Capítulo 28

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- Amor, ¿tu hermana sabe de...?- susurró Lauren para no despertar a Phillip y a Natasha, quienes dormían frente a ellas. Iban en el tren camino hacia Venecia, sentados los cuatro a una mesa del Frecciargento 9416, para llegar a Venezia Santa Lucia a las dos y veinte de la tarde.

- ¿De que me gustan las mujeres?- sonrió, haciéndolo sonar tan natural y tan...público.

- Pues, ¿te gustan las mujeres?- rió Lauren un tanto dolida del corazón.

- Me gusta una mujer- apoyó su frente contra la de Lauren mientras le tomaba la mano. – No es que cada mujer que me pase por los ojos me guste...en realidad soy un poco asexual- rió. – Pues, no, tampoco...mmm...cuesta que alguien me llame la atención

- Qué privilegio, mi amor- sonrió, viendo cómo a Camila también le gustaba jugar con sus venas saltadas de las manos, empujándolas delicadamente hacia los lados.

- Privilegio el mío...porque, hasta donde sé, tú eras heterosexual

- Sólo alguien como Camila Cabello podía hacerlo- guiñó su ojo, con su sonrisa ladeada hacia la derecha, levantando su delgada mejilla. Camila se sonrojó. – Volviendo al tema, ¿lo sabe?

- Sí, lo sabe, mi amor...y sabe que tengo novia, pero no sabe ni cómo es, ni como se llama, ni nada

- ¿Por qué?- sólo había una explicación para eso: que a Irene no le gustara que su hermana fuera lesbiana.

- Porque quiero que te conozca como persona, no como mi novia...créeme, mi hermana no me comparte muy fácilmente

- ¿Me la tengo que ganar?- rió Lauren por su nariz, cerrando sus cansados ojos verdes.

- Tiene diecinueve, no creo que ese sea un obstáculo...además, te la vas a ganar sólo con la suite, sino con las cinco GiftCards de Zara que le compraste, exagerada- rió un tanto fuerte, haciendo que Phillip se moviera.

- De Navidad y Cumpleaños, ¿no me dijiste que cumplía el quince de febrero?- Camila asintió, sonriente ante los nervios eminentes de su novia. - ¿Qué?- rió.

- Estás un nudo de nervios, relájate...jamás creí que una niña te pusiera así de nerviosa- enrolló sus ojos. – Cambiando el tema...Natasha no va a sobrevivir Venecia con eso- señaló la vestimenta de Natasha, un vestido de encaje negro, manga larga y flojo, hasta por arriba de los muslos y unas zapatillas Dolce & Gabbana de tweed rosado cosmético con rhinestones incrustadas.

- Yo, lo siento mucho, pero Venecia es...

- Lo sé, lo sé, a mí tampoco me gusta, y no lo sientas- rió, dándole un beso en el ángulo de sus labios.

Anunciaron la llegada a la terminal, despertaron a Phillip para que despertara a su novia con besos que fueron subiendo de tono, pues Natasha, aparentemente, se había olvidado que estaban en espacio público y casi se sienta sobre el regazo de Phillip para comérselo a besos. Natasha salió de la mano de Phillip, emocionada por ver aquella fantástica ciudad rodeada por agua, la que Hollywood le había vendido con películas como "The Tourist", "Casino Royale" y "The Italian Job". ¿Cuál Glamour? Si eran mares de gente cruzando de aquí allá, tráfico acuático que removía el olor pestilente del agua, sacando la más estancada del fondo, aquella sustancia turbulenta, densamente turquesa, hacia la superficie. Eso, y el sol abrazador que rostizaba la piel de todo ser humano víctima de Hollywood, así como Natasha, quien sólo salió de Santa Lucia y sintió derretirse.

- Boo!- gritó una voz aguda, asustándolos a todos, más a Camila, pues la atacante enterraba suavemente sus dedos en su cintura.

- ¡Irene!- sonrió Camila todavía con el corazón a punto de reventarle el pecho del susto. - ¡Hermanita!- se deshizo en un abrazo para su hermanita, realmente hermanita, aunque de hermanita nada.

El lado sexy de la arquitectura (CamrenADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora