PARTE 37

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Después de aquel incómodo silencio dije, con voz fría: No esperaba que me comprendieras; ni entendieras, mucho menos que me apoyaras; eres un egoísta no se cómo pude fijarme en ti; ni cómo pude pensar en que estarías para mí, de verdad me das asco.

En eso sentí una bofetada en mi rostro, luego otra, gritando me dijo: Y TÚ CREES QUE REALMENTE TE APOYARÍA, ¿CREES QUE ESTOY LOCO? LO ÚNICO QUE QUIERES ES ARRUINAR MI VIDA.

En eso sentí un dolor inmenso en mi vientre y me desplomé sobre el suelo; estaba sangrando, le pedí que me ayudara, que sentía que no podía más.
Y en vez de ayudarme, me pateó el vientre y dijo: HAZLO POR TÍ MISMA.
Agarro las llaves, abrió la puerta y aventando las llaves de marcho.

En ese instante no podía moverme, sentía que mis fuerzas ya no eran suficientes, le grité que no se fuera, que por favor me ayudará, sin embargo a él no le importaba nuestro hijo, para él era mejor que lo perdiera.

Pase un par de horas inconsciente, cuando desperté me sentía muy débil, había perdido mucha sangre; llame a mi ginecóloga y está no me contestaba.
A cómo pude me fui al baño, me metí en la bañera, me di un baño y el sangrado aún seguía, pero ya más leve, sentía que algo me hacía falta, me sentía vacía por dentro.

Salí de bañarme, limpie aquel desastre y llame nuevamente a mi ginecóloga, tampoco contestó.

Me cambie y me tome el medicamento que ella me había dado, el dolor en mi vientre bajo era cada vez más terrible, me hice un té y me quede dormida.
Cuando desperté ya era de noche, busqué mi celular y le llame nuevamente a mi ginecóloga, esta vez si contestó, le comenté lo que había transcurrido, con voz preocupante me dijo que me fuera de inmediato.

Cuando llegue, me ingreso de emergencia, me puso diferentes medicamentos, me chequeo, me hizo unos exámenes y luego me dijo: Te daré unos minutos para que te despidas de tú bebé; No puedes continuar arriesgando tú vida has perdido la mayor parte de él, además el golpe que recibiste daño parte de ti, necesitamos hacerte un lavado para poder sacarte lo que resta, luego estabilizarte, debes saber algo...lo que te haremos es probable que haga que no vuelvas a quedar embarazada nunca más.
Se salió y me dejo sola, completamente sola.

Empecé a llorar, no soportaba aquel dolor, nunca imaginé perder mi embarazo de tal manera. Le había fallado a mi pequeño, no supe cuidarlo y permití que su propio padre le arrebatara la vida.

Como era posible que un ser tuviera tan podrida el alma para hacer un acto así sin ningún remordimiento. Luche tanto por tener a mi pequeño, por poder verle un día y estrecharlo entre mis brazos.

Pero ahora todo se había desplomado, mi vida se estaba quedando sin sentido alguno. Que más podía pasarme, si en ese instante estaba perdiendo todo lo que más quería.

Una vida amada.

La vida de Caroline.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora