- ¿Cómo te sientes, mi amor?- susurró Lauren al oído de Camila, dándole un beso en su cabeza mientras Camila pretendía estar muerta, sobre su estómago, en aquella gigantesca cama del "Hotel Commonwealth".
- Un poco mejor, pero todavía...- murmuró Camila, aparentando dolor y molestia.
- Siento mucho que tenga que irme, regreso en cuanto pueda, ¿si?- se disculpó Lauren, con un inmenso pesar por dejar a Camila, medio muerta, medio deshidratada y sola.
- Mi amor...sólo dame un beso, si no te da asco, ¿si?
- ¿Cómo me daría asco?- repuso, con una sonrisa cariñosa, agachándose a la par de la cama, poniendo su rodilla sobre la alfombra, apretando su falda gris oscuro entre sus muslos y su trasero, quedando un poco alto todavía por sus Stilettos Alexander McQueen café oscuro, que no lastimaban sus pies gracias a que dominaba el arte de los quince centímetros mejor que muchas modelos británicas. No le importó que su abrigo blanco Armani, que le llegaba a la misma altura que su falda, limpiara aquella alfombra mientras que, con sus manos, acariciaba la cabeza de Camila mientras le daba un beso de despedida. – Trata de descansar...te llamo cuando venga de regreso por si necesitas algo- susurró Lauren, acariciando la nariz de Camila con su dedo índice, haciendo que cerrara los ojos. – No dudes en llamarme, por favor, Camila...si necesitas atención médica, dímelo, por favor- suplicó, haciendo que Camila se sintiera extraña.
- Gracias, Lo...que tengas un buen día, te voy a extrañar- murmuró Camila, con sus ojos cerrados, pretendiendo estar a punto de dormirse.
Lauren se puso de pie, saliendo de la habitación, colocando el rótulo de "Do Not Disturb" en la perilla de la puerta por la parte de afuera y cerró la puerta con sumo cuidado de no molestar a Camila. Era el cumpleaños número veintiocho de Lauren Michelle Jauregui Peccorini, día que ni la cumpleañera misma había sido capaz de recordar ser suyo por su inmensa preocupación por Camila, quien la noche anterior había comido lo mismo que Segrate; un tipo de pollo al gratín y Camila, al no tener una coartada para preparar todo para la sorpresa de Lauren, se valió del malestar de David, fingiendo lo mismo pero no previniendo el nivel de preocupación de su...¿novia?...y ahora se sentía un tanto, si no es porque muy, culpable, por lo tanto tenía que esforzarse por esa velada.
Camila se puso de pie en cuanto calculó que Lauren había salido, con seguridad, del hotel, pues podría ser que regresara a la habitación por haber olvidado A o B. Nunca mencioné el problema de Camila, aparte de haber tenido una relación fallida, una única relación en la que emocionalmente dolorosa perdió su virginidad, pero su problema no era ese; eso era cosa del pasado, el problema es que le faltaba aquel gen primordial que la mayoría de mujeres tenían, el gen fantasma del par número veinticuatro: "necesito un novio", que se complementaba con "necesito ir a muchas fiestas", por lo tanto, deduciblemente era lesbiana aunque tampoco tenía el gen socialmente masculino de: "necesito una novia", que se complementaba con "necesito mucho sexo", sino más bien padecía de una trisomía y no en el par veintiuno, sino en el par imaginario número veinticuatro: "quiero ser feliz" y "no importa si la gente me ve mal en el camino para serlo" y "quiero a Lauren".
Se vio en el espejo y por primera vez se dijo a sí misma: "Camila, no estás nada mal para Lauren; el epítome de la perfección." Y se dirigió a la ducha, en donde se tomó el tiempo necesario para sentirse limpia, lavando su cabello exhaustivamente, aquella cabellera rubia, que últimamente, desde que había conocido a Lauren, había tenido la decencia de comportarse, de no caerse tanto y de recuperar el brillo que alguna vez tuvo, encandeciendo sus rubios platinados y sus rubios miel, dejando un poco de cabello café claro en las capas inferiores, un color intensamente raro pero que sólo a Camila, naturalmente, se le veía bien...por lo mismo, porque era natural. Tomó su teléfono y, notando que ya era hora de estar en el trabajo, llamó a Natasha.
- Oh, pero si es mi cuñada fa-vo-ri-ta – cantó Natasha con una sonrisa percibible a través del teléfono.
- Nate, ¿cómo estás? Buenos días- saludó Camila, sonriendo mientras quitaba el vapor del espejo con su mano, viéndose desnuda, sólo con una toalla en la cabeza para quitar el exceso de agua de su cabello.
- Buenos días, preciosa, yo estoy muy bien, ¿y tú? ¿Cómo va todo con Lauren?
- Oh, Nate, me siento tan mal...- suspiró, con el fantasma de la culpa parado atrás suyo, zapateando con los brazos cruzados y lanzándole una mirada de "you shouldn't have done that".
- ¿Qué tienes, Camila? ¿Estás mal de salud? ¿Te peleaste con Lauren?- atacó Natasha, levantando sus gafas sobre su cabeza y dejando de leer las críticas de la final de Project.
- No, estoy bien...estamos bien...
- Vamos, Camila, confía en mí...por favor- ¿Qué era con el tal "por favor"? ¿Por qué no se podía resistir a un simple "por favor"?
- Fingí estar enferma para quedarme en el hotel y poder preparar todo- confesó, como si hubiera cometido un crimen, bueno, en sus ojos eso era; la preocupación de Lauren, esa mirada de aflicción no tenía perdón.
- Ay, preciosa, me asustaste...- suspiró Natasha. - ¿Lauren está preocupada y eso te está matando?
- Si...
- Oye, Camila...no te sientas culpable, se lo compensarás...ni tienes que decirle la verdad, eventualmente ella lo sabrá y no te dirá nada...
- Nate, está demasiado preocupada...creo que no ha dormido nada en toda la noche...
- ¿De qué se supone que estás enferma?- dijo, sacando su psicólogo incógnito.
- Segrate y yo comimos un pollo al gratín anoche...y Segrate se enfermó, pero está como nuevo aparentemente porque ya puso una smiley en su Whatsapp...- Natasha explotó en una risa.
- Don't tell me you faked diarrhea!
- No, porque pensé que si decía eso, Lauren no querría ni verme- rió Camila por primera vez en la mañana. – Sólo vómito...que sí vomité dos veces, pero no sé si por el pollo o porque Lauren me intoxicó con media botella de Grey Goose...
- Amor, no es malo lo que has hecho...apunta esta dirección...-dijo Natasha, buscando algo en su escritorio y murmurando alguna cosa en francés; algo que Camila no podía entender ni aunque quisiera. – 71 Newbury Street, go there...I'll make the call. ¿A qué hora regresa Lauren?
- Está instalando el piso donde los Hatcher...calculo que como a las cuatro
- Bueno, I'll tell you what...estaré en contacto con Lauren, tú vas a la dirección que te di...prepárate para que te consientan...sólo llegas y dices la palabra "Naphi" y sabrán que llegas por mi referencia...y disfrútalo...quítate esa culpa...
- Espera, soy un tanto idiota...no le dije "feliz cumpleaños" a Lauren- dijo Camila, horrorizada.
- Somos dos...pero yo más, tú más tarde le dices...por cierto, ¿tienes todo? Si te falta algo, puedo hacer que te lo lleven o puedo averiguar dónde puedes conseguirlo
- Ayúdame, ¿si?
- Repasemos, Camila...respira, por favor- sonrió Natasha, recibiendo un paquete de Phillip y firmando de recibido. – Pantyhose
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- Louboutins
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- Suit
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- Playlist
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- Hornyness
- ¡Natasha!- solllozó Camila, escandalizada y sonrojándose.
- Yup...you're set. Ve a donde te dije...te hará bien...ahora, mantenme al tanto de cualquier cosa...te aviso cualquier cosa, llamada o iMessage, ¿tratarás de relajarte?
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El lado sexy de la arquitectura (CamrenADAPTACIÓN)
RomanceTres cosas- comenzó a decir mientras recomponía su compostura y su postura en aquella sala de reuniones... ESTA HISTORIA NO ME PERTENECE, LA ABSOLUTA E INCREÍBLE AUTORA ES ELLAJ. Aclaración: Los personajes del fic se introducen en condiciones de pe...