.

—Una.

Steve lo miró con reproche.

—Espera —dijo el niño— ¿Eso no era lo que me querías decir?

—No.

—Dime entonces.

Steve tomó aire y soltó un gran suspiro, aquí vamos.

—Antes que nada —decía miéntras ponía una mano en la mejilla del niño—, quiero decir que lo que más me gusta es estar contigo, no quisiera apartarme nunca de tu lado. Eres el niño más dulce del universo.

—Steve, me estás asustado.

—Veras, no podremos ir mañana a Miami. Tendremos que aplazarlo.

—¿Por qué? —Tony puso mala cara.

—F-Fury vino a decirme que necesitaba alguien para entrenar a otras personas con poderes, además de ir a derrotar chicos malos, y esa persona seré yo.

—¿Te irás? —Miró con horror hacia Steve, sintiendo su corazoncito doler en inconformidad.

—Por un tiempo corto, Tony. Prometo estar aquí muy pronto, ni te darás cuenta que no estoy, ya verás.

—Steve si es una broma no me gusta nada.

—Lastimosamente no es una broma.

—¿Qui-quién estará conmigo?

—Bueno, la chica que vino en la noche de tu cumpleaños vendrá a cuidarte mientras yo no estoy.

El niño se quedó unos segundos en silencio, intentando procesar esa información.

—¡No! No necesito que nadie más me cuide —gritó mientras apartaba bruscamente la mano de Steve de su cachete y se levantaba—. ¡Te aburriste de mi y no volverás!

—¿Qué? Tony sabes que eso no es verdad.

—¡Si que lo es! —Sollozó—. Y yo que pensaba que al fin alguien me quería.

Y salió corriendo en dirección a su cuarto.

—¡Tony!

Steve corrió tras él, pero el niño le cerró la puerta con seguro en la cara.

—Tony, hablemos —le empezó a hablar a la puerta—. Sabes que yo quiero estar junto a ti, yo tampoco quiero ir, pero es una orden, si no la cumplo puede que hasta me quiten de la misión de cuidarte, y eso si no lo permitiré.

Criando un amor | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora