Capítulo 35

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- That's it!- gimió Lauren aquel jueves por la noche. – Ya no puedo esperar más...- suspiró, poniéndose de pie, impulsándose con ambos brazos de la encimera.



- What?- murmuró Natasha, viéndola con ojos sorprendidos.



- I'm gonna ask her!- murmuró mientras se alejaba por el pasillo.



- ¡Lauren!- la llamó, hundiendo su rostro entre sus manos. Y la risa la atacó.



- Nada de "Lauren"- susurró para ella misma, imitando el tono de Natasha, y presionó aquella puerta, la de la habitación del piano, y la haló con fuerza para abrirla de par en par, asustando a Camila, quien estaba sumergida en su rompecabezas.



- Esa sí que fue una entrada- rió aquella rubia, levantando su ceja en pleno sarcasmo pero volviendo al rompecabezas.



- Camila, hay algo que quiero decirte- murmuró Lauren, acercándose a ella.



- Me lo pude imaginar por esa súper entrada- rió un tanto indiferente, ensamblando un bloque de tres piezas. - ¿Qué pasó?- murmuró sin quitarle la vista a las piezas, pero notó que Lauren se arrodillaba sobre su rodilla derecha. - ¿Qué... pasó?- Lauren le tomó las manos, botándole las piezas sobre la mesa.



- Mi amor, Camila Cabello ... por el carajo más grande que existe, ¿podrías dejar de armar esa cosa y venir a cenar?- Camila se quedó perpleja. – Deja de armarlo, no me importa si no lo armas, te diré lo que era, lo armaré contigo si quieres... pero ven a comer, por favor



- Ah... uhm... claro- sonrió. - ¿No quieres que lo siga armando?



- No, esa cosa te está consumiendo más que el jueguito ese del cocodrilo en tu iPhone... te estoy perdiendo en un rompecabezas- sacudió su cabeza dramáticamente. – Eso no puede ser



- Eres tan...- hizo una pausa y entrecerró los ojos. – Dramática...- suspiró con una risa ridícula.



- Lo sé... y, por lo mismo, si no dejas de armar esta cosa... te llevarás la decepción más grande del mundo y te vas a enojar conmigo- Lauren se levantó, tomando a Camila en su manos y halándola hacia ella por su cintura. – Era un signo de interrogación- sonrió, abrazándola completamente y empezando a besar su cuello.



- Tienes razón, me hubiera enojado si lo hubiera terminado... pero no significa que no esté molesta- suspiró ante el mordisco de Lauren. – Te perdono si me das otro- y Lauren sonrió y rió nasalmente a ras de su cuello mientras la mordía suavemente en su nuca. – ¿Qué hay de cena?



- Acaban de traer Kebaps



- ¿Por qué no me dijiste eso antes?- rió, despegando a Lauren de su cuello y halándola por el pasillo con una sonrisa extrema.



- Ay, al fin vienen, yo ya tengo hambre- rió Natasha, sacando tres vasos. - Un Kebap, con extra salsa, extra picante, sin tomate y extra pepino para mi cuñada- le alcanzó el paquete cubierto de papel aluminio, que Camila lo volcó, tiró al papel hacia los lados y luego lo abrió hacia arriba y hacia abajo, sacando aquel humeante Kebap. - Uno con poca salsa, extra picante y queso para la Princesa- le arrojó el paquete a Lauren.



- Y uno sólo de lechuga y carne para la Señora Noltenius- rió Lauren. – You're such a pussy



- I have a juicy pussy, que es muy distinto- rió Natasha, abriendo una lata de Mountain Dew para Lauren. Camila casi se asfixia con el enorme bocado que intentaba masticar, ese comentario había estado muy bien puesto, a veces se seguía sorprendiendo por cómo Natasaha, o Lauren, podían jugar y tergiversar las palabras.



- ¿Y cuándo vas a poner a trabajar a la vagina jugosa?- Lauren bromeaba, pues sabía que hasta el domingo por la madrugada o por mañana, dependiendo de a qué hora se terminara la boda.



- La pongo a trabajar a diario y ni cuenta te das- guiñó su ojo.



- Ni voy a preguntar- resopló Camila, deteniendo el Kebap en la mano izquierda mientras que, con la derecha, abría su lata de Sierra Mist.



- Pues, es como que preguntes- le lanzó un beso aéreo Natasha a Camila. – Me masturbo to-dos los días – rió, sacando la mostaza del congelador de Lauren y poniéndole un poco a cada bocado de Kebap.



- Con que eso era lo que se escuchaba ahora que salí a la oficina- se carcajeó Camila.



- Sí que eres exagerada, Mila...- se sonrojó. – Sólo toco mi clítoris



- Y...esta conversación se acaba de poner incómoda- canturreó Lauren, totalmente incómoda y evitando hacer contacto visual con cualquiera de las otras dos.



- Incómoda nada, cuéntanos- sonrió Camila. Oh, Camila y Natasha sólo iban a molestar a Lauren un poquito, que digo un "poquito", iban a push her limits, pero tenían una buena razón: ganar tiempo. Camila consiguió una mirada de "¿es en serio?" pero que ignoró de manera muy profesional.



- Ay, pues tú sabes... tú sabes cómo son dos semanas sin sexo, ¿no?- Camila asintió, Lauren simplemente intentaba comer rápidamente su Kebap para salir huyendo de ahí, pues no le gustaba comer en otro lugar que no fuera la cocina, en realidad, la mesa del comedor, no la había usado nunca, sólo para que Camila la acostara el día del cumpleaños de Phillip, y se rió ante el recuerdo. – Necesito relajarme... y tanto masaje tampoco me cae muy bien, además, ayuda al "Beauty Sleep"



- ¿No se supone que el Beauty Sleep es la noche anterior?- rió Lauren irónicamente.



- Pues el mío dura una semana entera- rió, vertiendo otro poco de mostaza sobre el Kebap.



- Nate, es que el Kebap no se come con mostaza- frunció Lauren su ceño, viendo la aberración que aquella mujer, recién casada, próximamente también ante Dios, hacía.

El lado sexy de la arquitectura (CamrenADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora