Los girasoles y el viento

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Desde hace un tiempo dibujaba los recuerdos que venían en forma de sueños por parte de mis ancestros, pero recientemente he podido ver el como eran...

Caí rendida en la cama, comencé a soñar-recordar...

Eran los recuerdos de mi ancestro jaguar, era una niña o al menos eso parecía, al igual que mi ancestro aguila, ella era morena y de cabello oscuro. Ella vivía en una aldea oculta entre la selva y las montañas, era muy aventurada y ágil, también tenía un gran corazón y todo de ella expresaba libertad, parecía serle fiel al viento. Sus abuelos decían que el clan del jaguar de la aldea fue de los primeros clanes de hombres bestia en existir solían llamarse "Sangre Pura"...

Un día a su humilde aldea llego un grupo de hombres bestia muy diferentes a cualquiera que haya visto, pero no le importó mucho.

Transformandose en jaguar comenzó a correr hasta llegar al otro lado de la montaña, su lugar favorito ya que ahí crecía una flor muy diferente a cualquier otra en la selva, los que hoy en día se conocen como girasoles. Esas flores le gustaban por qué siempre seguían al sol tal y como ella deseaba seguir al viento a donde sea que la llevara, mientras avanzaba entre ellos escucho el llanto de un niño, se oía un poco más joven que ella, siguió esos tristes sollozos hasta llegar a su origen, se trataba de un pequeño niño de cabello rubio y ojos verde azulados.

Ancestro jaguar: -¿Estás bien?-.

Niño rubio: -No... Todos los niños son más altos que yo... Ni-Ni siquiera hay una niña más pequeña que yo-.

El pobre niño volvió a romper en llanto, a decir verdad ella era más alta que él, la niña jaguar pensaba en como animarlo, entonces recordó lo que le había enseñado su madre sobre las plantas.

Ancestro jaguar: - Mira-.

Ella le enseño una semilla de girasol que estaba en el suelo.

Ancestro jaguar: -A pesar de ser una semillita con tiempo y paciencia se transformara en una de estas flores tan grandes que vez aquí algún día. Tu también algún día creceras, ten paciencia-.

Ella le sonrió gentilmente con sus ojos cerrados, lo que no había notado era que él la miraba alegre y con un ligero sonrojo en su carita. Pasaron todo el día riendo y jugando entre los girasoles, cuando empezó a descender la temperatura llevó al niño consigo.

En casa los adultos tanto los visitantes como los de la aldea parecían preocupados y alterados, llamó la atención de sus padres junto con otro adulto de los visitantes que la vieron junto al niño.

Los tres adultos miraron a los dos con alivio, más tarde esa noche explicaron que había llegado a su aldea una tribu viajera bastante poderosa, se hacían llamar "raza pura", vivirían con nosotros un tiempo y el niño que mi ancestro encontró era el hijo del líder. Así comenzó su día a día...

Mi ancestro a pesar de ser aun un niño podía notar como algunos miembros de su aldea eran discriminados por la tribu, más que nada por qué los llamaban "inferiores", podía notar la diferencia entre unos y otros pero no terminaba de entender por qué llamarlos así... Su convivencia con el niño era constante ya que este la seguía a dónde quiera que fuera, al principio no le dió mucha importancia pero las semanas se convirtieron en meses y esto seguía, al punto en que se fastidío y decidió ir a confrontarlo cara a cara, sus padres a sabiendas de que su hija era muy explosiva y directa le explicaron que no debía de herir al niño ya que deseaban evitar un conflicto entre ambos grupos, ella sin más opción los escucho y decidió confrontarlo pacíficamente...

El niño sólo la seguía por simple curiosidad, aunque para (T/n) le parecía obvio que el niño se había enamorado de su ancestro, ella era mayor que el por unos dos años y no se sentía del mismo modo que él, "pobre alma en desgracia" era lo que se decía mentalmente.

Al llegar a los 14 y 16 años de edad las intenciones del rubio eran más evidentes, pero a ella le seguía dando igual.

Un día un joven de la aldea le confesó su amor a mi ancestro y ella también parecía gustarle así que le correspondió y fue feliz a su lado mientras al rubio lo intentaba matar con su gelida mirada y una noche decidió atacarlo y lo dejo casi muerto, ella lo presenció todo pero no podía tener si derecho a la venganza a menos que quisiera destruir la relativa paz, pero ya no lo vería con los ojos de un ser vivo... Lo único que pudo hacer fue ir con sus girasoles y llorar el silencio, al día siguiente su novio falleció...

Los años pasaban y ambos alcanzaron una edad entre los veinte y veintidós, él aún la seguía como cuando era un niño y ella cada día se volvía más fuerte, un día llegó a la aldea un humano herido y en mal estado, la costumbre del clan del jaguar era ayudar a todo el que se perdiera en la jungla y lo necesitara, no importaba que o quién fuera.

Al principio la caravana de sangre pura estaba en contra pero no podían ir contra sus costumbres, una vez sanado permaneció inconsciente por días y una de las personas que lo visitaban era mi ancestro, sentía una enorme curiosidad por ese humano, los que a veces se perdían en la selva eran guiados rápidamente a la civilización, los enfermos y que permanecían en la aldea un día como máximo no hablaban con ellos por miedo.

Una vez que despertó fue visitado por los líderes y sus hijos para saber que hacer con él, él humano dijo no tener familia, ni un hogar o pueblo al cual volver, se había aventurado en la selva para vivir como ermitaño en la montaña, después de mucha reflexión le permitieron quedarse en la aldea de los hombres bestia, cosa que a ella alegro y al hombre lobo rubio molesto.

A partir de entonces ella y el humano se volvieron amigos, él le contaba de la vida fuera de la aldea y ella le enseñaba como sobrevivir, el rubio sólo podía sentir envidia pues en todos sus años de conocer a la jaguar no lo había visto con esos ojos llenos de dulzura como lo hacía con el humano.

El tiempo pasó y ambos se enamoraron, ella deseaba ser su esposa y darle una gran familia y el humano deseaba ser feliz a su lado, por otro lado el lobo rubio ignorante del amor entre ambos, pensando que la relación no avanzaba de la amistad y esperanzado de que una vez casados sería amado, pidió a sus padres la mano de su hija en matrimonio, de negarse masacrarían a todos los hombres bestia que no fueran de raza pura, sin más opción aceptaron y el compromiso se anunció esa misma noche.

Mi ancestro y su pareja no podían salir del shock, ella nunca amó al rubio y nunca lo amaría, el humano sabía que no podría ganarle a un hombre bestia, menos a alguien como el rubio que poseía fuerza, poder y riqueza.

En sus últimos días de libertad ella tenía unos ojos muertos mirando constantemente el cielo y viendo las nubes pasar, en la noche antes de su boda él humano entro a su bungaló para darle consuelo y explicar el porque no la había ido a verla, había creado el plan perfecto para escaparse juntos, huir lo más lejos posible, ella sin dudarlo aceptó, lo único que llevo consigo fue una lanza y un saquito de semillas de girasol.
Sin que se diera cuenta sus padres los vieron irse pero no los detuvieron.

No dejaron de correr hasta salir de la selva, se alejaron cada vez más hasta salir del país, vivieron en una caravan hasta encontrar donde establecerse, tuvieron muchos hijos y la pareja vivió feliz hasta su vejez en esta etapa mi ancestro murió pero antes de hacer pudo ver a su primer nieto, el primer hijo de su primogénito.

Mi instinto me ha traído aqui [Tu en Brand New Animal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora