capitulo 9

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Mierda.

-¿y ahora que hacemos?- susurré y me baje del escritorio mientras me acomodaba la ropa.

-¿Profesor? ¿Se encuentra bien allí dentro?- volvió a hablar la profesora, intentando entrar al aula - ¿esta con llave la puerta? ¿Qué pasa?

-Mierda Steph- dijo mirando para todos lados- Debes enconderte en algún lado- Siguió buscando rápidamente hasta que vio un armario- escóndete allí- señalo uno que había en la esquina y que era bastante grande.

Nos dirigimos en esa dirección en silencio. Entré y me di vuelta - espera que te acomodo un poco la ropa- le arregle el pelo y la camisa- aunque hay algo que no tiene mucha solución- y dirigí mi mirada a  sus pantalones.

Me dio un beso y cerró la puerta del armario. La abrí un poquito para poder mirar y escuchar.

- uhm profesora Mc'Greggor, ¿ocurrió algo?- pregunto mientras le sacaba la llave de la puerta.

-¿por qué la puerta estaba con llave?- pregunto confundida entrando al aula y mirando al rededor para ver si encontraba algo.

-Emmm... Es que... Em...- ¿por qué mierda tartamudeaba tanto? ¡La bruja se daría cuenta!- no tengo idea, pero ayer tuve el mismo problema, al parecer se traba, voy a tener que llamar a Luis para que lo arregle.

Si se lo creía, estábamos salvados.

-oh... Umm, algunas puertas están igual, trata de no cerrarla, así no te quedas encerrado- lo miró a los ojos.

- Lo tendré en cuenta- Contestó - ahora, dime ¿que se te ofrece? - y al parecer se dio cuenta que lo estaba observando, porque dirigió su mirada al armario. Me guiño un ojo, y se dispuso a levantar los papeles que se habían caído mientras me besaba en su escritorio.

-Oh si, les traje estos papeles que me manda el director- le tendió los dichosos papeles y agregó- y mañana temprano tenemos una reunión.

-Muy bien, allí estaré- contesto cortante Y la muy bruja se le quedó mirando, con cara de querer algo mas- si ya no se le ofrece nada más...- agrego Matt.

-oh, nos vemos mañana Matt- se acercó y le dio un beso en la mejilla, le guiño un ojo y se fue, no sin antes agregar - le dejo  la puerta abierta, así no se queda encerrado - y desapareció detrás de la puerta.

Cuando me asegure que ya no estaba. Abrí el armario y salí - Dios, ¡que odiosa bruja que es!

Él se rio, asintió- Steph, no quiero que me lo tomes a mal pero, ¿quieres ir a mi casa?- lo mire sorprendida- no me lo tomes a mal, no haremos nada que no quieras, capaz que solo hablar, tranquila.

Wow.

Pasar otra noche con Matthew.

- aceptó, vamos - Conteste con seguridad.

Sonrió, agarró sus papeles, su maletín y salimos de allí por separado. Me recogería a una cuadra, para no levantar sospechas.

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-¿podemos pasar por mi casa? - pregunte- necesitó ropa para hoy.

Asintió y le di la dirección. No quedaba muy lejos de la universidad.

Llegamos y me baje- No tardó - Y me dirigí a la entrada.

Entre y fui directo a mi habitación.  Me cambie de ropa interior para ponerme un conjunto de encaje. Saque la ropa que llevaba a lo de Thomas y guarde una nueva muda: un par de bragas, un corpiño, 2 remeras y 2 jeans. Me quedaría una noche pero nunca se sabe. Guarde algunos artículos más  para bañarme, las cosas de la universidad y salí directo al despacho de papá.

Desde hacía años no trabajaba en su oficina, solo iba para casos importantes y reuniones. Se le hacía más fácil para traer a sus putas.

Toque, por si estaba con alguna de ellas, y como nadie me respondió, entre. - ¿Papá?- Pregunté.

Abrí la puerta y  lo veo con una a una rubia puta contra la pared. Tosí fuerte y cerré de un golpe la puerta detrás de mí.

Paró y dejo a la rubia, se dio vuelta y dijo - Uy Stephanie, no te escuche.

Desagradable.

Por eso necesito mi departamento. No quiero más estas escenas. Dios que asco.

- me di cuenta, ahora puedes dejar a esa putita y ¿prestarme atención? No te tomara mucho tiempo. Mínimo 2 minutos.

La soltó y se acomodó un poco la ropa. - Dime hija- y su voz sonaba un poco más ronca que lo normal. Puaj.

-Dios, esto es repugnante. No duermo en casa hoy. Y voy  empezar a buscarme un departamento. Pensé que habías cambiado. Pero veo que no. Avísame cuando llegue mi auto. - Me di vuelta y salí de allí.

No me di cuenta que estaba llorando hasta que sentí mis mejillas húmedas. Amaba a mi padre, él hizo todo por nosotros cuando mi mama nos dejó. Pero no iba a tolerar estas escenas. Ahora vivía yo en esa casa y merecía algo de respeto.

Y me di cuenta de una cosa.

El viaje con mi madre había despertado en mi sentimientos que yo creí muertos. Sentimientos que había enterrado en lo más profundo de mí ser.

Me subí al jeep de Matthew y le pedí que me saque de allí. No soportaba ni un minuto más.

-Sácame de aquí- Lo hizo sin pedirme explicaciones y se lo agradecí en silencio.

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Entramos a su departamento -ponte cómoda, sentite como en tu casa- Dijo y empezó a sacarse el chaleco y la corbata que usaba.

Hermosa vista.

Al parecer se dio cuenta que lo estaba mirando porque se dio vuelta y  me sonrió- ¿Te vas a quedar todo el día mirándome?- Preguntó

- Podría hacerlo tranquilamente- Conteste. Me saque la campera sin dejar de mirarlo y me dirigí hacia donde estaba él

Lo bese. Tal como la otra vez. Pero en cada encuentro que teníamos, necesitábamos mas.

Su lengua queriendo entrar en mi boca.

Sus manos  debajo de  mi remera, acariciándome la espalda

Mis dedos acariciando su nuca. Atrayéndolo más a mí

Nos separamos por falta de aire. Junto nuestras frentes y dijo - ¿Qué me estás haciendo Stephanie?

Lo tome de la mano y lo lleve a su habitación.

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Me despertó un murmullo

- Si, lo se Mía pero no puedo ir ahora.

-....

- Lo siento hermana, prometo ir el fin de semana.

-...

-okey. Besos.

Luego escuchó unos pasos y la puerta se abre - Oh bebé, despertaste- Y se acercó. Empezó a depositar apasionados besos en mi cuerpo - me encanta verte en mi cama,  enredada entre mis sabanas

-¿Con quién hablabas? - pregunte, dándole acceso a mi cuello.

-Mi hermana, nada importante- y me di cuenta que no sabía nada de él.

-Sabes Matt, me doy cuenta que no sé nada de ti, prácticamente te desconozco.

- deberíamos tener una cita-  contestó. - pero otro día, porque ahora sólo te quiero acá conmigo.

Me beso y se colocó a horcajadas sobre mí.

Dios.

Con él, podría estar todo el día así y nada me importaría.

Una noche y descontrol (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora