PARTE 60

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Vi como mi madre me observo de una manera que me hacía atemorizarme, ella no era de las madres que se van a sentar con sus hijas a hablar sobre su día o del chico que le gusta, mi madre siempre fue especial, pasó mucho tiempo ignorando mi presencia; después...después solo fingió que estaba para mí.

Mientras que mi padre, él seguía viviendo en su mundo, nunca habían estado en ninguna de mis crisis existenciales es más; no tenían ni idea que su hija era depresiva. Estaba sola como siempre.

Cuando llegamos a casa, lo primero que hice fue irme directo a mi cuarto; puse la bolsa de mis tacos en el tocador y luego me tumbe sobre mi cama, sentía como una parte de mí se desmoronada por completo. Empecé a llorar, quería gritar. En ese instante alguien sonó la puerta de mi cuarto:
-¿Puedo pasar?.- preguntó, mi padre mientras abría la puerta después de darle un par de golpes.

-Claro.- respondí, limpiándome la cara.

-Perdona a tú madre, ya sabes cómo se pone con este tema; se que es difícil para ti, pero debes entenderla.- dijo mi padre mientras se adentraba a mi cuarto.

Me estaba pidiendo que la comprendiera, pero  y a mí ¿quién me comprendía?.

-Descuida, ya no importa.- respondí, fríamente mientras me acomodaba en mi cama.

-Hija, no se que te traes con ese joven; sólo se que no soy nadie para juzgarte. Si son novios esta bien, tú eres dueña de tus decisiones; solo por favor no comentes nada aquí. Sabes que ni tú madre mucho menos yo, estamos de acuerdo con esto; pero tú ya estás grande.- respondió, mi padre mientras se sentaba a un lado de mi cama.

-¿Tú crees que tengo algo con él?, sabes papá nunca imaginé sentirme tan miserable; pero ustedes dos se han encargado de hacérmelo sentir cada maldito segundo de mi existencia. Por favor solo déjame sola.- respondí, mientras tomaba mi almohada y me acostaba en posición fetal.

-No se si andas con él o no, aunque no esté de acuerdo no te voy a interponer ya te lo dije. Espero que arreglen sus problemas y que logren tener una bonita relación.- respondió, mi padre mientras se salía de mi cuarto.

¡Era enserio! Tener una bonita relación cuando lo único que deseaba Santi era acabar con mi existencia. Para papá lo único importante era que yo no llevara mis problemas a casa, podía andar con Santi pero no comentarlo. Nunca se pusieron a pensar que era lo que yo necesitaba es más no supieron escucharme, les dije: <<tengo problemas con Santi, no me deja en paz>. Y ellos lo único que escucharon fue el nombre de <<Santi>>, y eso bastó para no querer saber más.

Santi sabía eso y lo estaba tomando en mi contra, él tenía conocimiento que no le importaba a mis padres, que estaba sola y que no era escuchada por nadie. Que importaba lo que él me hiciera ¿no?, si nadie me prestaba atención, nunca sabrían si fue él o si alguien más lo habría echo.

Sin darme cuenta ya eran las 12:00am, me la había pasado llorando desde que llegue; mis padres ya estaban durmiendo.
Sentía ese dolor tan inmenso, fui al baño, llené la tina de agua, busqué una gillette y pensé en quitarme la vida. Ya no le encontraba solución a nada, estaba sola; él chico del cual me había enamorado y entregado todo de mí lo único que deseaba era destruirme más de lo que ya lo había echo, mi mejor amiga tenía sus propias cosas, mis padres; a ellos no les importaba en absoluto. No tenía a nadie, mis amigos tenían sus propios problemas; sólo quería acabar con todo aquello.

Me quite lo que andaba puesto y me quede solo con mi ropa interior, me metí en la tina; el agua estaba muy helada, eran las 3:00am.

Mientras me encontraba en aquella tina llena de agua helada, empecé a recordar todo; mi niñez, mi adolescencia, mi vida en general. Las muchas veces que le pedí al cielo que me diera fuerzas por que sencillamente ya no aguantaba más, las muchas veces que le rogué tiempo, amor, compañía y sobre todo un abrazo a mis padres. Todas esas burlas que me hicieron a diario en mis primeros años de estudio, todo ese bullying por mi físico.

La vida de Caroline.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora