- Mi amor…- susurró Lauren al oído de Camila. – Vamos a casa- dio un beso a la cabeza de Camila y arregló su cabello en cuanto Camila se erguía para volver a la vida de manera parcial.
- ¿Qué hora es?- murmuró, deteniéndose la cabeza entre sus manos, qué dolor más molesto el que sentía.
- Hora de que te lleve a casa, necesitas descansar- dijo Lauren mientras recogía el abrigo de Camila del perchero y le ponía su bolso en su escritorio.
- Estoy bien, sólo estaba descansando la vista- suspiró, intentando no quedarse dormida de nuevo.
- Vamos, amor, de pie…
Camila se puso de pie, tambaleándose en sus Stilettos, Lauren la detuvo por sus brazos, cayendo Camila en un abrazo sobre el hombro de su novia, de esa novia que la detenía con preocupación, no era normal que un simple desmayo la desgastara tanto, además, no podía estar cansada; se habían dormido temprano; relativamente temprano los días anteriores, habían descansado bastante porque Lauren estaba en sus cuatro-cinco días en los que se comprobaba que era una mujer mortal, literalmente sólo se habían levantado de la cama para cuando la gente de Natasha había llevado, sorpresivamente, todas las cosas de Camila al apartamento de Lauren; todas empacadas en cajas rotuladas, cajas que, la mayoría, seguían sin ser desempacadas y estorbaban en el pasillo principal.
- Arquitecta, ¿todo bien?- interrumpió Gaby, viendo aquella escena de Camila reposando su cabeza en el hombro de Lauren y Lauren abrazándola con fuerzas. Lauren: modo improvisación: encendido.
- Gaby, qué bueno que vienes, no me puedo mover, alcánzame un Prismacolor de esa gaveta, por favor- dijo, apuntándole con los labios y la mirada la gaveta a la que se refería. – Rápido que la Licenciada pesa- rió, sabiendo que no era cierto y, mientras Gaby, con manos temblorosas, buscaba un Prismacolor, Lauren inhaló el L’Air del cuello de Camila, y lo acompañó con un beso pequeño e inocente, discreto. – Desenróscale la parte gruesa- exhortó, con tono de estarla apurando. – Dale la vuelta y pásaselo cerca de la nariz- Gaby la vio con cara de desconcierto. – Hazlo, que de verdad pesa- y Gaby paseó el dispensador de tinta cerca de su nariz. Lauren rogó al cielo y a todos los Santos y a todos los equivalentes de Dios en todas las religiones e idiomas habidos y por haber por que Camila no reaccionara con un “mi amor” o algo parecido.
- Qué apesta esa cosa- murmuró, despegándose lentamente de Lauren.
- Licenciada, creo que la llevaré a su casa, voy de salida- dijo Lauren, dándole gracias a toda entidad espiritual superior y dándole gracias hasta al Papa por lo que sea que hubiera hecho.
- Prefiero ir al doctor, Arquitecta- musitó, irguiéndose e intentando enfocar bien la distancia entre ella y su abrigo.
- Gaby, consígueme un Taxi para hace cinco minutos, por favor- Gaby asintió pero, en su intento de salir de la oficina, el teléfono sonó y ella se detuvo a contestarlo. – Gaby, ¡el taxi, por Dios!- ordenó Lauren, pensando “¿qué tan difícil puede ser llamar a recepción y decir que paren un Taxi?”. Lauren le puso el abrigo a Camila, se quitó su bufanda y se la enrolló alrededor del cuello mientras tomaba su bolso y el de ella, los planos de Meryl y la carpeta de los van De Laar en su brazo izquierdo y a Camila por el hombro con su brazo derecho. – Llama a Mr. Noltenius que me he atrasado quince minutos- dijo el primer nombre que se le ocurrió, después de todo, Gaby no tenía idea de quién era Noltenius y eso le daría una buena coartada, y Phillip la cubriría.
- No tengo su teléfono, Arquitecta- murmuró Gaby, asustada porque temió que su trabajo estuviera colgando de un hilo.
-Nueve-Diecisiete-Veinticinco-Cuarenta-Cero-Doce, ahorita- Gaby asintió, tratando de pulsar los números en el teléfono tan rápido como Lauren los dictaba, pero se atrasó y no alcanzó a escuchar si era un “Dos” o un “Doce”, lo cual para cualquiera, en otra circunstancia de relación total, hubiera sido fácil deducir que era un Doce por la cantidad de números.
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El lado sexy de la arquitectura (CamrenADAPTACIÓN)
RomanceTres cosas- comenzó a decir mientras recomponía su compostura y su postura en aquella sala de reuniones... ESTA HISTORIA NO ME PERTENECE, LA ABSOLUTA E INCREÍBLE AUTORA ES ELLAJ. Aclaración: Los personajes del fic se introducen en condiciones de pe...