Más de mil años y no te puedo olvidar (Parte 1)

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Hacía mucho tiempo atrás en Europa, hubo una nación independiente en la que solo habitaban hombres bestia de todas las razas, tamaños y creencias. Hombres bestia de todas partes del mundo conocido iba allí en busca de una vida mejor, el nombre de la ciudad era Nirvasyl.

De una familia humilde de lobos nació el primer su primer hijo albino.

El era el más pequeño de la manada por lo que otros niños lobo de la ciudad lo molestaban constantemente, a él no le podía importar menos, en una de esas ocasiones lo acorralaron contra un árbol, pero de entre las ramas del árbol descendió una niña de cabello oscuro con mechones claros y piel morena.

???: -Hmp, muchos contra uno pero que poco varonil-.

Niño lobo 1: -Tu no te metas niña-.

Niño lobo 2: -¡Si, mejor regresa con tu mamá!-.

???: -Puede que sea pequeña, pero soy más fuerte que ustedes-.

Dicho esto, la niña se volvió un tigre antropomorfico y dejó a un niño en el suelo.

???: -¿Quién sigue cachorritos?-.

Toda la pequeña manada huyó.

???: -¿Estás bien? ¿Cómo te llamas?-.

Shirou: -Estoy bien, soy Oogami Shirou ¿Y tú?-.

Tigrari: -Yo soy Tigraris Saluja, una tigre de bengala-.

A partir de ese día Tigraris visitaba a Shirou a diario, al principio el no tenía clara la razón, pero no le importaba.

El verlos era como ver el día y la noche, ella era impulsiva, atrevida y temeraria, el era de pensamiento frío, pacífico y sereno.

En un principio sentía la compañía de la pequeña tigre como una molestia pues ella era muy activa, alegre y sociable, por su parte el disfrutaba de la soledad, la paz y la tranquilidad, pero por alguna razón no había conflicto entre los dos. A veces Tigraris le insistía que la siguiera pero el la rechazaba.

Un día harto de las insistencias de la tigre le gritó -¡Ya no te soporto! ¡No te quiero volver a ver-.

Después de ese día no se les volvió a ver juntos, en un comienzo Shirou no sentía arrepentimiento, es más disfrutaba el ya no tener a la tigre cerca, pero por ratos sentía que algo faltaba, no se sentía en completa paz. Sus padres, sus hermanos siempre preguntaban por "Su mejor amiga", "su única amiga", el no respondía algo concreto... Hasta que la verdad llegó a el... La extrañaba... Extrañaba a Tigraris Saluja... Extrañaba sus locuras y sus gestos llenos de cariño... Su sonrisa y sus ojos sin un ápice de odio o maldad...

Luego de varios días peleando con su subconsciente sí buscarla o esperar su regreso salió de su casa para ir a verla pero no la encontró, ni al día siguiente, ni el siguiente de ese y así.

Pasó cerca de un mes para que la encontrará, había estado saliendo de la ciudad con su tía para recolectar frutas y comerciar con los pueblos humanos más cercanos, cuando finalmente la encontró... La regañó por preocuparlo y no haberle dicho nada, Tigraris estaba confundida con eso, pues le había dicho que no quería verla y como buena amiga le dio su espacio, hasta que en su mente surgió una idea,

Tigraris: -Shirou... Será que... ¿Me extrañaste?-.

El rostro de Shirou pasó de un tono pálido a un rojo fresa en cuestión de segundos, le avergonzaba admitir que le hacía falta su presencia, pero no se tragaría su orgullo.

Shirou: -¡Cl-Claro que no! ¡Pe-Pe-Pero eres tan torpe que creí que una serpiente te comió!-.

Tigraris: -Pero sí fuera cierto eso, ¿Te preocupaste por la serpiente o por mi?-.

Mi instinto me ha traído aqui [Tu en Brand New Animal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora