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— Nee, Shadow...
El movimiento de las orejas del azabache le dio a entender que este le prestaba atención aunque no la mirara directamente.— Tus púas son realmente bonitas.
— ¿Acaso el farsante está huyendo de ti de nuevo? —Mantuvo la mirada estoica en el atardecer ignorando los gestos en el rostro femenino.
— Solo quería que supieras que tus púas me parecen muy lindas. —Se meció sobre sus talones de adelante hacia atrás mientras cruzaba sus brazos detrás de su espalda manteniendo una sonrisa tierna en sus labios.
Continuaron de pie mirando como el sol se escondía detrás del océano terminando así con aquel día. Envueltos en un silencio apacible la erizo de puas rosaceas sonreía con tranquilidad sin ser consciente de la ceja alzada que el erizo mitad alienígena le dedicaba acompañada de una mirada desinteresada.
— Hmn.
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