Chelsea no sería nada sin aquel no-tan-remoto lugar de la décima, entre la 26 y la 27. “Marquee” es el nombre del único lugar en donde el drama para entrar, con o sin pagar, vale totalmente la pena, más después de que “Bungalow 8” fue cerrado como todo club fugaz. Usualmente se requiere de paciencia y buena apariencia para entrar con o sin pagar, para luego esperar otra eterna fila pero este no es el caso, no ahora que es ocho de febrero, uno de los días más importantes en el año para la futura Señora Noltenius, Natasha ella es, día en el que celebra el trigésimo primer año de vida de su futuro esposo, para lo que ha reservado todo “Marquee” y se ha asegurado de que nadie entre, ningún vil “crasher” que pueda gozar de las fuentes imparables de Crystal y/o cualquier bebida que fluya gratis por entre la gente. El lugar estaba repleto de los amigos y no-tan-amigos de Phillip, que él siempre prefería celebrar su cumpleaños con una cena tranquila en “Harry Cipriani” pero su madre, Katherine, quería que todos los años saliera en PageSix entre las diez mejores fiestas del año y, por lo mismo, siempre insistía en que Natasha se lo celebrara a lo grande, y era parte de la táctica de Natasha y Phillip por consagrar a Natasha como la que debía ser para Phillip y no aquella Brunette que intentó e intentó y nunca pudo. Entre sus llamémosles-“conocidos=amigos”, estaban no sólo sus compañeros de trabajo, sino también los del equipo de Polo, sus pocos amigos del Lehman Manhattan, la escuela a la que Phillip había ido toda su vida, como también uno que otro sobreviviente de Princeton Economics, en donde Phillip había estudiado su Máster en Finanzas también, y uno que otro amigo que jugaba a ser Soltero-Codiciado, amigos en común con Fred pero que, por respeto a Lauren, Fred no se atrevía a dar la cara cuando sabía que estaría ella presente, pues se había jurado ser mejor ex-novio.
Por otro lado, formando la minoría de aquellas trescientas personas, estaban los amigos de Natasha, en los que se delimitaban a Thomas y a su nueva conquista, Rachel, que era como su sueño por llamarse igual que Rachel Dawes, el amor platónico de Bruce Wayne, James y Julie, que habían logrado superar la infidelidad de Julie al Julie quedándose callada y olvidando el asunto como si nada hubiese sucedido y, las joyas: Lauren y Camila, quienes ante los ojos de los otros tres, y del resto, no eran más que amigas; aparentemente muy buenas amigas. Era la primera fiesta que no parecía ser planeada por la mano de Baco, pues no había mujeres afroamericanas, con afros debo decir, en jumpsuits de lentejuelas doradas y en patines repartiendo bebidas, o mujeres en toga y coronas de laurel, o mujeres y hombres animando como si fuera un circo; quizás era la edad atacando, el cansancio de disfrutar algo así de “infantil”, pero era nada más que se empezaba a notar que esa fiesta era por hacerla, que ni el cumpleañero mismo la disfrutaba por ver que Natasha se la pasaba con sus amigos, lejos de él, cuando lo único que quería era estar con ella, besándola y haciéndola gemir en su cama, o, si no era tan paradisíaco como eso, al menos en una cena tranquila en el Cipriani con Lauren y Camila, que, de un tiempo acá, era cuando mejor se la pasaba, quizás porque veía a Natasha sonreír con más frecuencia y se había logrado acercar a Lauren más que antes, tanto que bromeaban pesadamente y se hacían favores, con Camila ni se diga, a veces se juntaban a almorzar sólo para hablar de cualquier cosa; cosa que ni a Natasha ni a Lauren les importaba, pues Phillip realmente actuaba, alrededor de ella, como un hermano mayor así como Camila como hermana menor.
¿Qué se iba a hacer sino ingerir cualquier cantidad de alcohol que desfilara enfrente de uno? Pues eso hicieron todos, incluyendo Lauren y Camila, y el cumpleañero mismo, cuya paciencia se agotaba cada minuto y sus ganas por estar a solas con Natasha eran proporcionales a su impaciencia, a su deseo por salir huyendo de aquel lugar, más que Natasha, en sus curvas peligrosas, había decidido meterse en un David Meister strapless, que no sólo acentuaba su escote de una manera impresionante, sino que era a medio muslo, dejando ver sus tonificadas y humectadas piernas en aquellos perfecta y negramente manicurados pies atrapados en unos Boulimia Louboutin de escasos doce centímetros. Para ese entonces, a la hora que aquello que descompuso a Lauren pasó, James, Julie y Thomas ya se habían ido, que eran los que importaban. ¿Qué fue lo que pasó? Bueno, se los cuento a continuación:
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El lado sexy de la arquitectura (CamrenADAPTACIÓN)
RomanceTres cosas- comenzó a decir mientras recomponía su compostura y su postura en aquella sala de reuniones... ESTA HISTORIA NO ME PERTENECE, LA ABSOLUTA E INCREÍBLE AUTORA ES ELLAJ. Aclaración: Los personajes del fic se introducen en condiciones de pe...