Capítulo 5

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- No te muevas, quédate así...- murmuró Lauren, acercándose hacia Camila, quien había puesto sus brazos como apoyo al pantry.


Lauren se arrodilló ante el trasero de Camila, poniendo su vestido, aquel Monique Lhuillier sobre el suelo para usarlo de amortiguador, y se acercó lentamente. Lo besó y lo mordió un par de veces con suma pasión y delicadeza mientras lo masajeaba suavemente con sus manos y lo separaba para ver los adentros de Camila.



- Lauren...¿qué haces?- Camila estaba un tanto confundida y preocupada, hasta sorprendida.



- Abre más tus piernas para mí, ¿si? Si no te gusta, me dices y yo me detengo...



Y Camila, muy obediente, abrió sus piernas, dejándole todo lo íntimo y personal a Lauren. Nuestra Arquitecta hundió su cabeza entre aquellas piernas sólo para probar de qué estaba hecha Camila. A medida que acercaba su cara hacia aquellos labios mayores, el calor aumentaba, las ganas que tenía de probar a Camila aumentaban más con cada segundo que pasaba. Besó su zona perianal, un lengüetazo lento y jugoso que recorrió desde esa zona hasta donde alcanzó a llegar; antes de su clítoris desgraciadamente pero, aún así, Camila suspiró un "oh my God" que le dio luz verde a Lauren.



- Lauren, así no, no me gusta verte hincada, no prefieres... ¿acostarte?- sugirió Camila, dándose la vuelta y levantándola gentilmente con sus manos por su barbilla.


- ¿Quieres ir a mi cama?


- Pensaba más en un sofá, algo que esté más cerca que tu cama...no puedo esperar tanto- sonrió, haciendo que se parara y tomándola de la mano mientras caminaban hacia el sofá más cercano.



Camila se dejó caer en el sofá, abriendo sus piernas mientras dejaba caer sus Lanvin de golpe sobre el suelo. Lauren se colocó sobre ella, besándola como nunca había besado a alguien, saboreando aquellos labios y aquella lengua en su cavidad bucal, desviándose por las mejillas hacia su cuello y hacia detrás de sus orejas. Las manos de Camila se paseaban suavemente sobre la espalda de Lauren o sobre su cuello, le encantaba sentir la suavidad de aquella piel, aquella perfección. Lauren bajó lentamente por su cuello hasta su pecho, dándole besos cortos y colocados antes de ocuparse de sus senos. Tomó su seno derecho en su mano y lo acarició suavemente, redondeándolo con sus dedos y rozando su pezón para luego besarlo y rozarlo en círculos con la punta de su lengua. Lo mismo con el otro pezón, Camila se sentía no sólo mujer, sino también sexy y deseada.



El teléfono de Lauren sonó pero no le hizo caso, probablemente era número equivocado, después de todo eran las tres y media de la madrugada. Lauren siguió bajando por el abdomen, el vientre, con besos y caricias, roces con sus dedos y sus uñas, Camila arqueaba su espalda, no podía aguantar mucho tiempo antes de rogarle que le liberara esa presión que sentía en su vientre, que hiciera algo respecto a sus palpitaciones en su clítoris.



- ¿Cómo te gusta?- preguntó Lauren, tomando en cuenta lo que había dicho Camila hacía un par de horas.


- Nunca me han hecho uno...- susurró Camila, paseando sus dedos por entre su cabello, aflojándose su moño.



Lauren se sorprendió y en ese momento tuvo miedo de ser la primera persona que en realidad tocaba a Camila "aunque no puede ser posible, siendo así de hermosa...alguien tiene que haberle robado su inocencia ya, sólo que el muy patán no tuvo dedicación alguna para darle un placer de verdad". Y Lauren decidió tratarla como entre pétalos de rosa, tratarla de acuerdo a lo que su cuerpo merecía. Abrió las piernas de aquella griega y besó la parte interna de sus muslos, desde por sus rodillas hasta su vulva.



- Mmm...Licenciada Cabello , debo decirle que quien sea que haya diseñado su aparato reproductor...es un genio- murmuró juguetonamente Lauren a ras de su vulva, causándole cosquillas por su tibia exhalación.



A pesar de ser la primera vulva que Lauren tenía en su cara, que no fuera la suya ante el espejo, la proclamó perfecta, más perfecta que la suya, pues estaba consciente que su cuerpo era un tanto envidiable. Era ajustada, sus labios mayores estaban un tanto hinchados y húmedos por la excitación, eran del mismo color del resto de su piel, un tanto encandecidos por lo mismo, su clítoris y sus labios menores, todo del mismo pigmento, aparecían por entre los labios mayores sin mayor dificultad y con suma discreción, pues eran cómodos y cortos, y su clítoris pequeño pero hinchado. Colocó sus labios sobre su clítoris y empezó a masajearlo con su lengua, mientras esporádicamente pasaba de largo y recogía y saboreaba los jugos de Camila con su lengua, trayéndolos hacia su boca para saborearlos mejor. Hacía círculos pequeños y con poca presión sobre el clítoris de su Licenciada, mientras que, con sus dedos, acariciaba su vagina, presionándola un poco, sintiéndola estrecha y muy caliente. Camila no sabía qué hacer con sus manos; se presionaba suavemente sus senos, jugaba con el cabello de Lauren, apuñaban el cuero del sofá, jugaban con su propio cabello, en fin, era la locura, el éxtasis de aquel mar de sensaciones que estaba sintiendo.



- Camila Cabello , ¿cómo puedo ayudarle?- contestó Camila el teléfono de Lauren sin que Lauren se diera cuenta o dejara de lamer su clítoris. - Permítame un segundo, ahorita se la comunico...es tu mamá- susurró, tapando el micrófono del teléfono.



- Mamá, ¿qué se te ofrece? Estoy un poco ocupada- contestó, frotando el clítoris de Camila con sus dedos para besarlo en cuanto tuviera la oportunidad de no hablar y sólo escuchar.



- Lauren, ¿estás en la oficina? ¿Qué estás haciendo?¿Qué es ese ruido?



- Mamá, estoy trabajando en un proyecto muy importante y muy delicado, estoy comiendo, ¿qué necesitas?- volvió a preguntar, mientras penetraba a Camila con su dedo y, en cuanto terminó de hablar, succionó suavemente su clítoris, causándole un gemido demasiado fuerte que la mamá de Lauren lo escuchó.



- Lauren, ¿qué fue eso? ¿Quién me contestó tu teléfono?


- Era Camila, mi compañera de trabajo, ella estaba más cerca del teléfono, se le acaba de caer un Binder en el pie, ¿en qué puedo ayudarte?


- Alfred me llamó para decirme que habían terminado, que tú lo habías terminado


- Madre, ¿es en serio? No quiero ser grosera contigo, pero no tengo tiempo para hablar de Alfred, ahora soy muy feliz, especialmente ahorita que estoy trabajando en el mejor proyecto de toda mi vida... ¿puedo llamarte cuando termine? Te quiero mucho, cuídate, hablamos luego, ciao- colgó, aventando el teléfono a ciegas al otro sofá. - Perdón... ¿en dónde estábamos? Ah, sí...- murmuró, succionando el clítoris de Camila, quien estaba muerta en risa por el episodio con su "suegra"..."Oh, ¿Pensé suegra? ¿Qué me pasa?".



- Lauren...- suspiró Camila al cabo del tercer lengüetazo de Lauren en su clítoris, aferrándose a ella, tomándola de las manos con tal fuerza que le hizo saber a Lauren que estaba a punto de tener un orgasmo.



Fue como un grito extraño, con un sollozo sin pena, junto con un espasmo lumbar y abdominal que la dejó viendo estrellas por unos segundos. Lauren experimentó, por primera vez, qué era que una mujer tuviera un orgasmo sin estar en "mute". Camila sentía cómo su vientre se seguía contrayendo, su clítoris palpitando al roce de la barbilla de Lauren, quien sonreía de satisfacción y de emoción al ver a Camila así de descontrolada, respirando agitadamente. Camila se sentó, volviendo a levantar a Lauren con su mano por su barbilla, de manera muy delicada y gentil, y la besó, sintiendo en el fondo un sabor a ella misma.



- ¿Qué tal estuvo, Licenciada?- susurró Lauren a ras de los labios de Camila, dándole besos fugaces pero sin dejar de transmitirle lo mucho que le gustaba besarla.



- No pudo haber estado mejor, Arquitecta...ahora, dígame una cosa... ¿qué le gusta a usted?- preguntó, recostándola sobre el sofá, con una sonrisa juguetona que se confundía con picardía. -¿Le gusta...que le muerdan su pezones?- y antes de que Lauren pudiera desvivirse en un "sí, me encanta", se derritió en la ausencia de su respuesta al sentir los dientes de Camila aprisionar su pezón izquierdo. - ¿o que le toquen su clítoris mientras le muerden sus pezones?- preguntó, con suma libidinosidad, rozándole su clítoris con sus dedos y haciendo círculos sobre él, tal y como Lauren había hecho en ella.



- Don't stop...don't stop- murmuraba Lauren, sintiendo aquel anhelado calor que yacía de su clítoris para cada rincón de su cuerpo. Esa corriente, esa sensación tan..."deliciosa".



- ¿Le gusta que la penetren con un dedo?- preguntó Camila, de manera maliciosa, introduciendo un dedo en la vagina de Lauren, sintiéndola caliente y haciendo que Lauren se deshiciera en placer. -¿O con dos dedos?- y le introdujo su dedo índice, todo sin dejar de succionarle sus pezones alternadamente o de besar su cuello. - Me muero por saber a qué sabe mi Arquitecta- susurró al oído de Lauren, mordiendo su cuello y bajando directamente a su entrepierna sin sacar sus dedos de su vagina. - ¿O le gusta que se coman su clítoris mientras la penetran con dos dedos?- preguntó e inmediatamente atacó el clítoris de su Arquitecta, penetrándola a tempo medio, provocándole ahogos repentinos a Lauren, gemidos incontenibles y que tenía que expulsarlos en voz alta.



Camila sintió cómo las paredes vaginales de Lauren se contraían y apretujaban sus dedos, cómo su clítoris se ponía más caliente y más hinchado, más rígido. Succionó su clítoris y Lauren gimió de tal manera que Camila se desvivió y le murmuró un tiernísimo "qué lindo te corres" mientras Lauren intentaba estabilizarse.

El lado sexy de la arquitectura (CamrenADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora