De humana a nahual

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Desde niña me encantan los cuentos, los mitos y las leyendas de diferentes culturas.

En las clases de historia de la primaria recuerdo cómo nos explicaban que los humanos habían llegado a confundir a los hombres bestia con criaturas mitológicas, siempre me pregunte cómo pudieron convivir entre ellos, aunque no faltaba el gracioso que se ponía a decir que un personaje de esas leyendas era su ancestro o que era su pariente perdido.

En mi escuela había tanto humanos como hombres bestia jugando fútbol con una botella de plástico o una manzana que se había caído al suelo, me preguntaba si así habría sido en un pasado lejano, en mi salón había varios hombres bestia pero por alguna razón en mi salón estaban los más estupidos:

Un niño jirafa (quien se transformaba y chocaba con la puerta al salir a educación física o al recreo), una niña gato doméstico (que se creía la más hermosa), una niña cuervo (quien había repetido año a pesar de que los cuervos son bastante inteligentes), una niña puddle, otra que era una guacamaya roja (ambas seguidoras de la gata), una coneja (muy creída y siempre atrayendo a alguien que la ayudara, irónicamente se llevaba bien con la gata) un niño ciervo (bastante creido), otro que era un hurón (demasiado distraído), un niño lémur (el era demasiado molesto) y un niño jaguar (que tenía problemas con su madre), todos ellos eran ofensas con piernas para los animales que llevaban en su sangre y el resto de alumnos éramos humanos, mis amigas humanas y yo evitábamos a los hombres bestia ya que no nos llevábamos bien con ellos y así fue hasta el quinto grado dónde parecían tener más cerebro y hasta llegar al 6 grado.

El chico lemur no dejaba de burlarse de mí estatura (ya que yo era de las más bajas) hasta que finalmente me enoje y comencé a ahorcarlo hasta que se arrodilló, tanto los humanos de mi clase como los hombres bestia se sorprendieron ya que no esperaban que una humana común le hiciera frente y doblegará a un hombre bestia del doble de su tamaño, fue ahí que me apodaron "cazadora" aunque una de mis amigas optó por "caníbal".

Ni yo entendí como lo logré, si estaba enojada pero no creí tener la fuerza suficiente para doblegar a alguien de esa forma, deje el asunto y finalmente mi generación salió de primaria para entrar a secundaria.

Fue en esta que me paso... Mi cuerpo sufrió una regresión salvaje.
Un compañero con el que no me llevaba bien había aprovechado el que estuviéramos jugando en educación física quemados para golpearme en la cara con el balón, rompiendo así mis lentes (que no eran baratos y yo prácticamente ciega sin ellos) me había enojado lo suficiente como para atacarlo y así lo hice, rasguñe su cara pero no su ojo lo que me pareció extraño es que hubiera una herida un poco más gruesa de lo que había visto venir, fue entonces que mire mi mano y no me sorprendió la sangre que había en ella, sino que todo mi brazo era ahora similar a la pata de un tigre, tenía bastante miedo al igual que mis compañeros pero quién tenía una expresión de completo horror era el (mi compañero era un hombre bestia hipopótamo así que el haber sido atacado por un depredador lo dejo algo en shock).

Inmediatamente después se les aviso a mis padres y me llevaron al hospital para algunos exámenes... Y me obligaron a disculparme con el chico hipopótamo al día siguiente.

En casa me encerré en mi habitación, no quería ver a nadie ni que intentarán explicarme algo que ni ellos entendían. No tenía idea de cómo reaccionar, había leído noticias y algunas historias verídicas sobre la regresión, pero lo hacía por curiosidad nunca pensé que me pasaría a mi, me quedé en casa hasta saber que animal era con exactitud (aunque creo que mis rayas eran bastante obvias). Mi abuela era mi único consuelo ya que ella había tenido amigos hombres bestia así que mientras mis padres y hermana menor me veían con miedo, ella me seguía viendo cómo lo que siempre he sido, su nieta.

Ambas estábamos en la sala yo acostada en el sillón con mi cabeza en sus piernas y ella  acariciando mi cabeza para calmarme, yo aún seguía en mi forma de tigre.

(T/n): -Abuelita, tengo miedo-.

Abuela: -¿Hablas de tener cola y orejas de gato?-.

(T/n): -No, de hecho creo que me hacen más linda-.

Abuela: -¿O es por el hipopótamo al que heriste?-.

(T/n): -Tampoco, aunque si disfrute un poco su cara de miedo-.

Abuela: -¿Entonces mi niña?-.

(T/n): -Todos me veían como miedo incluso en casa los escuché hablar (las paredes a veces parecen de papel), nunca se vieron venir esto, tienen miedo de que llegue a matar a alguien así-.

Abuela: -Ay, tu mamá está loca, para mi siempre serás mi niña-.

(T/n): -Gracias-.

Abuela: -Ahora eres un nahual, ¿No?-.

(T/n): -Supongo, ellos son seres que no tienen que elegir una forma ya que pueden ser ambas, yo quiero ser salvaje y libre-.

Mi instinto me ha traído aqui [Tu en Brand New Animal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora