Mi instinto me ha traído aqui [Tu en Brand New Animal]

El amor que trasciende el tiempo

Ya habían pasado un tiempo desde que llegó el culto, aún se discutía sobre si dejarlos quedar o no, pero eso no tiene que ver conmigo así que me da igual.

Estos días han sido extrañamente tranquilos, eso solo me hace pensar que pronto pasará algo peor, como la calma antes de la tormenta...

He estado en estos días pintando, preparando comida para los barrios bajos y dibujando a mis ancestros, pero cada vez que salgo del edificio me siento vigilada, no siento que sea una amenaza quien me vigila, pero tampoco siento que sea buen tipo, creo que se dió cuenta pues últimamente ya no me siento perseguida.

Estaba en mi puesto, hacía pinturas sobre Ginrou-sama (desde que llegó el culto esto es lo que más se vende) hasta que alguien llegó, olfatee discretamente para averiguar quién o qué era, pero su aroma no me decía nada, no era un olor humano, ni un olor hombre bestia, no lograba entender, entonces caí en la idea de que podría haberme afectado el aroma del solvente de mis pinturas para óleo, no le di importancia.

(T/n): -Buenas, ¿Busca algo en específico?-.

Al alzar la cabeza mire a un joven rubio de ojos verde agua, sentía nostalgia al verlo pero no lo identifico bien, cuando despierto de mis recuerdos ancestrales hay algunas cosas que son borrosas pero que recuerdo cómo sensaciones, lo que permanece más claro son los rostros de mis ancestros pero los de sus hijos o sus conocidos ligeramente borrosos y son de los primeros que olvido al despertar.

Rubio: -De hecho quería este cuadro-.

Señaló al cuadro de lycoris radiata que hice, según recuerdo el significado de estás flores
es asociada con la pérdida, añoranza, el abandono y los recuerdos perdidos, también se asocia tradicionalmente a la muerte y al amor trágico o no correspondido, lo que me encantan de esas flores es ese brillante rojo que te da miedo pero te gusta, como cuando un trueno afuera de la casa te despierte y por la ventana vez como cae una tormenta que aumenta a cada momento.

Rubio: -Me encanta esta flor, la historia que hay detrás ella es lo que más me gusta-.

(T/n): -¿Habla de la leyenda de que estás flores te guían al otro mundo? Admito que me gustaría saber si es cierto (Sí es cierto, ¿las habrán visto ustedes... O tú abuela?)-.

Rubio: -No, me refería a la otra-.

(T/n): -¿Hay otra más?-.

Rubio: -Se dice que había un joven monje en el templo de la montaña y un día se enamoró de una doncella que rezaba constantemente a Buda, siempre iba y él la observaba desde lejos, estaba tan enamorado que descuido sus deberes como monje y su salud, de su boca tosía sangre y finalmente murió, fue enterrado y de su tumba floreció esta flor que recordaba a las manchas de sangre de su boca-.

(T/n): -Un amor nunca confesado-.

A partir de ese día, el rubio oxigenado iba a diario al puesto de la quimera para comprar cualquier cosa, hablar con ella un rato y luego irse, un día finalmente decide pedirle un retrato de su persona, dejo a la decisión de la quimera el estilo.

(T/n) lo vio un rato hasta que supo que hacer, algo en el ser (ya que no sabía cómo describirlo) le era nostálgico pero también la hacía sentir en alerta, le era incómodo pero familiar, se concentro tanto en ese sentimiento que no sabía como estaba haciendo el retrato.

Pero al acabar vio su creación...

En el cuadro el estaba en medio de un campo de flores del infierno (lycoris radiata), su sonrisa demostraba maldad, ser un psicópata y manipulador pero sus ojos mostraban tristeza, dolor y soledad, el fondo era oscuro no había ningún estrella en el cielo, ningúna nube, ni siquiera la luna, la única luz proporcionada era por medio de esas flores rojas, sinónimo de la muerte, la perdida, el amor trágico y el abandono.

Esas flores le sentaban tan bien a ese rubio de piel blanca y ojos verde azúl, le producía lástima y miedo...

¿Pero ¿Por qué?
...